En entrevista exclusiva con Doble Espacio y Radio JGM, la secretaria de Estado conversó sobre la reforma a la salud, el plan de vacunación y los legados del anterior gobierno.


Próxima a cumplir dos meses en el cargo, la ministra de Salud, Begoña Yarza, recibe a Doble Espacio y Radio JGM por vía telemática, sentada al fondo de una larga mesa en las oficinas del Ministerio de Salud –Minsal-, una de esas en las que suele comandar las reuniones en que se han delineado las estrategias de vacunación, de combate al Covid-19 o una ambiciosa reforma de salud cuyas bases espera implementar en los próximos cuatro años.

“Han sido meses de mucho trabajo porque hay que combinar la instalación con una agenda de salud que nunca se detiene. Es como incorporarse en un avión en pleno vuelo”, resume.

“Pero hemos tenido una buena recepción de partes de los trabajadores de la salud y en las organizaciones gremiales, con muchos espacios de conversación. Yo valoraría estos dos meses como positivos, sin lugar a dudas”.

La complejidad de la instalación en los asientos del poder ha sido proporcional al tamaño del desafío. Uno en el que la permanente lucha contra el coronavirus, la exigencia de mantener los altos índices de vacunación y la necesidad de hacerse cargo de aquellos asuntos que la administración Piñera no surtió –como la dilatada entrega de los correos del Minsal-, los que se entremezclan con la promesa manifiesta de liderar un cambio sustantivo en materias de salud.

“Este ciclo histórico, caracterizado por las transformaciones que la ciudadanía nos ha pedido, tiene un punto en salud: cómo transformamos un sistema sanitario que no ha resuelto las grandes desigualdades e inequidades en la población, por un sistema universal de salud que garantice sus derechos”, apunta.

Una reforma que implica crear un fondo único de salud; reducir los tiempos de las listas de espera; que las Isapres pasen a ser seguros complementarios y voluntarios; y aumentar progresivamente el gasto del Estado en salud, hasta llegar al promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos –OCDE- . Todo con el fin último de lograr “una transformación para un sistema sanitario más justo y equitativo, que no distinga entre ricos y pobres”.

Un desafío que la ministra Yarza asume que no va a poder implementar en cuatro años.

“Uno siempre se imagina que el ciclo no será solo de un período de gobierno, sino que al menos dos. Yo me imagino que en este primer gobierno vamos a instalar las bases sólidas de este sistema, no me imagino que se vaya a implementar todo el cambio, porque estos cambios son estructurales, tienen que ir a paso a paso, y tenemos que ser muy responsables”. Pero reitera: “las bases de esa transformación tenemos que instalarlas en este gobierno”.

Reforma a la salud

Sobre la reforma, la ministra Yarza parte de un diagnóstico concreto: “La gente quiere un sistema más justo, una forma de relacionarse con los temas de salud que sea más segura, que no dependa (del tamaño) de su bolsillo. Y lo que nosotros dijimos en el programa es que eso se garantiza con un sistema universal de salud. Ahora lo que nos corresponde es explicar en mayor profundidad qué significa aquello”.

“No es una política que solo enarbolamos nosotros”, comenta la ministra, “sino que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) llevan años hablando de construir sistemas universales. Hay ejemplos en Europa como el clásico sistema universal que el National Health Service (NHS) inglés desarrolló a partir de la Segunda Guerra, o en nuestros vecinos de América Latina como Brasil desde 1989, Uruguay hace pocos años con el presidente Mujica, Cuba o Costa Rica”.

  • Hace algunas semanas la Convención Constitucional aprobó la creación, precisamente, de un sistema nacional de salud que tenga un carácter universal, público e integrado. ¿Qué tan atada está la reforma propuesta por el gobierno a la suerte de la Convención que propone un sistema de esas características?

Nosotros respetamos profundamente lo que los constituyentes estén discutiendo y planteando en ese espacio, prefiero hablar del cronograma que nos hemos trazado como gobierno. Este año pretendemos desarrollar ciertos pilotos que nos permitan hacer ciertos aprendizajes del cómo; tener tres o cuatro encuentros para discutir aquellas experiencias exitosas en América Latina o en Europa; y trazar una agenda legislativa en que queremos fortalecer el Instituto de Salud Pública y la Superintendencia de Salud, así como reforzar y fortalecer la institucionalidad de la rectoría del Ministerio con una agencia de evaluación de tecnología sanitaria y el fortalecimiento de la Central Nacional de Abastecimiento (Cenabast). Esos son nuestros focos este año.

  • Se trata entonces de un camino independiente al que recorra la Convención, por mucho que estén emparentados en ciertos temas o tengan objetivos similares a largo plazo.

Claro. Por cierto, que esto siempre va a ser afectado por otras condiciones del país que puedan apurarlo o retrasarlo, pero este es el diseño que tenemos para el primer año.

  • A propósito de este artículo en el proyecto de nueva Constitución, el presidente de la Asociación de Isapres, Gonzalo Simón, dijo que existía preocupación en su sector porque se pone en riesgo la libertad de las personas de elegir su sistema de salud, y que la pandemia había demostrado que el camino exitoso que debía seguirse en el futuro era un trabajo coordinado entre el sector público y privado. ¿Le parecen críticas atendibles?

A mí me sorprende porque en nuestro programa no aparece ninguna frase relacionada a eso. Nosotros no estamos hablando de que se acabe la posibilidad de elegir.

Recuerdo cuando pasó de lo de las Garantías Explícitas: la gran mayoría de la propaganda, que salía en muchos lados, tenía que ver con que las personas iban a dejar de elegir. Hoy tenemos instaladas las Garantías Explícitas, la sociedad civil nos pide a cada rato que incorporemos más garantías al GES, pero ustedes y yo sabemos que las personas siguen pudiendo elegir. De esa campaña de desinformación me acuerdo con las palabras que ustedes mencionaban.

Nosotros hemos dicho que el sistema no va discriminar por el bolsillo de las personas, sino que por criterios claros que tienen que ver con las necesidades de las personas. El ejemplo que me parece muy ilustrativo es el del trasplante: hoy en Chile los trasplantes son un bien público, hay una fila priorizada tanto para las personas con o sin Isapre, sean (del fondo) A, B, C o D. ¿Y qué se privilegia? Las condiciones clínicas, el riesgo. Son criterios explícitos. Hay integración mediante reglas públicas.

Ahora tenemos que explicar bien esto porque puede pasar lo que pasó con el GES, en que mucha gente tenía ese miedo y salieron a hacer campaña para decirles a las personas que se iban a perder libertades.

  • En ese sentido, ¿la acusación de intervencionismo que le imputaron algunos diputados del PR la limita al momento de encabezar una campaña de información?

No. En nuestro programa señalamos explícitamente que íbamos a caminar hacia el sistema universal, que íbamos a hacer todos esos pasos previos, como construir un Fondo único de salud. Eso está explícito. Y me parece que explicárselo a los ciudadanos y a los trabajadores de salud es parte de mi mandato como ministra.

  • ¿Cómo conciliar el fin de las Isapres con la desconfianza hacia la limitación de la posibilidad de elegir de las personas?

Tenemos que instalar como parte del sistema universal la capacidad de las personas de elegir caminos institucionales de modelos de atención, y hasta frente a determinados caminos terapéuticos, que con la información suficiente decidan cuál elegir. Que no estén las Isapres no significa que no va a haber capacidad de elegir. Nosotros no nos imaginamos un lugar en el que todo esté predicho, por ningún motivo.

Campaña de Vacunación

“El proceso de vacunación es de las cosas de las que nos podemos sentir orgullosas y orgullosos. Es una estrategia exitosa que habla de Chile como un país capaz de instalar políticas de salud de Estado y no de gobierno”. “Por un lado, está la capacidad del Estado de Chile de comprar y tener una provisión segura de vacunas; por el otro, un sistema sanitario capaz de instalar esa campaña de vacunación a lo largo del territorio nacional.

Sobre los esfuerzos para motivar a aquellos que no se han vacunado con la cuarta dosis afirma:

“Desde inicios de abril hemos hecho una campaña de ´Me pongo al día´, llevando el espacio de vacunación a lugares extramurales, deportivos, parques, colegios. Ahora, la manera en que avanzamos con la tercera dosis fue el pase de movilidad. Para motivar a la cuarta, vamos a recurrir nuevamente al carnet. Creemos que esa es una estrategia que va a mover el vector, y ese vector se mueve muy rápido, porque es una motivación permanente”.

  • Con respecto a las políticas de salud, en el caso de que la infraestructura del sistema público no pueda satisfacer las necesidades de los usuarios, se realiza una compra de servicios para establecimientos privados. ¿Esos recursos no podrían ser invertidos en mejorar la infraestructura o la capacidad de los recintos públicos?

Yo creo que las cosas no se contraponen. Nosotros tenemos una idea muy fuerte de fortalecimiento de la institucionalidad pública, de la estrategia, de la infraestructura. Lo que no quiere decir que también miremos en qué problema de salud, no solo el sistema privado, sino que las fundaciones, incluso las sociedades científicas nos puedan ayudar. Quiero decirles que a todos los que nos digan “queremos ayudar a resolver ese problema”, nosotros vamos a estar disponibles, con la rectoría del sistema, con reglas públicas y, por tanto, privados, fundaciones, sociedades científicas, colegios profesionales, son bienvenidos. Porque, así como lo aprendimos en la pandemia, la integración de todos los esfuerzos son los que nos permiten enfrentar grandes problemas sanitarios.

  • También sobre la reforma a la salud, hay expertos que señalan que se debería trabajar hacia una desmunicipalización de la salud primaria. ¿Esta administración se ha planteado esa posibilidad?

No. Yo tengo la opinión de tenemos que todavía caminar un buen trecho para ir acercando los instrumentos con los cuáles el Minsal, el Estado de Chile más centralizado, tiene la conversación con los gobiernos locales. Yo creo que tenemos que mejorar los indicadores, los indexadores, las formas de financiamiento, la forma de seguimiento y monitoreo, ponernos de acuerdo, crear espacios más participativos para la toma de decisión. O sea, yo creo que tenemos un camino que recorrer para optimizar la relación, y a mí me parece que ese no es el tema que nosotros quisiéramos instalar en la agenda ni en la discusión, para nada. Tenemos una muy buena experiencia trabajando con los gobiernos locales.

Hacerse cargo

La salud no tiene descanso y la nueva administración ha tenido que empezar desde el punto en que terminó el gobierno anterior, que en su opinión, dejó un legado bastante turbulento.

  • Lo primero es la no entrega de los correos del Minsal, a propósito de que el Consejo para la Transparencia anunciaba que iba a solicitar un sumario a la subsecretaría por la no entrega. Primero nos gustaría saber cuál es su opinión, y luego de qué manera se han hecho cargo de este tema desde el Ministerio.

Lo primero es decir que para nosotros el tema de la transparencia es muy relevante, y que
desde que llegamos tomamos ese tema en lo particular, además de fortalecer la institucionalidad y la transparencia dentro del ministerio y de la red. Cuando nosotros tomamos este tema ya habían pasado alrededor de 18 meses desde que se solicitó la respuesta. Estamos hablando de 70 mil correos y, por tanto, lo que nosotros hemos hecho es contratar, primero, un diseño que va ser el estándar con el cuál vamos a enviar la información para poder resguardar aquellos temas que tienen que ver con personas, con datos sensibles de las personas, y además por tratar una empresa que pueda generar los algoritmos necesarios, la robótica, como para poder tachar, borrar parcialmente los datos sensibles. Estamos adportas a entregarlos y lo que hicimos es preguntarle al Consejo para la Transparencia – CPLT- si esto que nosotros estamos haciendo, si este estándar de transparencia con el cuál le vamos a contestar a Ciper, ellos lo encuentran adecuado. Una vez que ellos nos respondan aquello, se lo vamos a entregar a Ciper.

  • Pero esta es una tarea que se le dio al gobierno anterior. ¿Qué opinión le merece que ellos no se hayan hecho cargo?

A nosotros nos parece que el estándar de transparencia del Estado tiene que estar a la altura de estos requerimientos y que efectivamente era complejo tecnológicamente, pero nosotros logramos encontrar las instituciones que pueden resolverlos. O sea que, yo reconozco que es un problema, pero nosotros en dos meses ya tenemos lista la información para entregarla y estamos esperando el tema del Consejo. Yo creo que 18 meses es mucho. De hecho, el CPLT generó una medida en contra de las autoridades del Ministerio anterior por no entregar, o sea que el Consejo efectivamente dictaminó medidas a las autoridades.

  • Existe un programa, el PIRO (Programa Integral de Reparación Ocular), que busca “asegurar atención gratuita y multidimensional para las personas que han resultado con lesiones oculares en el contexto del estallido social”. Hace un par de meses Contraloría detectó en un pre-informe que no existía información sobre alrededor de 140 millones destinados a este programa: En qué estaban siendo utilizados, o de hecho si estaban siendo utilizados o no; y detectó también que existen falencias en
    los mecanismos para ingresar al plan, debido a que no se exige identificar haber sido
    una víctima ocular del estallido social o de las manifestaciones de octubre de 2019 en
    adelante. ¿De qué manera se están haciendo cargo en el Ministerio de estos problemas de implementación del PIRO?

Nosotros generamos un equipo de trabajo que miró no solo lo que Contraloría nos señalaba del punto de vista administrativo, la poca claridad en la entrega de estas prestaciones a las personas sometidas a daño ocular a propósito de las manifestaciones, y a propósito de la situación. Nosotros creemos que teníamos que hacernos cargo de eso, y de una reparación para víctimas del Estado, por afectación del Estado. Nosotros creíamos que esa reparación es mucho más integral, que incorpora no solo los temas oculares, no solo de salud mental, no solo individual sino familiar, y otras problemáticas que guardan relación con la rehabilitación o habilitación de esas personas para seguir en su vida comunitaria, laboral, escolar. Nosotros instalamos una mesa con Justicia para poder tener esa respuesta más clara con respecto a las personas que fueron afectadas por el Estado en este daño, y ya ese trabajo ya nosotros lo estamos dando el diagnóstico por terminado, y el planteamiento que estamos haciendo es la reformulación del PIRO, para esta mirada que mejora del punto de vista administrativo la respuesta, que traslada el programa a nivel nacional y no solo como una respuesta a la Metropolitana, y tercero, que abarca otras dimensiones para responder no solo a los temas oculares, sino que a la rehabilitación y a los temas de salud mental, individual y de las familias.

 

Ariadna Cifuentes

Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile.

Julio César Olivares

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile