Bárbara Barrera Morales es periodista de la Universidad de Chile, actualmente es directora de contenido en la sede chilena de la productora internacional BTF Media y directora general de la serie de ficción que se entrenará este año, “La Vida de Nosotras”. Una obra audiovisual que consta de 16 capítulos, 16 historias de mujeres víctimas y sobrevivientes de violencia patriarcal, que será transmitida por la televisión abierta.


La directora de la serie conversó con Doble Espacio sobre esta obra cinematográfica, basada en historias reales, que busca visibilizar y concientizar sobre el grave problema que significa la violencia contra las mujeres, no solamente en Chile, sino también alrededor del mundo, además del proceso de producción y del vínculo que se desarrolló con las víctimas y sus familias para llevar a cabo esta inédita producción.

¿Cómo surge la idea original de la obra documental?

La serie surge a partir de la necesidad de visibilizar y concientizar respecto al grave problema que significa la violencia contra las mujeres. Creo que también ocurre en un contexto bien específico en el que al menos desde el 2014 hasta la fecha, los movimientos feministas en Chile han venido posicionando más fuertemente sus demandas, que por supuesto también son demandas históricas que no inventamos nosotras, sino que vienen fraguándose desde hace mucho tiempo, desde fines del siglo XIX, inicio del siglo XX con las feministas obreras, pero que por supuesto hoy en día tiene esas luchas y esas manifestaciones por nuestros derechos también tienen otras lecturas, que van también de acorde a los tiempos que vivimos.

Para Bárbara Barrera, en este contexto en que Chile se ha visto bien sacudido en términos sociales y culturales por los movimientos feministas, “es importante que el cine no se quedara atrás. Yo creo que ahí el cine tiene un rol bien importante en visibilizar y estar a la altura también de lo que exige la ciudadanía”, señala.

“Yo creo que en ese sentido hoy, lo que exige la ciudadanía, es que efectivamente se aborden estas temáticas desde las diferentes disciplinas, ya sea desde el periodismo, la psicología, desde la publicidad, desde el cine, con una perspectiva ética y de Derechos Humanos”.
Para la directora, no se puede abordar estas temáticas por abordarlas, “o que sea por un afán netamente marketero o comercial. Ahí también hay algo que es importante. Porque también hoy día quién no habla de feminismo, quién no habla de violencia contra mujeres, es una temática que marca pauta, por ejemplo, en los medios de comunicación constantemente, pero ahí también habría que analizar de qué manera se trata”, explica.

“Entonces creo que también esta serie nace en ese marco que el cine si o si tiene que estar a la altura de lo que exige la ciudadanía, y en este sentido, la ciudadanía, particularmente las mujeres, exigimos que estos temas se aborden y se pongan constantemente sobre la mesa con el fin de, por supuesto, conversarlos, analizarlos, concientizar, hasta poder erradicar la violencia contra la mujer”, añade.

 

Es una serie de carácter social

Consultada sobre, cuál es la importancia para el equipo, y para ella como realizadora y directora que esta serie sea transmitida en televisión abierta, señala que eso resulta central.

“A parte de la base que realiza este tipo de producciones y de obras con el fin de que la mayor cantidad de gente posible las vea. Sobre todo, porque no es una serie que tiene un fin comercial, todo lo contrario, es una serie de carácter social. Cuyo objetivo precisamente es visibilizar, concientizar y educar. O sea, yo espero y creo que va a ser así, que esta serie va a contribuir mucho al debate y a la reflexión, no solo dentro del movimiento feminista, sino también al interior de la sociedad en general, que es lo que a mí principalmente como directora me interesa”.

Barbara espera que esta serie, “ayude a posicionar ciertos conceptos que me parece importante de que la gente, que cada vez se conozcan más, porque, por ejemplo, llevamos casos de violencia extrema”.

Violencia extrema que según la directora no son los únicos, “por qué no llevamos sólo casos de violencia extrema, efectivamente tenemos casos de femicidio, de suicidio feminista, castigo femicida, pero también llevamos otras manifestaciones de la violencia patriarcal, precisamente porque creo que, a nivel cultural y social, gracias a los movimientos feministas, ya hay una condena más generalizada sobre la violencia extrema, pero no así sobre otras manifestaciones de esas violencias”.

 

Otras violencias

Para Bárbara Barrera, junto a las violencias mencionadas, se sumas otras violencias que “La Vida de Nosotras” pretende tocar, “por ejemplo, todavía es muy difícil que alguien al interior de los contextos laborales se sancionen los casos de acoso laboral, o que se sancionen los casos de acoso laboral, o que se sancionen al interior de las universidades también casos de acoso. La demanda por la despenalización del aborto, el acoso judicial. No hay digamos vías para poder hacerse caso de un tipo de violencia específico como lo es el acoso judicial”, explica.

“El caso de la violencia especifica contra mujeres lesbianas, mujeres indígenas, mujeres afrodescendientes, también la serie intenta abordar y hacerse cargo de las especificidades de la violencia, por eso también llevamos casos diversos, en ese sentido, para poder abarcar la representatividad de las mujeres que sufrimos violencia desde historias de niñas, como la historia de Javiera Neira y Claudia Neira, hasta la historia de Erica Muñoz que es una trabajadora de casa particular de más de 70 años que sufre violencia”, agrega.

La directora a partir de estos conceptos reitera la que esta serie salga en señal abierta, “porque va a poder contribuir también a posicionar ciertos conceptos sobre la violencia contra las mujeres y desde una mirada cercana o en el fondo lo que permite el cine es precisamente generar un poco más empatía y sobre todo cuando se trata de víctimas y de sobrevivientes, creo que el cine te da esa posibilidad de contar estas historias de una forma que llegue a través de las sensibilidades y de las emociones de las personas.

La contribución feminista

Consultada cómo ven el contexto en el que se enmarca esta producción, Bárbara reflexiona sobre el cambio producido en la última década. “Si una hiciera una especie de análisis a nivel social y cultural de como estábamos hace 10 años, yo creo que una podría evidenciar varias diferencias, y eso me parece bien auspicioso y también creo que eso es única y exclusivamente gracias a todo el trabajo de las organizaciones feministas en Chile”, puntualiza.

“Porque existe una conciencia y una reflexión que surge espontáneamente, siempre eso va de la mano del trabajo de las feministas, de lo insistentes que muchas veces somos las feministas para posicionar las temáticas en todos los espacios que habitamos. Y ahí también el surgimiento de organizaciones también feministas en Chile, el fortalecimiento quizás, o la mayor visibilización de otras organizaciones como la Red Chilena contra la violencia hacia las mujeres, que viene hace muchísimos años en Chile”.

Para la realizadora audiovisual, las acciones políticas feministas tanbién has sido clave, “como la toma de espacios en las calles, las manifestaciones feministas, la gran cantidad de mujeres que asisten hoy día a las marchas, y algo no menos también son pequeños cambios que se han dado al interior de medios de comunicación”.

“No estoy hablando de medios de comunicación alternativos o contrahegemónicos, estoy hablando también de medios de comunicación del duopolio, o los que tienen un posicionamiento constante, donde ya por ejemplo existen notas en las que efectivamente se abordan casos de violencia y al final de la notita dice: ‘Si has sido víctima de violencia puedes llamar al 1455″, explica.

Estos ejemplos, según señala Bárbara, son pequeños cambios a nivel de cobertura mediática y quizás nuevas propuestas a nivel de publicidad, “aunque creo que ahí también siempre está atravesado por intereses comerciales, entonces es difícil de poder valorar tanto en ese sentido, como la diversidad de rostros, de cuerpos, la publicidad de Falabella con mujeres afrodescendientes. Pero ahí se mezcla siempre un afán de marketing y comercial que yo creo que es tramposo, entonces habría que analizarlo con otros códigos”, aclara.

Bárbara Barrera, directora de “La Vida de Nosotras”

Un formato para la televisión abierta y el consumo de masas

El formato que sigue “La Vida de Nosotras” se basa en una serie anterior, que se llamó “Una Historia Necesaria”, que también posee 16 historias, y que trató de relatos de detenidos desaparecidos y ejecutados políticos durante la dictadura cívico militar chilena.

“Esa serie fue dirigida por Hernán Caffiero que es el productor ejecutivo de “La Vida de Nosotras”, y precisamente esta serie sigue el mismo formato: 16 historias de mujeres víctimas de violencia patriarcal, víctimas y sobrevivientes. y también el formato permite también un consumo más rápido de la serie”, destaca la directora.

Quien considera que estas temáticas son perfectamente abordables en formatos más largos. “Hay historias como la de Nicole Saavedra (asesinada en 2016), que una podría profundizar. Pero creo que dentro las cosas positivas del formato, es que permite que la gente vea el contenido en un tiempo corto”, afirma

“Sobre todo entendiendo también la dinámica de las relaciones y de trabajo que sostiene hoy la gente, en la que puedes ir en el metro o la micro y puedes ver un capítulo de “La Vida de Nosotras”, perfectamente. O incluso dos capítulos en tus trayectos camino al trabajo, de vuelta a tu casa. Porque también efectivamente la gente carece de más tiempo, lamentablemente. Entonces creo que esa es una de las cosas positivas del formato”.

Trabajo con las víctimas y sus familias

Consultada sobre cómo ha sido el recibimiento del público al trailer y cuáles son sus proyecciones como equipo de dirección, Bárbara Barrera revela una característica fundamental de la producción.

“Dentro de las proyecciones yo creo que tiene que ver con los mismos objetivos que se plantea la serie (visualizar casos de violencia), pero creo que también hay otra cosa que es bien particular, y que tiene que ver con el caso a caso de las historias que llevamos”.

“Esta serie se trabajó desde un inicio de la mano de los familiares y mujeres protagonistas de la serie. Yo creo que eso también es bien importante enfatizarlo, porque quizás para mí como periodista resulta natural, pero al interior del cine no funciona tan así. Hay un acercamiento a las familias, pero lo que sucede en muchos de los casos es que después los realizadores y realizadoras con esa historia, con ese testimonio, hacen un poco lo que quieren, como que en el fondo de manosea la historia y se pone en función de lo que un guionista quiere comunicar en una escena, y en ese sentido se altera la historia o se agregan otros elementos que hagan de alguna u otra forma la historia más atractiva”, puntualiza.

“Y eso finalmente termina o en muchos casos en generar un daño bien importante al interior de las familias, y lo hemos visto con historias de Derechos Humanos particularmente vinculados a la dictadura. Entonces creo que ahí siempre hay que tener un cuidado bien grande, y esta serie efectivamente se plateó desde un primer minuto como una serie que se trabajó de la mano de las mujeres y los familiares, y eso ha permeado a lo largo de todo el proceso”.

Frente a este diagnóstico la realizadora audiovisual, señala que también es soy bien crítica “de esta especie de extractivismo que se da muchísimo al interior de la academia en el que, bueno, vamos a entrevistar a las personas que necesito, que quiero contar tal historia, pero tomo esa información y después me desvinculo de ella. Ir solamente por la cuña y después no nos vemos. No hay una relación mayor”, sostiene.

“Bueno, en esta serie efectivamente lo que hicimos, en la gran mayoría de los procesos seguimos vinculados con los familiares, y para el momento del trailer se dio algo súper bonito, que todos agradecieron mucho el trabajo, y para algunos familiares fue súper doloroso”.

Un ejemplo al que hace mención Bárbara es la señora Nancy Cortez, mamá de Paola Alvarado, víctima de femicidio y posterior desaparición, “ella contaba que efectivamente le había dolido mucho ver el trailer, pero a pesar de eso ella entendía que esto era por algo mayor. Y ahí también una puede identificar algo que se da con toda la familia, con todas las mujeres que están en esta serie, y que tiene que ver con cómo ellas ponen sus historias personales a disposición de algo mayor que tiene que ver con que ojalá ninguna de estas historias vuelva a suceder nunca más”.

 

 

Memoria feminista

La directora espera que cada capítulo de esta serie sea una contribución, “que sea algo para ellos y para ellas, porque efectivamente lo es. Y por otro lado creo que va a contribuir mucho a la memoria colectiva feminista, yo creo que eso es súper importante hoy día. Yo creo que la memoria no es solamente vinculada a los Derechos Humanos”, señala.

“La memoria feminista es algo que efectivamente debiéramos contribuir siempre a trabajar, creo que es un trabajo cotidiano. Creo que este tipo de producciones y de obras aportan a eso, y a no olvidar. Que es también por qué uno hace trabajo de memoria y sobre todo en un país como este”.

“Hay una discusión muy linda que dar respecto a lo que entendemos como memoria feminista y como contribuimos cada una a eso, y en ese sentido el cine resulta una pieza fundamental para crear esa memoria feminista”, concluye.