Carolina Vilches es activista del Movimiento de Defensa del Agua, la Tierra y la Protección del Medioambiente (Modatima) desde que llegó a vivir a Petorca hace más de una década. Desde entonces, ha trabajado en conjunto con organizaciones territoriales del sector, para poner fin al negocio del agua que obliga a los habitantes de la zona a sobrevivir con 50 litros diarios. Se autodefine como hidrofeminista y su esperanza de una nueva Constitución, la llevó a participar como constituyente por el distrito 6, que incluye las localidades de Quintero, Puchuncaví y Petorca, territorios que tienen en común ser denominados zonas de sacrificio.
Sus estudios como geógrafa, especialista en gestión hídrica, le han permitido conocer las vulneraciones a los DDHH en una de las zonas con mayor escasez de agua en el país, a causa del impacto del modelo extractivista que impera en el sector. Esta realidad cotidiana no le resulta indiferente, por ello, decidió dedicar su vida a trabajar por la redistribución y protección de los recursos naturales. Este proyecto se materializó en la creación de la primera Oficina Municipal de Asuntos Hídricos en Petorca. “Desde ahí, creo que se hizo bastante factible y realista el poder posicionar el discurso del agua desde una mirada territorial, pero también profesional e institucional”, afirma la ahora constituyente electa.
Su lucha por la defensa del medio ambiente se articula con la resistencia que nace desde el feminismo, puesto que las mujeres se ven especialmente afectadas por la deficiencia hídrica. Son ellas quienes tienen que posponer, en la mayoría de los casos, sus propias necesidades, al tener la obligación impuesta de velar por el sustento y bienestar de su familia primero. Lidiar con esta desigualdad de todos los días, que afecta a miles de mujeres en Petorca, incluida Carolina, la llevó a autodefinirse como hidrofeminista.
–¿Qué significa para usted ser hidrofeminista?
“El hidrofeminismo tiene que ver con las que nos encontramos privadas de agua y cómo respondemos a mayores autonomías hídricas, en sentir que podemos aprender a recuperar el agua y saberes ancestrales. Estamos construyendo colectivas de red de apoyo de mujeres, y desde ahí, el hidrofeminismo se levanta como una oportunidad para avanzar hacia la autonomía hídrica, especialmente de las mujeres que están en zonas de sacrificio, privadas de agua, y con la necesidad de sostener la vida”.
–¿Cómo le ha afectado a usted, al ser mujer, vivir en un lugar con escasez hídrica como Petorca?
“Hay muchas formas de afectación, como migraciones y personas que se han suicidado por no poder darle de beber a sus animales. Significa tener que elegir qué ropa lavar o ir a ducharte a otra localidad. No poder ir al colegio o a trabajar porque estás con la menstruación y no tienes agua. Acostumbrarse a acumularla en botellas, porque siempre se puede cortar. No poder usar una lavadora o el calefón correctamente porque no tienes suficiente presión. Tener la incertidumbre, el miedo de que puedes quedarte en cualquier momento sin agua y naturalizarlo o resignarse, es un sufrimiento ambiental cotidiano que se vive en Petorca”, comparte la activista.
Resistir el temor
Para Carolina, la incertidumbre de vivir en Petorca no sólo se ha reflejado en la carencia de agua para sobrevivir día a día, también, se han vuelto cotidianos los sentimientos de miedo y vulnerabilidad. Durante los últimos años han salido a la luz pública numerosos casos de hostigamiento y amenazas a activistas de Modatima en la provincia de Petorca. Ejemplo de esto es Rodrigo Mundaca, el actual gobernador de la región metropolitna, quien recibió amenazas de muerte mediante llamadas de teléfono y en redes sociales. Verónica Vilches, también fue víctima de intimidaciones, por medio mensajes de odio a través de rayados en una pared de las dependencias de Agua Potable Rural (APR) de la comuna de Cabildo.
América Latina es conocida por ser la zona más mortífera del mundo para quienes son parte de la resistencia y defensa del medio ambiente. Tan compleja es la situación que el continente alcanzó la cifra de 148 denuncias de activistas asesinados en el año 2019, según un informe de la ONG Global Witness, el número más alto desde que la organización lleva registro. Carolina conoce dicha realidad en carne propia, puesto que ella misma declara haber sido víctima de ataques y hostigamientos. “Han habido situaciones bastante violentas, cómo romper los candados y los vidrios de mi casa, cosas así, incluso, me intentaron atropellar con mi hijo”, confiesa.
–¿Cómo ha enfrentado las amenazas y el hostigamiento en la vida cotidiana? ¿Ha pensado en algún momento dejar su activismo por miedo a su propia integridad?
“Sí, la verdad es que mi mamá más de una vez me dijo que me devolviera para la casa, porque tenía miedo de que me pasara algo. También mi hijo sintió miedo. Igual en algún momento pensé que esto iba a significar que me tuviera que ir de la comuna para poder protegerme, pero afortunadamente tomé la estrategia de cambiarme de casa, y de estar siempre acompañada. Adopté esta forma de cuidarme: no ando ni viajo sola. Me cambio de casa de manera frecuente y siempre invito a personas de mi confianza”, detalla.
Según la constituyente las denuncias quedan sin juicio ni culpables, algo que se ha vuelto un resultado común en los casos de acoso y amedrentamientos hacia activistas. Carolina afirma que el abandono por parte de las instituciones encargadas de proseguir con las causas judiciales es evidente, “Hicimos algunas denuncias, pero si tú no identificas al culpable, queda todo en un saludo a la bandera, que no sirve, no funciona, no tiene cauce”.
Estas situaciones se han visto invisibilizadas a tal punto que activistas han sido encontrados muertos en circunstancias cuestionadas por sus seres queridos. “Alejandro Castro fue asesinado y también Macarena Valdés. No tenemos derecho a defender nuestros derechos hoy en día”, sentencia la geógrafa.
Para la hidrofeminista, la mejor forma de hacer frente al desamparo del Estado respecto a quienes luchan por los derechos ambientales nace desde las bases del territorio. Menciona que, “hay que construir comunidad y fuerza colectiva para no permitir que las mujeres queden solas en esa defensa, y que las comunidades no se sientan abandonadas en una lucha que es de todos”. Además, señala la importancia de la difusión de la prensa a la hora de dar a conocer la resistencia que dan los habitantes de la zona, “es importante tener medios de comunicación alternativos de nuestro lado, para poder combatir a los que son hegemónicos que confunden y siembran el miedo”, asegura.
“Han habido situaciones bastante violentas, cómo romper los candados y los vidrios de mi casa, cosas así, incluso, me intentaron atropellar con mi hijo”
Frente a la consulta sobre si considera que todavía hay cosas al debe por parte de los medios y de la prensa respecto a la cobertura sobre temas ambientales o de persecución a activistas, Carolina responde con ejemplos claros,
“Por supuesto, se hace noticia de cuestiones aberrantes, de cuando ya existen zonas de sacrificio. Casi nunca se publica sobre las mingas del agua, el fortalecimiento de la comunidad, ni se reconoce a los dirigentes, quienes terminan siendo maltratados. Las mujeres, cuando son dirigentas o autoridades locales, muchas veces son ninguneadas o acosadas, inclusive sexualmente”, explica.
Y añade, “si se levantara otra línea, en el sentido de reconocer, relevar la labor dirigencial, el trabajo, y la defensa territorial que se hace en las comunidades, tal vez no estaríamos haciendo noticia de aquellos dirigentes que han sido amenazados o golpeados, de aquellas comunidades que son vulneradas. Pero creo que hay bastantes señales positivas de medios alternativos que van en otra dirección”.
Para ella también existe mucha desinformación, “es súper importante cuestionar eso, para que el periodismo sea funcional al momento histórico que estamos viviendo. Necesitamos más información y muchas veces la televisión, La Tercera, El Mercurio, lo que hacen es proteger el sistema imperante”.
Hace tan solo un mes, en la primera semana de junio, la activista de Modatima Verónica Vilches, compañera de Carolina, recibió otra amenaza de muerte, mediante rayados en las dependencias del sistema de abastecimiento de agua potable rural, en la comuna de Cabildo. El hecho ocurrió dos días después de que Amnistía Internacional lanzara una campaña en el contexto del día del medioambiente, en apoyo a las mujeres defensoras del agua, víctimas de amedrentamientos en la provincia de Petorca.
No se gana hasta que se gana
Los años de trabajo de Carolina como activista y habitante de Petorca, la han llevado a vivenciar una extensa gama de injusticias ambientales. Observar cómo sus coterráneos sufren las consecuencias de la violación cotidiana al Derecho Humano del agua sembró en ella una semilla de descontento que el año 2020 germinó y la motivó a lanzar su proyecto como Constituyente por el distrito 6. Para ella, la Convención surgió como una oportunidad para trabajar desde el movimiento social ambiental de manera independiente, sin partidos, para que “no se lleven el proceso los mismos políticos empresarios de siempre”, expresa.
En las históricas elecciones del 15 y 16 de mayo de este año, Carolina fue electa con la primera mayoría de su distrito, resultado que para ella expresó el malestar de la ciudadanía y las ganas de que el proceso fuera llevado a cabo por personas que surgen desde las comunidades. “Decidimos dar un paso hacia la constituyente, desde el territorio, desde el conocimiento y desde la necesidad de recuperar el agua para la comunidad”, asevera la activista.
–¿Qué siente que tuvieron de distintas sus propuestas que la llevaron a conectar con la ciudadanía y a lograr la primera mayoría en el distrito 6?
“Fue vital el trabajo por más de 10 años en la movilización por el agua, que es demostrable. Asimismo, creo que es importante el oficio de geógrafa, entendiendo que varias personas me preguntaban a qué me dedico, entonces ahí mencionábamos la Oficina Municipal de Asuntos Hídricos, que es una iniciativa que pudimos construir desde la comunidad, ocupando ya la institucionalidad del municipio. También reconociendo el robo del agua y la privatización, o sea nuestro mensaje era: ‘No es sequía, es saqueo’, este movimiento igualmente influyó en que las personas confiaran en nuestra campaña”, puntualiza.
Su labor en la Oficina Municipal de Asuntos Hídricos fue clave para conectar con los ciudadanos de Petorca, puesto que, esta surge a partir del diagnóstico territorial que dio cuenta de la necesidad de un espacio institucional que fortalezca la gestión pública y comunitaria del agua potable rural. Desde ahí, contribuyó a aumentar la participación y el empoderamiento de la comunidad.
Además, en su proyecto convergieron género y medioambiente, dos temáticas que han resonado en las calles del Chile post 19 de Octubre. En su programa, esto se manifestó con la consigna: “El patriarcado le hace a nuestro cuerpo, lo que las economías extractivistas le hacen a nuestro territorio”. Para Carolina, este lema hace referencia al “extractivismo que violenta a las comunidades, despojándolas de agua y vida a través de la sobreexplotación y contaminación, misma violencia con que el machismo violenta los cuerpos de mujeres a través de los feminicidios”, expresa.
Carolina no fue la única activista de Modatima que triunfó en las pasadas elecciones. Al igual que ella, numerosas compañeras alcanzaron cargos en los concejos municipales y en la Convención Constitucional. Y a pesar de que la ciudadanía ha manifestado un descontento hacia las instituciones y autoridades tradicionales, a la par dio un creciente apoyo a candidaturas independientes. Ella no se proclamó ganadora antes de tiempo. Afrontar las elecciones con los pies sobre la tierra fue su postura. “No se gana hasta que se gana, lo dimos todo para ganar y logramos varios espacios”, declara.
“Creo que a mediano plazo si podemos terminar con el negocio de los recursos naturales e iniciar un proceso de justicia restaurativa en las zonas que han sido sacrificadas ambientalmente”
Con su puesto ya asegurado en la Convención Constitucional, su siguiente paso será defender aquellas propuestas que fueron parte primordial de su campaña y posterior triunfo, enfocadas en la defensa del medioambiente y con miras a redactar una Constitución ecológica para el Chile del futuro.
Consultada sobre su programa, donde menciona que Chile debe tener una ecoconstitución, y en términos concretos qué conlleva este cambio, Carolina sostiene, “tiene que consagrarse la naturaleza como sujeta de derechos, de tal modo que se respete la preservación de la biodiversidad, los santuarios de la naturaleza y la conservación de fuentes de agua estratégicas. Creemos que una Constitución ecológica tiene que promover un modelo de desarrollo responsable con la madre tierra naturaleza y consagrar el recurso hídrico como un bien natural ,común e inapropiable para terminar con su negocio”.
Ante todo, agrega, “la distribución del poder del Estado debe ser en clave territorial, para que tengamos mayor facultad resolutiva en las regiones, provincias y comunas. Además, que este sea democrático, ya que ahora, las zonas de sacrificio responden mucho a la falta de participación vinculante, a un modelo extractivista irracional que destruye y no protege la naturaleza. Por último, es importante que el quehacer estatal sea sustentable y más descentralizado, que tengamos un fomento de las economías locales y que estas sean de baja huella hídrica y de carbono. En donde no tengamos que lamentar un Estado que agudiza los problemas del cambio climático y la destrucción de los ecosistemas”.
Respecto a este proceso histórico que se está viviendo y al futuro ambiental de Chile, Carolina Viches, sostiene, “considero que es esperanzador que la Convención sea progresista, independiente y de personas de izquierda. El futuro es prometedor, pero queda mucho por hacer. También, necesitamos restaurar los suelos y las fuentes de agua. Creo que a mediano plazo sí podemos terminar con el negocio de los recursos naturales e iniciar un proceso de justicia restaurativa en las zonas que han sido sacrificadas ambientalmente”.
Gabriela Briones
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile.
Bruno Fattori
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile.