Este año representa un hito histórico para Chile en relación a los Derechos Humanos. No sólo debido a un nuevo proceso constituyente, sino también a la conmemoración de los 50 años del golpe de Estado. María Fernanda García, directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos, entregó un balance sobre la programación del museo en lo que va del año y se refirió al ambiente político actual del país.
“Creo que a 50 años del golpe de Estado, se ha entendido en un relato de los Derechos Humanos que hemos estado siempre hablando por las graves violaciones cometidas durante la dictadura cívico-militar. Sin embargo, los Derechos Humanos también han ido en función de otras cosas y en otros temas, de esa forma tenemos que entenderlos en general”, dice María Fernanda García Iribarren, directora del Museo de la Memoria y los Derechos Humanos cuando reflexiona sobre este medio siglo que hoy pide respuestas.
Para García, la gente no sabe muy bien a qué se refiere cuando se habla de violación de los Derechos Humanos, “hay una característica que es violarlos desde el Estado, desde el aparato represor del estado o de instituciones estatales. Se cree que viene un delincuente, te roba y eso es violar mis derechos humanos, eso no es así. Hay toda una educación que falta, producto que tampoco tenemos una educación ni en derechos humanos ni en educación cívica que esto es parte de la civilidad mínima que debiéramos manejar como sociedad. No hay una educación al respecto, por lo tanto, la gente tampoco sabe de qué se trata cuando se habla de Derechos Humanos”.
“Se tiene como esa conciencia de la violación durante la dictadura, la desaparición forzada, las víctimas o los detenidos desaparecidos, pero también producto de que por primera vez hay más gente que nació fuera de la dictadura. Hoy en Chile, más de un 70% no había nacido para el golpe de Estado. Lamentablemente, hay quienes se sienten ajenos al tema de la dictadura o de que el Estado puede ser parte de una violación de esa naturaleza. El gran desafío es cómo hacer que ese tema sea algo muy presente y que el quiebre de las democracias es algo que está permanentemente en crisis y presente”, sostiene en medio de estos tiempos revueltos porque los procesos de desmocratización, con el auge de la ultraderecha, también se experimentan en Chile.
– ¿Sería necesario volver a implementar la educación cívica en la malla curricular de los colegios?
Fundamental. Yo creo que es necesario tenerla en educación básica para comenzar a entender algunos temas. En enseñanza media es vital, incluso para el manejo de lo que significan los términos, qué son las instituciones en Chile, por qué es importante votar, por qué es importante la democracia, el tema de Derechos Humanos, etc. Yo creo que esto no pasa en historia o depende mucho del profesor o de la intención que el profesor tenga. Estos temas no son ideológicos, son como una base técnica mínima que debiéramos manejar todos en nuestra sociedad.
– ¿Cuál es/ha sido la razón por la que no se ha integrado la educación cívica en el país?
Yo creo que es un tema político, una intención política, pero la verdad es que no tengo una respuesta exacta. Este era el momento para volver a poner educación cívica en la malla curricular de los colegios y yo siento que la malla sólo ha ido decreciendo. ¿Por qué aun cuando gente de renombre, académicos y educadores han pedido muchas veces esto, todavía no se reintegra la educación cívica como asignatura obligatoria? No tiene sentido. La educación cívica siempre fue parte de la educación antes, te preparaba con elementos técnicos para la sociedad, por lo tanto, en eso no cabe la ideología. Yo creo que hay elementos prácticos súper necesarios para que la gente pueda dominar el quehacer para la vida diaria y para entender la sociedad en la que están insertos.
De vetos y desafíos
-En lo que va del año, el museo ha organizado distintas actividades sobre la conmemoración de los 50 años del golpe ¿Cómo ha sido la recepción y asistencia de la gente?
Ciertamente hemos tenido muchas actividades y tendremos muchas más, la asistencia ha sido maravillosa. El Museo de la Memoria era uno de los lugares con más asistencia de público antes de la pandemia. Yo creo que después del covid, la gente está ávida de verse, juntarse y venir a las actividades. Además, estamos en un lugar donde hay muchos museos, centros culturales, estamos frente al parque. Hay un montón de actividades que son propias del museo: ciclos de cine, obras de teatro, conversatorios, diálogos, conciertos, entre otros. Cada uno tiene su público y por supuesto tratamos de convocar a más gente.
– ¿Qué tipo de público es el que frecuenta el museo?
Siempre ha sido bastante variado. Ahora tenemos gran afluencia de extranjeros, es de los primeros museos que visitan y está en todas las guías en todas partes. También recibimos muchas familias los fines de semana y muchos estudiantes, eso sí está en el currículum hoy en día. Creo que en segundo o tercero medio les pasan lo que es el golpe militar, en todo tipo de colegios. Así que, aunque los papás aleguen o sean de derecha, los alumnos vienen, recorren el museo y son parte de él.
– ¿Considera que estas actividades o el museo en sí, son cubiertos lo necesario por los medios de comunicación?
No, en el museo tenemos un veto, lo he dicho varias veces. Tenemos una especie de veto en la prensa tradicional, sobre todo en El Mercurio, La Segunda, La Tercera. Hay algunos medios como El Mostrador que cubre algunas cosas, pero otros simplemente no salimos. Sólo aparece si es que hay alguna entrevista más “grande” o sale algo malo como el año pasado con el director anterior y los trabajadores. Hay actividades que yo sé que no van a cubrir porque no les interesan. Pero algunas que sí son de su línea editorial y que sí les interesaría al público que ellos llegan, no las cubren. Siento que se debe a que tienen una línea que no quieren cruzar en un sentido ideológico, lamentablemente.
– ¿Cómo ha sido la relación con el gobierno? ¿Les entregan el apoyo necesario?
Bueno, yo puedo hablar desde mi perspectiva, porque entré ahora en diciembre. La relación ha sido en general muy buena y bastante fluida, nos mantenemos cercanos a los distintos ministerios. Además, el presidente Boric ha venido varias veces, ya que cuando vienen los jefes de Estado o alguna autoridad extranjera en general quieren visitar el museo, entonces él los acompaña. Los misterios hacen muchas actividades acá, sus cuentas públicas y otros eventos en el auditorio que nosotros le facilitamos. Nos gusta mucho que utilicen nuestro espacio, eso nos ayuda a crecer y construir nuevas exposiciones.
Nos encontramos en un nuevo proceso constitucional, marcado por el reciente triunfo por parte del Partido Republicano, que posee la facultad de ejercer un veto en las normas. Diversos integrantes del partido, partiendo por su fundador, José Antonio Kast, se han presentado abiertamente como partidarios de la dictadura y negacionistas de la violación de los DD.HH.
– ¿Considera que esto podría representar un posible retroceso en materia de Derechos Humanos?
Yo creo que sí, es uno de los riesgos que se corren. Pero, yo creo que, de todas maneras, la gente votó por los republicanos por el tema de seguridad, el cual ni siquiera es un tema que pueda estar en la Constitución. La gente vota mucho por la guata, hay una gran cantidad de gente “despolitizada” y que vota por el que le ofrezca algo en su minuto. Sin embargo, confío en que varios estarán presentes y desafiando a estos convencionales cuando quieran retroceder o votar en contra de un Chile democrático.
– ¿Cómo han contribuido las distintas fuerzas políticas en este aspecto?
Creo que hay una derecha democrática que tiene este tema zanjado y es contraria a todo lo que pasó. Con ellos hemos podido avanzar en esa materia en los últimos años. Algunos de ellos son parte del directorio del museo y entienden que la violación a los DD.HH. y lo ocurrido desde el año 1973 hasta los 90’, son aberraciones que no pueden volver a ocurrir. Como Estado aún tenemos muchas cosas al debe que se deben solucionar, así como muchos países también siguen evolucionando en este tema. Nosotros no tenemos las certezas ni las fórmulas y estamos trabajando en ellas. Somos un país joven que ha cometido muchas equivocaciones en muchas cosas, pero creo que tenemos conciencia de que se debe que avanzar en paz social. Algo fundamental para eso es el resguardo y respeto transversal a los Derechos Humanos.