En plena revuelta social, Marcelo junto a su socio Carlos decidieron instalar un parlante en la ventana de su oficina, ubicada frente de Plaza Dignidad, para apoyar las manifestaciones con canciones de protesta. En esta entrevista habla sobre el impacto que ha tenido en su vida ser parte de este proyecto, la importancia de visibilizar voces más radicales y los planes a futuro para este medio popular.

En una oficina de un sexto piso en calle Merced, frente a la rebautizada Plaza Baquedano, funciona la Radio Plaza de la Dignidad, un medio autogestionado que nació al calor de la revuelta popular. El proyecto comenzó con Marcelo Osses y Carlos Escobar, quienes prestaban servicios para eventos, hasta que en octubre de 2019, se vieron empujados por el contexto a apoyar lo que estaba ocurriendo en la calle.

Aprovechando el espacio privilegiado en el que estaban ubicados, decidieron instalar un parlante en la ventana para acompañar las marchas con canciones de protesta. Actualmente ocupan un espacio mucho más grande, ya que el proyecto nació con dos personas, y hoy ya son veinte. Pasaron de emitir música grabada, a tener su propio espacio de música en vivo, donde se presentaron artistas que apoyaban las movilizaciones sociales como Illapu, Nano Stern, Bersuit Vergarabat, Santiago Rebelde y Ana Tijoux.

Actualmente, la radio cuenta con más de 19 mil seguidores en su Instagram, más de 170 mil seguidores en Facebook y su propia página web https://radioplazadeladignidad.cl/. Marcelo define al medio como parte de un movimiento popular radical. Están contra todo tipo de institucionalidad. Todos y todas las que trabajan en el proyecto lo hacen por convicción propia, sin ningún tipo de  remuneración.

Cubren y acompañan las movilizaciones sociales, además de tener programas de música en vivo y entrevistar a luchadores y luchadoras populares. En los últimos meses, han apoyado más activamente la campaña de “Ni un día + en la cárcel”, por la libertad de todas y todos los presos históricos por luchar.

En su página web dicen que no responden a ninguna orgánica política, pero que reconocen que el pueblo es el sujeto de transformaciones ¿Para quiénes nace este medio?

-Este medio es para quienes tienen una visión radicalizada de la política. No nos interesa ni los fachos, ni los amarillos, ni los naranjas. No buscamos convencer a los otros, nos interesa que esta franja popular tenga interlocución. Las personas que están en contra de la institucionalidad no tienen espacio en la prensa formal, ni siquiera en los medios alternativos. Por eso es muy importante dotar al sector popular de medios, porque no los tienen. Consideramos que nuestra tarea es la ruptura de este orden democrático burgués.

¿Cuál es el perfil de las personas que trabajan acá?

-El perfil es variado, hay personas muy jóvenes y más viejos también. Hombres y mujeres, de distintas experiencias laborales. Aquí no hay nadie vinculado a las comunicaciones propiamente tal, salvo apoyos muy puntuales. Se trabaja de manera absolutamente voluntaria y autogestionada, comprometidos con el proyecto de la radio en términos de los objetivos políticos que nos proponemos. No contamos ni pretendemos contar con algún tipo de apoyo financiero ni material de la institucionalidad, de ninguna manera.

Esta revuelta nos cambió la vida

Consultado sobre el vuelco de pasar de ser una oficina a un medio de difusión, Marcelo Osses primero explica que tras ocupar una pequeña oficina decidieron trasladarse a una de mayor tamaño en el mismo sexto piso, porque al proyecto se sumaron más personas, todas ellas estremecidas con lo que estaba sucediendo.

-Consideramos que esta revuelta nos cambió la vida, incluso a los que somos más viejos, porque creemos que aquí realmente empieza un cambio profundo en este Chile. No quiere decir que no sigamos trabajando laboralmente, sino que el espacio mismo se reconvierte para darle paso a este proyecto de radio.

¿Qué significó para usted el nacimiento de la radio?

-Para mí esto es una acción política que contribuye a este proceso que se inicia, y que yo siento que para muchos nos vuela la cabeza. La sensación de que por fin haya un cambio profundo te obliga a comprometerte. Me considero un luchador popular con muchos años, muchas causas, y este ha sido un desafío nuevo. No he tenido antes un trabajo en el área de comunicaciones directamente, esta es la primera vez, ya más viejo, y me siento absolutamente involucrado. Creo que es un proyecto que se convirtió en algo muy importante para mucha gente. No solo para los que trabajamos, sino que también para quienes tienen una visión radicalizada de este proceso.

Si es una radio autogestionada y popular, ¿cómo funcionan y se organizan?

-No funcionamos como una radio con programación diaria o constante, no tenemos esa capacidad. Tenemos programas con perspectiva de género, clase y combativo que se transmiten solo por redes sociales y se hacen algunos días. También hacemos coberturas de movilizaciones y de acciones territoriales. Nos autofinanciamos, es decir, hacemos actividades de distinto tipo para buscar los recursos para mantener la infraestructura.

Respecto al equipo Marcelo comenta que los integrantes de la radio, además de ser diversos, cumplen distintas funciones, “el equipo que trabaja en el estudio no es el mismo que anda reporteando en la calle, no es el mismo que se encarga de algunas gestiones como conseguir recursos, etc.

– Yo hago de todo, no tenemos una estructura tampoco. Hay un pequeño grupo que hace coordinación. Hemos creado comisiones de trabajos y hay un grupo pequeño de coordinación en el que yo estoy. No hay un director. Tenemos una estructura más horizontal en ese sentido. Pero claro, hay algunos que por distintas razones le dedican más tiempo y tienen más responsabilidades.

Portavoz de luchadores sociales

Para los integrantes de la Radio Plaza de la Dignidad la revuelta aún no termina. Según Marcelo, cada día se van jugando nuevas luchas en la calle. En opinión de sectores más radicales que participan en este movimiento, creer que con la Convención Constitucional y el gobierno de Gabreil Boric se acaba la lucha social no es más que tapar el sol con un dedo. La Radio Plaza de la Dignidad defiende las luchas de los sectores más marginados y anti-institucionales contra un modelo neoliberal que prometió una alegría que, según señalan, nunca llegó.

Luego de la revuelta surgieron muchos movimientos sociales, ¿hay alguno en particular que estén ayudando a visibilizar?

-Desde hace mucho tiempo, pero sobre todo en los últimos meses, estamos apoyando la campaña “Ni un día + en la cárcel”, por la libertad de todas y todos los presos por luchar. No solo los presos de la revuelta, sino que los presos históricos, los anarquistas, los subversivos, mapuche, etc. No solo somos un medio de propaganda, sino que también somos un actor político en estas causas sociales. Participamos de todas las campañas activamente y nos sentimos parte de este movimiento popular radical.

En esa línea, ¿hay algún plan a futuro o el proyecto va creciendo de manera orgánica con la gente?

-Tenemos varias ideas, o más bien, desafíos. Uno de esos es coordinarnos, trabajar con otros medios populares, esa es una de las tareas. Crear fuerzas con otros medios que tengan una visión de información popular. Queremos generar comunicación popular con esta perspectiva a nivel territorial. Hacemos una diferencia entre los medios populares y los medios independientes.

 ¿Cuál es la diferencia?

-Hay una cantidad de medios independientes que tampoco son remunerados y que trabajan con redes, pero que informan con distintas opiniones. Nosotros le damos cabida al sector que no lo tiene en la prensa formal, y tampoco en otros sectores independientes más vinculados con la política tradicional. Tenemos el desafío de hacer que esta experiencia se pueda replicar a otros lugares. Nuestra idea es apoyar y que esto se vaya transformando en una estructura más establecida, transfiriendo esta experiencia.

Esta crónica es resultado de  los trabajos realizados en el curso de Reporteo Avanzado de la profesora Alejandra Carmona de la Escuela de Periodismo del ICEI de la Universidad de Chile.