Militante del Partido Socialista, ex Gobernador y Seremi en los gobiernos de Eduardo Frei y Michelle Bachelet, Baldovino Gómez tenía diecinueve años cuando fue prisionero en Isla Dawson. Hoy, con el negacionismo incrementándose en Chile, ve necesario una unión en las fuerzas sociales para poder avanzar como país y sanar en la memoria.
A partir del 11 de septiembre de 1973 Isla Dawson, ubicada en el estrecho de Magallanes, fue una cárcel para los presos políticos de la zona. En los primeros meses de la dictadura militar, también comenzaron a llegar, desde Santiago, autoridades del Gobierno de Salvador Allende, entre ellos el ex ministro del Interior y Defensa, José Tohá.
Tres meses después del Golpe de Estado, el 21 de diciembre de 1973, Baldovino Gómez fue encerrado en la Isla. En esa época, él era inspector de un colegio en la localidad de Cerro Sombrero. “En Punta Arenas tu estabas día y noche expuesto a que te secuestren criminales y te torturen. Yo fui torturado sistemáticamente desde septiembre hasta diciembre del 73”, explicó mientras enumeraba los lugares de tortura que usaban los militares en la zona, los que usualmente eran regimientos, casas en el centro de la ciudad, entre otros.
Cuenta que pasó dos cumpleaños preso, pero Baldovino se corrige: “Preso es un decir, por que tú estás preso si es que hay una orden judicial”. Sobre si es más correcto el uso del término secuestrado, Baldovino Gómez sin cuestionar aprueba su uso y explica que, “no había ninguna orden, ningún tribunal. De hecho, si la dictadura cometió todos los crímenes que cometió es porque el tribunal de justicia renunció desde el primer día a proteger la integridad física de los chilenos”.
El ex prisionero plantea que no se puede seguir dudando de la historia ya que, para él, “hoy día tu puedes estar de acuerdo o en desacuerdo con la dictadura, pero hoy día con los hechos históricos, nadie puede discutirme que hubo campos de concentración”.
Isla Dawson, funcionó durante un año como centro de detención, y al día de hoy es una de las pocas obras públicas, declaradas como monumento nacional y vinculadas a la violacion de derechos humanos, que sigue en control de la Armada de Chile.
“Esto sucede pese a ser un monumento histórico como el Estadio Nacional o el Estadio Chile, y esto es una tarea para el actual gobierno. No está respetando la ley de monumentos nacionales”, enfatizó sobre el sitio, el que no ha sido trabajado ni convertido en lugar de memoria abierto al público.
Socialismo y Unión
El ex militante de la juventud socialista y ahora del Partido Socialista, recuerda que no pudo votar en las elecciones presidenciales de los años setenta por tener 19 años, debido a que la mayoría de edad en esos años era de 21 años. Pero habla muy de cerca de lo que fue el programa de Salvador de Allende, recalcando cómo fue el compromiso del ex mandatario con la democracia, y el ser un “incansable luchador de la unidad, y ese es el principal drama de la izquierda hoy día”, opina Gómez.
Quien, al ver el programa de la Unidad Popular con los ojos del presente, lo observa como un programa común, que no nace solo desde la candidatura de Salvador Allende, sino que, desde los proyectos de Eduardo Frei Montalva, como la Reforma Agraria y otros hitos históricos del país. “Todos en común”, resalta.
Avances que ponen el Estado al servicio de la gente. “Sin la unidad de la izquierda, o de la centro-izquierda como se le dice hoy día, es difícil que hoy día nuestro país avance en derechos para nuestra gente y en superar las desigualdades actuales”, medita.
Falta de educación cívica
Baldovino Gómez reflexiona con preocupación sobre la relación entre memoria histórica y educación en nuestro país. “Se cumplen 50 años, ¿Cómo se trabaja el (nunca más)? Hay cosas preocupantes, porque según encuestas hay gente que le da lo mismo el sistema político”.
La ex autoridad atribuye esta problemática a la falta de educación cívica, el poco compromiso que existe con los demás, junto aun sistema educacional que está “al debe con estas temáticas”.
Consultado sobre la información que hay y circula sobre la memoria en los 50 años del golpe cívico militar, Baldovino cree que “hay harta información, que es un desafío cuál va a ser la experiencia que se les va a entregar a los jóvenes”, y no cree que deba existir una opinión o versión oficial para todos. Sin embargo, enfatiza que hechos como Isla Dawson o las violaciones sistemáticas a los Derechos Humanos “son hechos históricos”, que no se pueden refutar.
A partir de ello, reflexciona sobre leyes más fuertes en contra del negacionismo. “Esto en Alemania no ocurriría. Ellos tienen una legislación que permite castigar eso. De alguna manera, la relativización de los graves atropellos a los derechos humanos, te acerca a la impunidad”.
Gobierno y juventud
Consultado sobre la juventud y la memoria, considerando que durante la campaña se asoció un futuro gobierno de Boric con los jóvenes, y que debido a que el tema de seguridad se tomó la agenda de los medios y las redes sociales, la memoria al parece no estar en boga. A lo que se suma un negacionismo que crece día a día, por la relativización del tema en programas de televisión, noticieros o los medios de creación de contenido, Baldovino Gómez, es enfático: “Esto es un problema de convivencia y de cómo se entiende el tema de seguridad para que el país pueda funcionar, y la juventud pueda desarrollar su proyecto de vida”.
Con respecto a la administración de Gabriel Boric, Baldovino enfatiza que el gobierno “no ha hecho ninguna diferencia” respecto a la memoria. Porque justamente uno de los temas que siguen en deuda es el hecho de que Isla Dawson sigue siendo una Base Naval de la Armada de Chile, una situación pendiente que espera que cambie, si se considera que al mismo tiempo que es un monumento histórico y de memoria, no tiene acceso físico para el público.