El pasado viernes 15 de julio, tres universidades estatales (entre las que se encuentra la Universidad de Chile), y el Ministerio Secretaría General de Gobierno firmaron el convenio que le da el vamos oficial a la mesa “Más amplitud, más voces, más democracia”. En esta entrevista, Dino Pancani, académico de la Facultad de Comunicación e Imagen y coordinador de la instancia, habla sobre la génesis de la mesa, los objetivos que persigue, y también da a conocer su visión personal sobre los desafíos a los que se enfrenta el sistema de medios en Chile.


Hace más de un año, cuando se acercaban las primarias que enfrentaron a Daniel Jadue y Gabriel Boric, hubo un tema que se tomó el debate público: la manera en que el estado regula a los medios de comunicación masiva. 

Ambos candidatos abordaron el problema de distintas maneras. Jadue, propuso, entre otras cosas, una nueva ley de medios y Boric, el vencedor de las primarias, tenía entre sus principales propuestas la creación de un Nuevo Sistema de Medios Públicos (NSMP).

Con el objetivo de dar viabilidad a ese programa de gobierno, y de seguir debatiendo en torno a los principales desafíos a los que se enfrenta el sistema de medios en nuestro país, el Ministerio Secretaría General de Gobierno y tres universidades estatales (la Universidad de Chile, la Universidad de La Frontera y la Universidad de La Serena) firmaron el convenio que da el inicio oficial a la mesa “Más amplitud, más voces, más democracia”.

Dino Pancani, profesor de la Facultad de Comunicación e Imagen y coordinador de la mesa, conversó con Doble Espacio y abordó, entre otras cosas, los principales objetivos de esta iniciativa.

¿Cómo fue la génesis de esta mesa y en qué consiste exactamente?

La mesa parte de un diálogo con la ministra Vallejo, en torno a la necesidad de darle viabilidad al programa de gobierno del Presidente Boric, en lo que se refiere al sistema de medios. Además parte de un diagnóstico. Uno podría señalar que en Chile no hay condiciones para ejercer el derecho a la comunicación, por ende la libertad de expresión se ve lesionada, tanto en su dimensión individual como colectiva. 

Esto lo podemos ver en la desinformación que existe en torno a los pueblos originarios. Ahí, por ejemplo, hay un sector de la población que no logra, a través de los medios de comunicación masivos, explayarse en torno a sus demandas, y mostrar su cultura sin estigmatización. 

También se expresa, a pesar de que existe discursivamente una voluntad de avanzar, en el trato de la violencia hacia la mujer. Lo vimos hace un par de semanas en una promoción de un canal de televisión sobre el caso de una chica que fue violentada y asesinada, y pudimos ver esa promoción, como si fuese una mercancía aquella violencia. Lo que nos dice eso es que más allá de que yo lo entienda, como sociedad nos cuesta mucho ponerlo en práctica y a los medios les cuesta mucho no caer en esa violencia.

Entonces, lo que se busca acá es ordenar de alguna manera, y ordenarlo no desde la lógica de la imposición, sino que desde el diálogo y la conversación. Poder generar condiciones mínimas en torno a temas tan fundamentales como los que señalaba, temas de la interculturalidad, el tema de género, el tema de las redes sociales, la ética periodística y un tema que es muy sensible y que es clave también: el financiamiento de los medios de comunicación, la transparencia de los medios y una mayor equidad de parte del Estado en la entrega de fondos. No puede ser que la gran mayoría de la publicidad estatal se vaya a los dos conglomerados que tienen periódicos de tiraje nacional, es decir, a El Mercurio y a La Tercera.

¿Esta mesa parte de las universidades o parte del gobierno? ¿Quién busca a quién?

Es una propuesta que se le hace al Ministerio, y el Ministerio evidentemente hace observaciones, pero la toma e invita a dos universidades: a la Universidad de La Frontera, y a la Universidad de La Serena. Esto para que sean las universidades las que conduzcan de manera muy ciudadana, como parte de la sociedad civil, y que con plena independencia, dialoguen con otras instancias, con otros actores o sectores que tienen que ver con el sistema de medios. Que dialoguemos y hagamos recomendaciones al gobierno para que puedan materializarse algunas medidas, que me imagino serán a corto, mediano y largo plazo, en función de corregir el sistema de medios, ampliar las voces, y profundizar la democracia, que es el rol que deberían cumplir los medios de comunicación. 

Ustedes ya llevan un tiempo reuniéndose, las universidades que son parte de la secretaría ejecutiva de la mesa, ¿qué han podido hacer hasta el momento?

Hemos tenido reuniones para ir preparando el terreno, poniéndonos de acuerdo tanto en las condiciones logísticas como en los contenidos que vamos a conversar, con un sin número de agrupaciones, de instituciones, con líderes y lideresas, que son voces relevantes en el sistema de medios. Con mujeres que han ganado el Premio Nacional de Periodismo, por ejemplo.

¿Entonces serán las universidades las que convocarán a los actores, o quién quiera puede ir a conversar a la mesa?

Nosotros convocamos a diferentes actores de la sociedad civil y del Estado. Pensamos en el Consejo Nacional de Televisión, en el Ministerio de Cultura, queremos conversar también con la industria, con la Asociación Nacional de la Prensa, con Anatel, con ARCHI, con las diversas plataformas de medios de comunicación comunitaria, y también con sectores que promueven una comunicación más inclusiva. Estoy pensando esencialmente en las colegas que se agrupan a través de periodistas feministas, o colegas que se reúnen en torno a una comunicación intercultural.

Si bien el tiempo que nos hemos puesto es un tiempo acotado, quien toque la puerta para poder conversar va a poder conversar. La idea es dialogar y llegar a algunas recomendaciones mínimas que vayan en función de mejorar las condiciones de los medios de comunicación y también de establecer una suerte de simetría entre los diversos medios. Esto sin necesariamente desconocer la importancia y la trayectoria que tienen los medios de comunicación vinculados a las industrias, pero relevando la importancia de la comunicación territorial y comunitaria que requiere tener espacios de mayor desarrollo.

El convenio que dio inicio oficial a la mesa fue firmado el viernes 15 de julio por la ministra Camila Vallejo, la rectora de la Universidad de Chile Rosa Devés, y sus pares de la Universidad de La Serena y la Universidad de La Frontera.

La dictadura del mercado

Usted personalmente, Dino Pancani, ¿cuáles cree que son los desafíos a los que se enfrenta el sistema de medios en Chile?

Hay algunos obstáculos que son determinantes. La concentración de medios, por ejemplo. Eso es absolutamente determinante, no puede haber democracia cuando los medios están concentrados en pequeños grupos económicos con intereses muy determinados. También hay un desafío en términos de ver cómo no se cierran medios, se abren nuevos medios. Creo que los medios tienen todo el derecho a existir y seguir existiendo, y también creo que hay que ser muy cuidadoso y no involucrarse nunca en la editorialidad de los medios de comunicación. Los medios de comunicación tienen el legítimo derecho de tener la editorial que estimen, que quieran, pero, al mismo tiempo, al Estado le corresponde velar porque haya mayor pluralismo en la información que se le entrega a la ciudadanía. 

¿Habría que buscar un balance entre ambas cosas?.

Entre ambas cosas. El Estado tiene que encontrar una manera de apoyar a otros medios para que también puedan estar, tener influencia, en el marco de las comunicaciones en Chile. Yo creo que ese es el principal desafío. Cuando yo dialogo lo que estoy buscando es un acuerdo, que nos permita entender que la democracia en Chile va a ser más robusta, va a ser más profunda, en la medida que tenga diversidad de medios. No podemos pasar de una dictadura, que fue lo que tuvimos hasta el año 90, con censura muy explícita, a la dictadura del mercado, en donde se presentan determinadas censuras de manera más laxa, más flexibles, pero que aparecen esas censuras también. Hay voces divergentes que contribuyen a la democracia y es necesario que tengan espacio también.

Y respecto a las soluciones, se habló mucho el año pasado sobre esta ley de medios que proponía Jadue. ¿A usted le parecería una solución así para los problemas a los que nos estamos enfrentando?

Más allá de lo que yo tienda a creer, considero que no tenemos condiciones para una ley de medios. Yo creo que tampoco es el objetivo de la mesa avanzar o buscar una ley de medios. Eso es parte de un programa de gobierno, o ideas de gobierno. Les corresponde a ellos llevar adelante una ley de medios.

¿Por qué considera que no están las condiciones?

Para poder avanzar en una ley de medios deben haber consensos mínimos en torno al diagnóstico que hacemos sobre el sistema de medios y también en el hacia dónde, cuáles son los movimientos que tenemos que hacer desde el punto de vista legislativo. 

El plebiscito va a dividir la mesa en dos, habrá un antes y un después, y en el marco de este antes, en donde ni usted ni yo tenemos ninguna claridad en torno a si ganara el rechazo o el apruebo, creo que no hay condiciones para poder generar una ley de medios. Aunque eso no significa que yo no crea en la capacidad de una ley de medios para consolidar un sistema más justo e inclusivo. Salvaguardando, y lo destaco, la independencia y la editorialidad de todos los medios de comunicación.

En el programa de Boric se planteó la idea de un Nuevo Sistema de Medios Públicos. ¿Le parece esa propuesta? ¿Cree que en ese caso están las condiciones?

Yo creo que es clave definir qué es público. Público tiene que ver con representar los intereses de la ciudadanía, del pueblo, y con una independencia de los gobiernos, por lo tanto creo que Chile nunca debió dejar de tener medios públicos, con independencia de los gobiernos y que representara los intereses públicos. Lo que debería ocurrir es que a la brevedad busquemos alternativas para poder crear estos medios públicos. Por una parte recuperar el sentido y el mandato de la televisión pública, que es Televisión Nacional de Chile, lo cual no solo pasa por cambiar alguna de sus orientaciones, sino que también es cambiar la ley, y avanzar en plataformas, en radios, en una radio al menos, que pueda ser pública. Superaría la falsa dicotomía de que lo público no tendrá audiencia. Creo que lo público podría tener mucha audiencia. 

¿Como ocurre en otros países?

Exacto. Italia, España, Inglaterra, tienen medios públicos que además, me atrevería a decir, son los más prestigiosos. Creo que Chile debería trabajar en función de esto y que sería un éxito para este gobierno si es que lograra materializar su programa en ese ámbito.

María Fernanda Araneda

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile