El joven farmacéutico de 21 años fue encontrado muerto en la rivera del Río Tinguiririca, luego de la confesión que dio a la Fiscalía uno de los dos detenidos y posible implicados en el caso: el médico ecuatoriano Christián González Morales. Según fuentes del caso, el otro sospechoso mantenía posibles evidencias en su casa en Codegua, donde fue arrestado.


En la rivera del Río Tinguiririca, que está ubicada en la zona del mirador Lo Moscoso de la Ruta I-400, entre San Fernando y Placilla, fue encontrado muerto Francisco Albornoz. Un joven farmacéutico de 21 años que desapareció el 23 de mayo en la comuna de Ñuñoa.

Estaba semidesnudo y envuelto en una frazada a la orilla del afluente, en un sector de quebradas con pendientes pronunciadas. Según fuentes policiales, el cuerpo de Francisco no presentaba lesiones atribuibles a terceros, pero, el subprefecto y jefe de la Brigada de Homicidios (BH) de San Fernando, detalló que “estaba en avanzado estado de putrefacción”, producto de los 12 días que llevaba extraviado.

Luego de ser rescatado por funcionarios de la policía, fue llevado al Servicio Médico Legal (SML) donde aún se realizan diligencias, entre ellas, su autopsia.

“Efectivamente, es él”, dijo en una rueda de prensa su hermana, Elizabeth Albornoz, tras confirmar la muerte de Francisco. En medio del agradecimiento público que hizo a personal de la PDI, pidió “respeto por el momento” que atraviesa la familia. Y agregó, que es la “primera vez” que sus cercanos viven algo así.

Ayer, a eso de las 19 horas, más de 70 personas se reunieron en las afueras de la Municipalidad de Ñuñoa, donde llevaron a cabo una velatón por Francisco, la cual fue organizada por la Fundación Iguales y diversas personas de la comunidad LGBTQ+.

Amigos del joven de acuerdo a 24 Horas, anunciaron que van a interponer una acción judicial en contra de quienes resulten responsables. “Nos vamos a hacer partícipes, como amigos, de una querella contra las personas que tengan que responder por este delito horrible”, sostuvo Leonardo, un conocido de Francisco. Y agregó, que “estamos en un lugar inhóspito, esto es completamente con alevosía. No entiendo los términos técnicos, pero esto es premeditado, esto es maldad pura”, señaló al dicho medio.

La confesión y dos detenidos

“Comí cerdo y vomité, iu”, es la última frase que se conoce de Francisco, y que publicó junto a una foto en redes sociales. El muchacho, nació en San Ramón el 18 Mayo 2004. De información de búsqueda se desprende que medía un metro y 78 centímetros, tenía la piel trigueña y los ojos cafés. Era de contextura delgada.

El día en que fue visto por última vez, lucía su cabello castaño, liso y corto; además vestía un polerón rojo, un pantalón tipo cargo de un tono verde y llevaba unos audífonos blancos.

La primera hipótesis que ha tomado fuerza en el caso, surgió a raíz de la declaración de unos de los involucrados, quien el martes 3 se acercó junto a su abogado a la Fiscalía de Ñuñoa, con la intención de aportar antecedentes sobre la desaparición de Albornoz.

Se trata de Christián González Morales, un médico que egresó de la Universidad de Guayaquil, Ecuador, en el año 2020, y que contaba con el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina, para poder ejercer como médico en el país.

González, quien también trabajaba en la Corporación de Desarrollo Social de la Municipalidad de Ñuñoa, declaró ante la fiscal Rossana Folli de la Fiscalía Metropolitana de Occidente, el paradero del joven. A raíz de esa confesión la Brigada de Ubicación de Personas (BRIUP) de la PDI, “rastreó el sector, logrando ubicar el cuerpo y la extracción de él”, dijo el prefecto Rodrigo Acuña Valeria.

Personas conocedoras de la investigación, detallaron que la presunta dinámica de los hechos que llevaron a su desaparición y posterior fallecimiento, ocurrió en el contexto de una junta en Ñuñoa, donde participó Francisco, González y un tercer sujeto que fue identificado como José Miguel Baeza Cortés, un chef de 41 años. Los tres habrían consumido drogas y el joven producto de ello pudo haber sufrido un infarto -algo que aún se está indagando-, ante una nula reacción de los dos involucrados, que eventualmente decidieron llevar el cuerpo a un sitio de difícil acceso a las afueras de la capital.

González fue detenido ayer durante la tarde, mientras que Baeza Cortés fue arrestado en horas de la noche en su casa, en Codegua. Ahí, junto a una estufa, personal de la PDI halló evidencia que podría ser relevante en la investigación.

El Octavo Juzgado de Garantía de Santiago, luego de que la fiscal Folli solicitara ampliar la detención de González, decidió que la audiencia de formalización se llevará a cabo el sábado, “ya que existen diligencias pendientes en esta investigación”, dijo al salir del Tribunal. Sobre el segundo detenido, aunque su control de detención se realizará hoy, fuentes judiciales confirmaron a Doble Espacio que es probable sea formalizado junto al médico ecuatoriano.

La Municipalidad de Ñuñoa anunció que se hará parte querellante del caso y “que tomará las medidas necesarias para suspender y desvincular” a Christián González.

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