“La importancia política a nivel global del triunfo de la Unidad Popular fue enorme. No es exageración cuando se dice que el triunfo de Allende fue aplaudido, recibido en todas las latitudes, porque era un caso muy excepcional”. Así describe el historiador y académico del ICEI de la Universidad de Chile Jorge Iturriaga, la victoria electoral de Salvador Allende (PS) en 1970, oportunidad en que el socialista, que competía por cuarta vez, se impuso como primera mayoría con un 36,63 % de los votos, superando al expresidente Jorge Alessandri y al candidato de la Democracia Cristiana (DC), Radomiro Tomic.
Iturriaga explica que la principal diferencia entre el proyecto de la UP y el de la DC, ambos inclinados a la izquierda, era que “el proyecto de la Democracia Cristiana era más bien cooperativista. Y el de Allende era estatista”. Mientras la DC buscaba que los trabajadores tuvieran mayor participación en las decisiones administrativas y empresariales, Allende proponía que la propiedad de las empresas y campos fuera centralizada por el Estado.
Los mil días de la “vía chilena al socialismo” fueron difíciles y tensos. Iturriaga observa dos factores determinantes: la oposición internacional encabezada por EEUU y una no menos importante oposición interna. Para el académico, lo que terminó por encender la alarma en Washington fue la nacionalización de la gran minería: “Una vez que el gobierno de la UP nacionaliza el cobre en 1971, estatiza las principales empresas, Kennecott y Anaconda, que eran de propiedad norteamericana. A partir de ahí el gobierno estadounidense ejerce un verdadero bloqueo a la economía chilena, negándole créditos y también la importación de productos”. Y define lo que siguió como una conspiración “descarada, abierta y sistemática”.
Y si bien hubo sectores en la UP y en la DC que alentaron un entendimiento entre ambas fuerzas, tales intentos no prosperaron y el partido de la falange pactaría con la derecha. Con ello, se afirmó una mayoría parlamentaria que bloqueó una serie de proyectos. Así y todo, Iturriaga destaca la nacionalización de los recursos. “Con Frei hubo la ‘chilenización’ del cobre, que es básicamente tener la mayoría de la propiedad (el 50% más uno). Con Allende fue la totalidad de la propiedad”, enfatiza el historiador, agregando que esa reforma fue ampliamente apoyada en los distintos sectores políticos.
Entre los proyectos emblemáticos que no alcanzaron a desarrollarse se encuentran las tres áreas de la propiedad -social (conformada por las empresas estatizadas), mixta (con el Estado como dueño de un porcentaje de las propiedades) y privada- y el Congreso unicameral.
El triunfo electoral de la UP fue un hito mundial enmarcado en la Guerra Fría. Iturriaga destaca que los amedrantamientos por parte de EEUU comenzaron incluso antes de que Allende asumiera la presidencia, como lo deja ver la intervención de la CIA en el asesinato del Comandante en Jefe del Ejército, René Schneider: Washington, remata, “nunca aceptó que este país minúsculo pero tan simbólicamente importante como Chile girara pacíficamente al socialismo”.
Catalina Araya
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile