Según observa la historiadora Pía Montalva en su libro Morir un poco, en los meses y años previos a la elección presidencial de 1970 la minifalda representaba vanguardia, ruptura e innovación en la moda. Las midis no convencían, las polleras hasta el tobillo eran una vuelta al pasado conservador y el pantalón rupturista reformaba y criticaba los roles de género históricamente asumidos por la sociedad chilena. Algo parecido pasaba con los candidatos presidenciales del 70: Salvador Allende era la mini revolucionaria; Radomiro Tomic, el pantalón reformista, y Jorge Alessandri, la maxifalda dominada por la norma y la estratificación

 

Paula. Santiago : E.P.S.A. Editora de Revistas, 1968- (Santiago : Lord Cochrane) volúmenes, número 21, (octubre 1968), página 53. Extraido de: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-41810.html
Paula. Santiago : E.P.S.A. Editora de Revistas, 1968- (Santiago : Lord Cochrane) volúmenes, número 41, (julio 1969), página 64. Extraído de: http://www.memoriachilena.gob.cl/602/w3-article-41809.html

Allende y la mini ganaron. Durante el primer año de gobierno, la Unidad Popular exhibía indicadores esperanzadores: el país crecía, los salarios aumentaban, la cesantía se mantenía controlada y la inflación había disminuido a la mitad. Paralelo a ello las mujeres chilenas optaban por vestir sencillamente, como “hippie o militante de izquierda”, incluso fabricando los propios accesorios, “porque la ostentación puede resultar  peligrosa” para los grupos conservadores que silenciosamente se preparaban al golpe, escribe Montalva. Y agrega: 


“La izquierda, reacia al problema de la apariencia por tratarse de una práctica burguesa, se apropia de los discursos de moda para difundir y potenciar los logros de su proyecto revolucionario. Lo que interesa aquí no es la vestimenta en sí, ni mucho menos sus aportes estéticos; son sus condiciones materiales de producción y el sujeto social, el proletariado, que está tras las mismas”.

 

Revista Paloma N°2 disponible en http://www.modacl.com/index.php/2016/09/15/moda-y-socialismo-politica-y-diseno-de-vestuario-en-el-gobierno-de-la-unidad-popular/
Paloma nro. 14. Año 1973.

Entrando el segundo año de gobierno, la moda da cuenta de la confrontación. La economía daba señas de entrar en una crisis, y en diciembre de 1971 se produce la primera marcha “de las ollas vacías”, convocando a mujeres de todos los sectores que comienzan a retomar su rol tradicional de “súper madres” que velan por la familia y los hijos. 

La crisis potenció prácticas de arreglos caseros y reciclaje. Ahora las ropas se intervenían con bordados, aplicaciones parches y bordados. Incluso se confeccionaban en casa. Ya no hay moda ni referentes. El desorden fue parte del término de la Unidad Popular, que poco a poco fue volviendo a instaurar la falda larga, conservadora y estratificadora. 

 

*Puedes revisar el Instagram de Moda al Paso, proyecto de la diseñadora Josefina Vidal para encontrar la  historia de las boutiques y pequeñas tiendas de vestuario de la zona oriente de Santiago entre 1967 y 1987.