Lila Olmos trabaja desde los 16 años. Actualmente se desempeña como secretaria, pero siempre ha recurrido a la venta de productos para compensar su bajo sueldo o para aportar con dinero cuando no trabajaba fuera de casa. A lo largo de sus 56 años ha vendido ropa en las ferias, colaciones, aceitunas, panes de pascua, bandejas de huevos, frutos secos y otras cosas. En marzo de este año, su pareja quedó sin trabajo y la emergencia sanitaria le ha dificultado encontrar otro. Ante esto, Lila decidió vender empanadas los domingos. Estas imágenes recogen parte del largo proceso, que retrata la frágil situación económica de chilenas y chilenos cuyo sueldo no alcanza para llegar a fin de mes.