En marzo de 2023, se promulgó en la comuna el nuevo Plan Regulador Comunal (PRC) que declara la playa Los Lilenes como “subzona de protección costera”. Sin embargo, cuatro meses después se aprobó un permiso de edificación -presentado en 2021- para la construcción de cinco viviendas en el sector. Pese a que el proyecto no incumple la normativa y está amparado en la regulación anterior, vecinos y activistas de la comunidad buscan proteger a Los Lilenes.


La playa cristalina Los Lilenes está ubicada en la comuna de Papudo. Es una zona costera con un ecosistema único: un complejo de dunas y 17 hectáreas cubiertas de pinos y eucaliptos que tienen más de cien años de antigüedad. Durante mucho tiempo ha sido el sitio favorito de turistas y lugareños, quienes lo reconocen como un espacio natural idóneo para caminatas, encuentros, e incluso, para observar su avifauna. Pero actualmente el futuro del bosque es incierto. Un proyecto inmobiliario -que avanza a pasos acelerados- amenaza con destruirlo.

Las construcciones se comenzaron a gestar el 17 de mayo de 2021, cuando la Dirección de Obras Municipales de Papudo aprobó un anteproyecto que permitió la subdivisión del sector en cinco lotes y autorizó la construcción de cinco viviendas en el sector norte.

Luego, en marzo de 2023, el consejo municipal promulgó el nuevo Plan Regulador Comunal (PRC) que clasificó Los Lilenes como “zona verde privada” y “subzona de protección costera”, prohibiendo la urbanización del sector. (Revisa el documento aquí).Pero la antigua normativa -que data de 1969- permitió que el proyecto siguiera en marcha. Y es que los planes reguladores no tienen efecto retroactivo, por lo que el proyecto se rige por el PRC vigente hasta 2021, cuando se dio luz verde a la construcción.

Fue así como cuatro meses después se selló definitivamente el destino de Los Lilenes. El 11 de julio de 2023 se otorgó el permiso de edificación a Gonzalo Fuenzalida Ortuzar (81), dueño del predio, quien espera construir los cinco inmuebles.

Una comuna desregulada

El pasado 8 de abril, el diputado Valparaíso Nelson Venegas (PS) -exalcalde de Calle Larga-, encabezó dos encuentros con el director regional de la Corporación Nacional Forestal (Conaf) y la Seremi de Vivienda y Urbanismo, para coordinar cómo continuarán los esfuerzos para conservar Los Lilenes. Una de las personas presentes en las reuniones fue Margarita Sandoval (31), activista ambiental y ex concejal de Papudo (2021-2024).

Sandoval fue uno de los rostros visibles de Salvemos Papudo, movimiento que tenía como misión cuidar los cerros y playas de la comuna. Uno de sus mayores objetivos fue modificar el Plan Regulador Comunal mientras se estaba redactado -desde el 2017 hasta el 2023-, ya que originalmente el instructivo que define el uso de suelos en el municipio contemplaba eliminar áreas verdes vigentes para construir zonas residenciales. Actualmente, la activista integra los esfuerzos para frenar el proyecto que amenaza a Los Lilenes.

“Se luchó intensamente entre 2017 y 2023, con más de 300 observaciones presentadas al Plan Regulador Comunal, y ahora el director de obras municipales aprueba un permiso de edificación cuestionable, a pesar de que el anteproyecto fue visado hace casi dos años, cuando la Ley General de Urbanismo y Construcciones establece un plazo máximo de un año para su vigencia”, expresa Sandoval. “Esto no es un tema personal con el propietario, sino de la defensa del patrimonio local y del cumplimiento de la normativa vigente”.

En específico, el municipio recibió 562 observaciones para el PRC durante el proceso de participación ciudadana, las cuales fueron incorporadas en su totalidad. Si bien no todas las sugerencias estaban relacionadas con Los Lilenes, la gran mayoría se enfocaban en la preocupación de los vecinos por la depredación de áreas verdes en Papudo.

Mario Piña (37) es administrador público, paisajista y desde 2017 el presidente del Consejo Ambiental Comunal de Papudo (CAC), organismo encargado de representar a la comunidad en el proceso de certificación ambiental municipal y de concientizar sobre la protección del entorno. Según Piña, los comienzos de la asamblea y los problemas que surgieron durante la elaboración del PRC se deben a la administración anterior de Rosa Prieto Valdés (RN).

“En un inicio el Consejo Ambiental fue bastante turbulento, porque la dirección anterior era muy hermética y la gobernanza era inexistente. Fue muy difícil instalarse y poder trabajar con la municipalidad. El grupo fue muy segregado durante la participación”.

Y aunque en 2023, bajo la dirección de Claudia Adasme (RN), la municipalidad logró la certificación ambiental en su nivel básico, Piña considera que el PRC nuevo no está a la altura de la comuna, dado que fue aprobado con la presión de que nuevos proyectos inmobiliarios fueran ingresados con las directrices de 1969, como está ocurriendo con el caso de Los Lilenes.

Los problemas del bosque

Uno de los aspectos que causa mayor incertidumbre es el lapso de dos años entre la aprobación del anteproyecto y la obtención del permiso. La Seremi de Vivienda y Urbanismo de Valparaíso explicó que durante la pandemia se aplicaron normativas especiales que congelaron los plazos de vigencia de Permisos de Edificación, entendiendo que, debido a la crisis sanitaria, los procesos de construcción no podían llevarse a cabo de manera regular.

Gracias a la suspensión de plazos, el proyecto inmobiliario se mantuvo en tramitación el tiempo suficiente para que un nuevo Plan Regulador Comunal fuera aprobado. Dicho texto observa que existen múltiples riesgos en la zona de Los Lilenes, como altas probabilidades de incendios forestales, posibles deslizamientos de tierras, impacto medioambiental y destrucción de flora y fauna local.

Luciano Porte (31), miembro de la Fundación Papudo Nativa, enfocada en conversación de la biodiversidad, explica que el problema no radica en la remoción de árboles, sino que, al hacerlo, se destruye el ecosistema de aves nativas como tucúquere, el cormorán yeco y el aguilucho común, los cuales nidifican en los pinos altos del sector.

Aun así, el consultor ambiental y el resto de las personas involucradas con la defensa de Los Lilenes entienden que están tratando con una entidad y recinto privado, por lo cual las acciones que pueden tomar son limitadas: “Lamentablemente gran parte de Papudo es privado y el resto es estatal, pero son 400 hectáreas que están a cargo de los militares”, reconoce el ambientalista. “Son áreas que se proyectan para la construcción de proyectos inmobiliarios que amenazan de manera directa a la biodiversidad y el ecosistema del bosque nativo”.

Gonzalo Fuenzalida Ortuzar (81), el dueño del predio que ha causado la polémica, explica a Doble Espacio que él ingresó el permiso de edificación en noviembre del 2022, cuando aún no se aprobaba el nuevo Plan Regulador Comunal, presuntamente para cinco casas “de uso propio”. También afirma que los árboles que se están removiendo estaban caídos con anterioridad -debido a que se secaron- y que la Conaf le exigió que fueran extraídos.

Para ejecutar las obras, Fuenzalida necesitaba otro requisito: un Plan de Manejo Forestal aprobado por la Conaf, pero el documento fue rechazado en dos ocasiones por “observaciones no resueltas”. También fue infraccionado en 2024 por la tala no autorizada de árboles. Finalmente, en febrero de este año, el dueño recibió la aprobación para cortar a rasa el 11,4% del bosque y construir cortafuegos en el sector, procesos que fueron verificados en un control realizado el pasado 2 de abril.

De igual forma, la Conaf solicitó que se planten especies nativas en el área talada, como quillayes y maitenes. Fuenzalida tiene hasta el 2027 para reforestar su sector de Los Lilenes.

Plan regulador Los Lilenes

(Zona de árboles que están siendo removidos actualmente en Papudo)

El futuro de Papudo

Tras las reuniones organizadas por el diputado Venegas, Margarita Sandoval no descarta presentar los antecedentes ante la Contraloría General de la República, para que esta agencia entregue un pronunciamiento final sobre la situación.

“Estamos luchando por algo justo y usando nuestro legítimo derecho, amparados por la Constitución, para poder esclarecer si se aprobó correctamente el permiso de edificación o no”, afirma Sandoval.

Sobre el futuro de su proyecto inmobiliario, Gonzalo Fuenzalida dice no estar preocupado. Él considera que se ha apegado a la ley y al Plan Regulador Comunal en todo momento.

“El propietario va a cumplir, quizás, con estos programas de manejo forestal que se le piden, va a pagar las multas y seguirá construyendo como si nada”, comenta Luciano Porte. Y agrega que se necesita “un nuevo plan comunal, para que las personas hagan lo correcto para Papudo”.

Mario Piña, en tanto, propone que se instale una nueva mesa de trabajo para revisar los lineamientos actuales y planificar de mejor forma el futuro de Papudo junto a la comunidad: “El llamado final es hacia las mismas personas que están invirtiendo en este tipo de proyectos: replantéense la compra, porque no estamos en condiciones de poder recibir a más gente”, advierte. “No tenemos los caminos, los servicios y la seguridad adecuada. Falta mucho para ese Papudo que promete el nuevo PRC”.

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