Este medio de comunicación pasó de ser un blog de “pensamientos volados” a la plataforma cannábica más vista en español. Su director ejecutivo conversa con Doble Espacio sobre el futuro de la marca, el estigma que aún pesa sobre la comunidad y la tradicional celebración del 4/20 en Parque Almagro, que acusa “ha hecho mucho daño y no nos identifica”.
— En Volá es una comunidad digital que pone a disposición recursos de difusión de contenido educativo, informativo, científico, sobre cannabis, en un formato de entretenimiento para adultos y también de comunicación para menores, sobre todo de prevención y reducción de daños — explica Simón Espinosa (37), director ejecutivo de En Volá, sentado en una oficina del último piso de un edificio en Luis Thayer Ojeda, a los pies de Sanhattan.
Hoy, habla como la cabeza del medio de comunicación cannábico más visto en español y, aunque la “fama” lo ha llevado a aprender un discurso preestablecido, después de un rato aparece con una faceta risueña y honesta.
— ¿Y alguna vez pensaste que…
— No, no sabía que la hueá iba a ser así. Ni idea — confiesa Espinosa, riendo.
En Volá se fundó en 2013 como un blog para compartir ideas de volados. Después, Espinosa hizo de su tesis para ser periodista de un microdocumental sobre la ley 20.000 -que regula el cannabis en Chile-, sus consecuencias y ambigüedades.
“La idea era que todos pudiéramos compartir nuestras ideas, que se nos ocurrían cuando estábamos volados. Hacer una especie de… comedia, filosofía, poesía. Y luego fue creciendo y se fueron anexando un montón de otros elementos que han ido nutriendo un pequeño ecosistema de recursos digitales”, explica, comentando que nunca esperó llegar a este punto.
Ese mismo crecimiento lo llevó a exponer ante la Comisión de Drogas y Estupefacientes de Naciones Unidas el pasado 11 de marzo. Pese a que la ONU sigue siendo bastante prohibitiva con el tema, lo cierto es que es un sueño cumplido. “Fue increíble, no me acuerdo de nada. De nervioso, leí lo que tenía que leer, pero me equivoqué, dije mal mi apellido”, recuerda Espinosa.
Y si bien En Volá ha superado ampliamente sus expectativas, afirma que aún queda mucho por avanzar. Nos habla sobre los estigmas que aún pesan sobre la comunidad cannábica, el futuro de En Volá, y la nueva conmemoración del 20 de abril (4/20 según el sistema estadounidense, una celebración mundial de la marihuana), donde se distancia de la tradicional convocatoria en el Parque Almagro y acusa que “ha hecho mucho daño y no nos identificamos con eso”.
-¿Cómo se genera este proceso de “maduración” o establecimiento de la marca?
-Partió como un espacio de comunicación, sin grandes reflexiones detrás. Sí había emociones fuertes, un poco molestia por la estigmatización. Eso era muy fuerte y predominante, existía esa idea con bastante claridad, que a mí no me gustaba que me dijeran tonto, o que siempre era una posibilidad meterse en problemas con los pacos. Siempre era un problema, era dramático y era como “no estoy haciendo nada malo, por favor explícame cómo es esto más grave que tomarse una cerveza”. ¿En qué momento esta sustancia, esta combinación molecular, se transforma en algo tan grave para nuestra sociedad? Y siempre me topaba con una fuerte carga semántica, valórica, moral. Entonces, En Volá un poco era una respuesta.
-¿Y en qué momento crees tú que fumarse un pito se transforma en algo tan grave?
-El cannabis se prohíbe y demoniza con campañas que están súper asociadas a una agenda política. En Estados Unidos principalmente, después en Europa, luego en Chile evidentemente por influencia. Nosotros también tenemos un sesgo y evidentemente hay que entenderlo. A mí me interesa y me sirve que se regule el cannabis.
-¿Crees que En Volá logra satisfacer la necesidad de combatir el estigma?
-Sí, me gusta creer que hemos aportado nuestra parte desde las comunicaciones. Y me gusta creer que En Volá sirve como un vehículo para poner el tema en pauta; dar una voz a una comunidad que es grande de una manera propositiva. No es recordando el dolor de todos los amigos que hay que llevar a la cárcel, el que es papá y está en cana por seis plantas y no ve a su hijo hace un año, sino con una propuesta de humor, de comedia, de ciencia, de información, de educación.
Regulación en Chile: “Somos un país muy lento”
-¿Cómo fue tu participación en el edificio de la ONU en Viena?
-Increíble, todo parecía ficción. Fue un proyecto que se armó pasito a pasito, por obra y gracia de Zara Snapp, una muy querida amiga de México, fundadora y directora de Instituto RIA, que es una organización sin fines de lucro dedicada a la divulgación científica, al asesoramiento de gobiernos, consultorías para instituciones en materia de regulación de drogas, reducción de daños y un gran etcétera. Ella nos invitó a la ONU y nos dieron la posibilidad de exponer como invitados del Instituto RIA durante tres minutos y medio en un plenario frente a 54 países miembros de la Comisión de Drogas y Estupefacientes de Naciones Unidas. Fue increíble.
-¿Y qué ocurre con la ONU en materia de regulación?
-Lo único que reconoce la ONU son dos usos: el de investigación -el uso científico-, y el medicinal. Nada más. Y del resto no se habla, solo se indica la peligrosidad de ciertos cannabinoides. Eso es lo máximo que se ha logrado hacer en la ONU y ahora, justo en esta convención, se hizo una resolución para el HHC, que es el nuevo cannabinoide que pasó a la lista 2 de peligrosidad de sustancia (alta peligrosidad).
-Si la ONU ya es “prohibitiva”, ¿cómo ves a Chile? La ley 20 mil es bastante ambigua.
-Es una ley que atenta contra el principio de legalidad. Las leyes tienen que ser claras para que puedan proteger a la ciudadanía. Yo tengo que saber qué es lo que se puede y no se puede hacer, si no, la ley no me está protegiendo, me está exponiendo a no entenderla. Y justamente pasa eso, que la ley 20.000 es una ley mal hecha, que ha derivado en muchos abusos, en malas interpretaciones de policías, de fiscales, etc. Y además Chile es un país muy conservador en miles de sentidos, entonces somos un país muy lento para tomar decisiones, sobre todo decisiones complejas y vanguardistas, por lo menos, respecto a lo social.
-En específico, ¿qué ocurre en Chile con el uso medicinal y “recreativo” (o uso adulto)?
-Lo que dice la ley chilena respecto al uso medicinal es que se puede comprar cannabis solo cuando lo prescriba una receta de un médico tratante, nada más. El uso medicinal es una materia sobre la que queda mucho por construir, todavía faltan muchos puentes, nexos, integración de una cadena de proveedores para que esto, efectivamente, sea una realidad país y: las personas de Coyhaique puedan usar el mismo cannabis medicinal que las personas de Santiago. Igual que en una farmacia, en el fondo. Nadie se pregunta si su paracetamol va a estar o no, porque va y lo compra nomás.
-Dijiste en Radio Pauta que este Gobierno fue “una desilusión” en materia de regulación. Ahora, que es bastante probable que la próxima administración sea de derecha, ¿cómo interpretas la situación? ¿En qué momento estamos?
-El aprendizaje de todo esto, lamentablemente, ha sido desconfiar por default de estos procesos, de los candidatos, de las promesas presidenciales, sobre todo en un país que se gobierna tanto por la temperatura social. Los políticos toman decisiones en base a lo que dice una encuesta. Entonces desconfío nativamente de los procesos, no deposito fe en los parlamentarios, aunque si llegan a demostrar que estamos en lo incorrecto, bacán. Trato de mostrarme proactivo y decir, bueno, ¿dónde ayudo? Es fácil insultar a un político, lo difícil es ayudar a alguien con el que estás en desacuerdo a trabajar en un objetivo común.
Celebración del 4/20 en Parque Almagro: “Ha hecho mucho daño y no nos identifica”
-Sobre el 4/20, ¿qué va a pasar este año con la famosa convocatoria del Parque Almagro?
-Esa no es una convocatoria de la comunidad cannábica y no es una convocatoria que tenga permisos. Algunos miembros de la comunidad reconocemos que ha sido un desastre para el entorno, que ha hecho mucho daño y que queda muy sucio y no nos identificamos con eso. Al contrario, somos los que cuidamos, limpiamos y ordenamos. Esa es la comunidad cannábica de la que estamos orgullosos, la que va a las marchas y deja limpio. Lo que sí hay en el 4-20 es una marcha en Valparaíso, esa es la oficial, y también está el bingo de Casa Salud en Concepción. El llamado es a no ir al Parque Almagro.
-Entonces, ¿cuál es la imagen de los miembros de la “comunidad cannábica”? ¿Cuál es la imagen del volado?
-Lo más desestigmatizante es que no hay un volado, no hay un arquetipo. O sea, sí existe un arquetipo y es una imagen súper degradante de una persona bajo los efectos del cannabis, pero es como si los comerciales de Concha y Toro fueran puros curados en la calle. Creo que es muy fácil denigrar.
-¿Crees que puede ser un tema identitario, del tipo “me gusta consumir cannabis y no tengo por qué ocultarlo”?
-Yo he transformado el cannabis en parte de mi identidad también, porque para mí fue un tema importante y ocurrió que se fue desarrollando En Volá, que tiene una parte política y por lo tanto es identitaria, pero no creo que eso deba ser para todos, no creo que sea bueno pensar el futuro enarbolando banderas de lucha. Sería bueno un futuro con banderas de paz o sin banderas nomás. Creo que es más fácil comunicarse cuando hay menos factores polarizantes.
-Finalmente, ¿cómo ves el proyecto de En Volá en el futuro?
-Lo pienso todo el rato, bueno, porque es una enfermedad que tengo, preocuparme por cosas que no han pasado. Estoy muy influenciado por mi hijo, ¿qué puedo hacer que a él le haga sentir orgulloso? Porque probablemente eso esté alineado con que yo me siento orgulloso de mí mismo. Porque es un reflejo tan directo, tan ingenuo en el buen sentido, ¿cachai? Tan descargado, entonces me imagino que puedo transformar En Volá en algo que me haga sentir que estoy contribuyendo a algo importante, que estoy sirviendo, que estoy haciendo algo que a mi hijo le va a servir como ejemplo cuando yo no esté, y que él diga “ahí hay un norte de algo bien hecho”. Me imagino que En Volá irá mutando con la sociedad, con la cultura cannábica y que se irá desarrollando lo más sanamente posible.
Te podría interesar: Denisse Uribe, ganadora premio 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamericana 3M: “La curiosidad es innata y traspasa todo”
