Su primer acercamiento al servicio público fue como subsecretaria de Transportes y Telecomunicaciones en la primera administración de Sebastián Piñera. Desde entonces, su trayectoria ha estado marcada por su rol como ministra en el Estallido Social, el fallecimiento de su esposo y su llegada a la presidencia de Evópoli en octubre de 2022, cargo en el que aspira su reelección, en un proceso interno marcado por fallas técnicas y acusaciones cruzadas entre las listas candidatas. Desde su oficina en Providencia se rodea de miradas de admiración y desilusión: hay quienes la describen como “matea” y “de trato amable”, mientras que otros la acusan de deteriorar el estado del partido y de ignorar situaciones de “matonaje”. En privado, se dedica al tarot y a la confección de prendas, y confiesa que le gustaría dejar aprendizajes, pero que pensar en un legado es “muy ambicioso”.
Era octubre de 2019. Por ese entonces la revuelta colmaba las calles. Gloria Hutt pasaba sus días como ministra de Transporte y Telecomunicaciones. En una semana su aprobación en la encuesta Cadem cayó un 40%. Llegada la tarde salía del Palacio de La Moneda. Pero no se dirigía a su casa.
En el Hospital Militar, su marido, el ingeniero militar Felipe Cossio, estaba hospitalizado por cáncer. Juntos pasaban la tarde conversando y viendo películas. Hutt dormía en un sofá cama que instalaba en la pieza. Al amanecer, volvía a la sede de gobierno para retomar sus labores ministeriales.
— Es llamativa la fortaleza que debe haber requerido para mantenerse en el cargo con su marido hospitalizado.
— Yo creo que eso viene de más atrás. Me tocó duro desde muy chica.
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Gloria Hutt nació el 31 de enero de 1955. Fue la primera de dos hijas. A los quince años conoció a Felipe Cossio, con quien se casó en 1976. Dos meses después, mientras estudiaba Ingeniería Civil en la Pontificia Universidad Católica de Chile, quedó embarazada. Al paso de un mes, su marido fue diagnosticado con cáncer testicular.
Con el pasar de los años la enfermedad se fue apaciguando. Sin embargo, las secuelas aparecían constantemente. Las neumonías y otras afecciones tuvieron a Hutt corriendo de un lado a otro en medio de su embarazo y una carrera universitaria que tomó nueve años en terminar. Según comentó a La Tercera, un doctor le dijo que tenía que bajar el ritmo puesto que presentó síntomas de pérdida: “No íbamos a poder tener más hijos por el tratamiento que se le haría a mi marido”.
Llegados los 90, trabajó para una consultora internacional de transporte en donde estuvo hasta el 2010. Una amiga y excompañera de la universidad trabajaba en el área de transporte del centro de estudios Libertad y Desarrollo y le enviaba artículos para que corrigiera cuestiones técnicas. Tiempo después, Hutt empezó a escribir sus propios textos.
Ahí, la ingeniera conoció a Cristián Larroulet y al expresidente de la República, Sebastián Piñera: “Larroulet me invitó a tomar un café y me preguntó si estaba disponible para trabajar en el sector público. Dije que sí. Pasaron unos días y el Presidente Piñera me llamó para ser subsecretaria”.
Dirigir la Subsecretaría de Transporte fue su primer acercamiento al mundo político. Juan Carlos González, actual secretario general de Evópoli, fue asesor legislativo en el Ministerio de Transporte y Telecomunicaciones. El abogado recuerda que Hutt enfrentó el cargo con mucho “compromiso e intensidad”: “Era muy matea. Se quedaba trabajando hasta muy tarde y llegaba muy temprano. Nunca acusó agotamiento ni estrés”
Un puesto de “menor exposición”, en palabras de la misma Hutt, fue su entrada al mundo político. Años después, participó en la constitución de Evópoli como partido y la construcción del programa de gobierno del segundo período de Sebastián Piñera. Tras una elección exitosa, el entonces mandatario le ofreció ser ministra de Transporte y Telecomunicaciones.
Pablo Torres (quien decidió reservar su nombre real), trabajó en el gabinete de comunicaciones del ministerio y destaca el carácter exigente de la jefa de cartera: “Teníamos que correr. En el ministerio se trabaja con una presión alta. Da un poquito lo mismo el horario de trabajo”. El asesor, también resalta que ella “no es cercana, pero tiene un trato muy dulce”.
Un día, él y todo el equipo de prensa la estaban esperando en Estación Central para ir en tren a una actividad en Chillán. Ella apareció con una canasta tapada con un paño en sus manos. ¿El contenido?, huevos duros para todos quienes la iban a acompañar.
Puertas abiertas
Las silenciosas salas de la sede de Evópoli comienzan a percibir el sonido de unos pasos lejanos. Cuando Gloria Hutt entra revolviendo el líquido vaporoso que lleva la taza que sus manos sujetan, prende la luz, acomoda su bufanda y pregunta: “¿Te ofrecieron té?”.
Hoy es presidenta del partido y candidata a la reelección en unas votaciones internas que se mantienen suspendidas desde el 14 de diciembre por fallas técnicas. Su contrincante, el exdirector del Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence), Juan Manuel Santa Cruz, acusa a la mesa dirigida por Hutt de perder la confianza para encabezar el proceso. Asimismo, la exministra asegura que se está buscando armar una directiva por “secretaría”.
Quienes la han rodeado en campañas y en su gestión valoran su buen trato. Natalia Contreras, exconcejala de Santiago, fue parte del despliegue territorial de la candidatura de Hutt al Consejo Constitucional en 2023. La ve como una persona “preocupada y gentil, pero siempre cuica y poco suelta. No es dicharachera. Felipe Alessandri y Evelyn Matthei tiran la talla pero ella no. En la campaña fue super rajada. Cuando fuimos al matadero nos dejó que pidiéramos lo que quisiéramos. Nunca tuvo un reparo con los recursos económicos”.
Silvana Tobar fue coordinadora de la colectividad en Ñuñoa y recuerda a la exministra como una “excelente anfitriona”. No es un comentario difícil de creer. Muchas de las personas que conocen a la presidenta de Evópoli han llegado a su mesa. Contreras comenta que asistió a la celebración del triunfo de Hutt en las elecciones de 2023: “Me regaló unas donas porque le dije que tenía ganas de algo dulce”.
Por su parte, Juan Carlos González considera a Hutt como una “fanática de los productos exclusivos”. El abogado detalla que “le encanta que vayan a su casa. Para ella la comida y la costura son pasiones importantes. Le gusta que lo que comas sea lo más fino posible. Es muy generosa. Hace canapé, quiche, kuchen. Le gusta la cocina alemana”.
No obstante, de vuelta a las oficinas ubicadas en Providencia, algunos tienen reparos sobre cómo ha encabezado la colectividad. César Miranda, jefe de la campaña de Hutt al Consejo Constitucional, afirma que “es de las mejores profesionales políticas, pero no sé si es de las mejores políticas profesionales. Discrepo mucho del estado actual del partido. Le entregaría el futuro del país a ojos cerrados, pero manejar la política pública no es lo mismo que manejar profesionalmente la política partidaria”.
El círculo
Silvana Tobar asegura que sufrió matonaje por parte del círculo que rodea a Hutt: “Me gritaban por teléfono. Hay clasismo en el partido. Qué lata que ella lo esté liderando, quiero creer que no está enterada de esta situación”. En tanto, Natalia Contreras afirma que uno de sus motivos para dejar el partido fueron este tipo de situaciones: “Yo esperaba más seriedad de un partido de derecha y menos matonaje. Se chacreó”.
Juan Carlos González, como secretario general de la colectividad, afirma no estar al tanto de estas situaciones.
— Hay personas que afirman que renunciaron a Evópoli por situaciones de bullying, ¿está al tanto de eso?
— No sé a qué te refieres. Las campañas son periodos de mucha intensidad y conflicto. Todas las personas tratan de imponer su punto de vista. No vi eso del matonaje. Ella (Gloria Hutt) tuvo un equipo de campaña bien afiatado. Algunos se quedaron y otros no. Yo creo que tiene que ver con personas que esperaban una acogida distinta a la que tuvieron.
Macarena Riquelme Laso fue la encargada nacional del área Mujer, de Evópoli, entre noviembre de 2022 y enero de 2024. Llegó al partido en 2019 con un grupo de amigos después de ser parte del gabinete del exalcalde de Santiago Felipe Alessandri.
Si bien todavía milita en el partido, dejó el cargo que ocupaba dentro de la colectividad por lo que ella define como una “conjugación de factores”, entre las que describe situaciones de acoso y hostigamiento: “Hace un año hubo una celebración donde se hizo un formulario de Google para armar una premiación con rasgos y características de las personas. Me llegaron dos diplomas. Uno decía algo así como que nadie me podía parar cuando hablaba de cosas que a nadie le importaban”.
Durante ese período y a conocimiento de sus colegas, Riquelme llevaba un proceso de diagnóstico de Trastorno del Espectro Autista (TEA): “Le dije a mi neuróloga que sumara ese rasgo a mi examinación y me respondió que me estaban discriminando”. Alejada cada vez más de la militancia, Riquelme se ha enterado de otras situaciones que ocurrían a sus espaldas: “Le pedían a algunas personas que no me contestaran el teléfono. A ese nivel”.
“Entendiendo a Gloria como cabeza del partido, es su deber enterarse de lo que está pasando con su equipo. No puedes no saberlo. Y si lo sabe, ¿por qué lo permite?”, cuestiona la abogada.
En una reunión en que se estaba discutiendo el matonaje dentro del partido, Riquelme decidió escribirle por interno a Hutt: “Le dije que esas actitudes no solo venían de esas personas, sino que había harto fuego amigo. Que era insostenible y que me gustaría hablarlo con ella”. La presidenta del partido no respondió.
Decepcionada, la exencargada de Mujer Evópoli admite que la respuesta de la exconsejera constitucional le hizo falta: “Ella es una dama, no tengo nada que decir. Pero me faltó ese uno a uno. No solo había una relación de cercanía, también era mi jefa. En su equipo hay personas muy matonas”.
A puertas cerradas
La casa de la exministra escapa de lo común. Según detallan sus visitantes, el inmueble, ubicado en Providencia (una de las nueve propiedades que mantiene registradas), cuenta con una cocina semi-industrial, cerca de cinco habitaciones, un estudio donde Hutt lee el diario, un cuarto de costura en el segundo piso y una habitación donde “tiene el tema del tarot”. Según explica Fernanda Ulloa, presidenta de las Juventudes Evópoli, “es bien mística”.
Además del tarotismo, los vestidos y la confección son un hobby de larga data para Gloria Hutt. Aprendió a tejer a los 5 años y no se detuvo más. Pablo Torres afirma que muchas de sus prendas son de autoría propia: “Podías decirle que su abrigo era lindo. Ella respondía que era un Gloria Hutt. Es tremendamente vanidosa. Pero en buena”.
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— Uno tiene que, en cierta forma, dejarse llevar por la vida, y poner la energía donde pueda hacer cosas que produzcan un cambio, y no lo que no se puede manejar – reflexiona Hutt.
Los últimos días de su marido colisionaron con una serie de eventos donde la imagen pública de la presidenta se vio degradada. Agrupaciones de manifestantes ciclistas taparon su casa con carteles, robaron el timbre, gritaron consignas por un megáfono y rayaron la casa de su vecino. Al mismo tiempo, era apuntada como la responsable directa por el alza de los 30 pesos del metro que condujeron al estallido social, a pesar de que, según Pablo Torres, “golpeó todas las puertas que pudo haber golpeado para que no se subiera la tarifa”.
Hutt hoy piensa que las críticas que recibió fueron injustas y muy duras: “Te enfrentas a una ola gigante que se te viene encima y no hay nada que le devuelva la racionalidad a la gente. No importa si esta la información o no”.
— Soy la primera en entender la molestia. Pero creo que las redes sociales hacen un daño muy grande. Hay una huella que queda y nunca se aclara. Es como que te agarrara una avalancha de piedras. Ahora mismo vemos a autoridades que llaman a la calma y a la reflexión, y a mí me consta que ellos empujaban estos actos.
— ¿A qué autoridades se refiere?
— A quienes nos gobiernan. Para nadie es un misterio que ellos promovían las protestas más duras.
Durante las elecciones presidenciales de 2021, se difundió en redes sociales y medios de comunicación que el flujo de buses y transporte público era más bajo de lo usual. Algunas personas hablaban directamente de un boicot del gobierno de Sebastián Piñera a los comicios. Para Hutt esas acusaciones fueron un “montaje mal intencionado”.
Y este no es el único episodio que la exministra observa con suspicacia. Hoy asegura que le cuesta creer que el estallido social fue espontáneo: “Algunas manifestaciones pueden haberlo sido. Pero estoy entre los que piensan que hubo algún grado de organización. Eran muy coincidentes las formas de manifestación, las frases y los rayados”.
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— Está lleno de gente muy mala e irresponsable. Yo esas cosas no las respondo porque, qué saco – admite.
En 2018, el diario La Tercera reveló que Hutt había hecho una donación de 12 mil pesos a una asociación de presos de Punta Peuco, recinto penal conocido por albergar condenados por violaciones a los derechos humanos: “Eran personas que yo ni conocía. Mi marido me dijo que estaban buscando plata para comprar los remedios de una persona. Me pareció de la mayor, no sé, humanidad”.
Sin embargo, esas no son las críticas que más le duelen. En octubre de 2020, el medio Interferencia reveló que su marido, Felipe Cossio, era mencionado como torturador por tres testigos en la investigación de la desaparición de Mario Sandoval durante la dictadura de Pinochet. Si bien fue absuelto de todos los cargos asociados a una desaparición forzosa, su hoja de vida quedó marcada por acusaciones de torturar personas con electricidad y por escoltar a la hija del dictador.
A pesar de esto, Hutt lo defiende: “Él nunca estuvo mencionado. Nunca tuvimos que contratar un abogado. Me afecta porque eso fue después de que falleciera. No se podía defender. Es de una ignorancia tremenda. Decían que fue a la Escuela de las Américas en Panamá. Ahí se forman militares de muchas partes del mundo. Mi papá fue instructor en el año 54. Pero, por alguna razón, dicen que era un centro de entrenamiento de torturas. Entonces no hay ni la más mínima búsqueda”.
En 1996, la CIA y el Pentágono desclasificaron siete manuales de entrenamiento militar que fueron usados para cursos en la Escuela de las Américas. Estos contenían “prácticas contrainsurgentes” que detallaban métodos de ejecución, tortura y secuestro.
Felipe Cossio falleció en agosto del 2020. Hutt asegura que vivió el proceso con mucha paz: “Fue una cosa muy fluida. Sabíamos lo que venía”
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Gloria Hutt teje y estudia. En una de las mesas puesta en las múltiples piezas que constituyen su casa hay quiche, agua de frutas, canapé y quesos. En otra, lee sobre las energías y el tarot. Las cartas le explican el ahora. La ayudan a entender su entorno y, tal vez, le aconsejan para dónde no mirar. Le cuentan qué situaciones o caminos debe evadir para evitar otra tormenta. Se ha acostumbrado a ver “qué viene” y a “dejar la vida fluir”.
Encomendada al presente, dice que para el próximo ciclo de elecciones dará espacio a las nuevas generaciones: “Soy de la idea de darle aire a la política”. Cree que pensar en un legado es “muy ambicioso”, pero le gustaría dejar aprendizajes. Cuando piensa en el futuro ve múltiples recorridos.
— Voy a cumplir 70 años en enero. Tengo mi trayectoria técnica. Estuve 30 años trabajando en eso y me especialicé en algunos rubros que son valorados. Lo podría combinar con participación en política. O quizás voy a cambiar totalmente de rumbo y dedicarme a otra cosa.
— Solo el destino lo sabe.
— Solo el destino lo sabe – dice riendo.