En Chile, alrededor de dos millones de personas (12,3% de la población, según la última Encuesta Nacional de Salud) se ven afectadas por diabetes: una enfermedad crónica que perjudica al cuerpo al procesar los alimentos para convertirlos en energía. Un avance científico, realizado por científicos chinos, ha encendido la esperanza de una cura para esta condición.
Un equipo de científicos y médicos chinos ha dado un paso revolucionario e importante para el tratamiento de la diabetes tipo 2. El avance realizado por un grupo de médicos del Hospital de Changzheng representa una esperanza a millones de personas en todo el mundo.
A través de un innovador procedimiento de terapia celular, el equipo médico consiguió que un hombre de 59 años, con más de dos décadas padeciendo la enfermedad, lograra prescindir por 33 meses de las inyecciones de insulina y la medicación oral diaria.
El paciente en cuestión se sometió en junio de 2021 a un trasplante celular en Shanghái, China. El tratamiento, desarrollado por investigadores y otras instituciones, consistió en la implantación de células madre -esta vez modificadas- que lograron restaurar la función de los islotes pancreáticos del paciente. Los islotes de Langerhans contienen células beta que se localizan dentro del páncreas como responsables de la producción de insulina, hormona clave para la regulación de la glucosa en sangre.
“Los exámenes de seguimiento revelaron que la función de los islotes pancreáticos del paciente se ha restablecido de manera efectiva”, indicó el Dr. Yin Hao, investigador principal.
Aunque más que hablar de “cura”, como dicen los titulares, los especialistas indican que hay que hablar de “remisión”: pues lo que sucede realmente con el trasplante de células madre es que estas células reemplazadas volvieron a producir insulina.
Este avance, publicado en la revista científica Cell Discovery, fue descrito por el doctor Yin Hao como un hito en la medicina regenerativa. Tras 33 meses sin necesidad de insulina, el paciente continúa con niveles normales de glucosa y ha experimentado una mejora significativa en su calidad de vida.
Actualmente, los tratamientos más comunes para pacientes diabéticos incluyen: plan de alimentación especializado, actividad física, medicamentos como inyecciones de insulina y bombas de insulina. Además se consideran cirugías para bajar de peso, en el caso de algunas personas con diabetes tipo 1, un páncreas artificial o un trasplante de islotes pancreáticos.
El hito se volvió a repetir, pero esta vez para las diabetes tipo 1. Una mujer de 25 años, también habría recibido un trasplante de islotes, los cuales le permitieron producir insulina por sí misma tres meses después de recibir el trasplante.
Las células fueron extraídas de su propio cuerpo y, a la vez, fueron reprogramadas para volver a introducirlas en ella. Un tratamiento inspirado en los avances del Premio Nobel de Medicina, Shinya Yamanaka, de la Universidad de Kioto (Japón), se basa en el uso de células madre pluripotentes inducidas (IPS). Estas células son reprogramadas a partir de las propias células del paciente, permitiendo regenerar tejidos dañados sin riesgo de rechazo inmunológico.
El caso de Chile
La situación en el país no es menos alarmante. Según la última Encuesta Nacional de Salud (ENS), el 12,3% de la población chilena padece de diabetes y estas cifras han aumentado de forma significativa tras la pandemia de Covid-19.
La ENS indicó que la pandemia de Covid-19 incrementó de manera considerable esta cifra en Chile. En total, fueron más de medio millón de nuevos pacientes diabéticos los que se contabilizaron en la pasada pandemia. Esto significa que más de un millón y medio de chilenos viven con esta condición, lo que representa una carga considerable, tanto para los pacientes, como para el sistema de salud del país.
Según datos de International Diabetes Federation, 540 millones de personas en el mundo padecen de esta enfermedad y se estima que para 2030 esta cifra subirá hasta 643 millones. Del total de personas que padecen la enfermedad, un 90% padecen de tipo 2. Chile refleja un incremento sostenido en la incidencia de diabetes en las últimas décadas. La ENS ha documentado un aumento del 3% en los casos de la enfermedad en solo siete años.
Factores como el aumento de peso y sedentarismo son clave en el desarrollo de la diabetes tipo 2, que constituye el 90% de los casos.
La ENS revela sobre lo anterior que alrededor del 87% de los chilenos son sedentarios y que apenas el 15% consume la cantidad adecuada de frutas y verduras. Esta situación contrasta con el alto consumo de alimentos procesados en el país, lo que coloca a la población en una posición vulnerable frente a enfermedades crónicas como la diabetes, el hígado graso y la hipertensión.
El avance de la terapia celular para tratar la diabetes tipo 1 y tipo 2 es un paso significativo, pero aún queda trabajo por hacer para que estas soluciones estén disponibles para un mayor número de pacientes. La investigación adicional es crucial para evaluar la durabilidad de los resultados y entender cómo estas terapias pueden adaptarse a diferentes perfiles de pacientes. Además, el costo de estos tratamientos y su acceso representan desafíos importantes que deben ser considerados por los sistemas de salud.
Mientras tanto, en Chile, es fundamental reforzar las políticas de salud enfocadas en la prevención de la diabetes y la promoción de hábitos saludables. Aumentar la actividad física, mejorar la alimentación y fomentar la educación sobre la enfermedad son aspectos claves para reducir la incidencia de diabetes tipo 2 y sus complicaciones. Recordemos que Chile es el segundo país de Latinoamérica donde más aumentó la obesidad en los últimos 30 años, un panorama que no hace más que hablar mal de la salud alimentaria del país.
Y aunque los avances científicos ofrecen una esperanza para quienes viven con esta condición, la prevención sigue siendo la herramienta más efectiva para combatir la diabetes a nivel nacional.