Ante el aumento de espacios de exhibición de arte contemporáneo en Santiago, surgen visiones sobre las artes visuales como un trabajo activo y la democratización de la cultura para los públicos. Un grupo de gestores culturales y galeristas narran sus experiencias para Doble Espacio tras formar proyectos artísticos e importantes proyecciones a nivel nacional. Aquí, cuatro casos emblemáticos.


El mundo del galerismo en Chile crece ante nuevas propuestas artísticas que complementan el panorama de las artes visuales en el país. Si bien, gran parte de estos establecimientos corresponden a iniciativas privadas, la mayoría tiene como objetivo acercar el arte contemporáneo a la comunidad nacional, como también presentar lo artístico como formas de expresión bajo nuevas técnicas, materialidades y perspectivas.

Un grupo de trabajadores culturales pertenecientes a galerías de arte de Santiago como Espacio 218, Biophilia, Departamento JOTA y Espacio O, comentan los inicios de sus proyectos y las propuestas que decidieron llevar adelante. A pesar de las metas que varían de acuerdo a cada espacio, todos coinciden en relevar la importancia del arte y visibilizar el quehacer de los artistas como una forma de trabajo.

Gerardo Cruces – gestor de proyectos de Galería Biophilia

“El nombre de la galería viene de la atracción y necesidad de los humanos de relacionarnos con la naturaleza. El proyecto original, creado por Alejandro Castillo, desde el comienzo consistía en realización de cerámica, al final fue el nombre que trasladó a este lugar.

No hemos encontrado otras influencias dentro del contexto latinomaericano como Jason Jacques Gallery, en Nueva York, una galería de cerámica contemporánea. Tenemos ese nexo porque éste es un espacio especializado en cerámica, e incluso las obras que salen de lo tradicional, en nuestro país tienen otra impronta que se forma a través de talleres de realización.

La idea de este proyecto es relevar lo vigente y contemporáneo de la cerámica, para así derribar las ideas catalogaban a la cerámica como algo utilitario. De hecho, antes ni siquiera era considerada como una disciplina artística: había un espacio para proponer este material, pero sin desligarlo del diseño al que siempre ha estado ligado, como el que tiene Chile por su industria de cerámica, como Loza Penco y la realización de figuras en greda.

Creo que este proyecto es cercano a la gente. O sea, desacraliza el arte porque al mismo tiempo puedes aprender a hacer piezas de buena calidad, luego comprarlas o exponerlas.

Más allá de Santiago, nos interesa tener una representación un poco más amplia en cuanto a los territorios más de norte a sur. También queremos apadrinar artistas, hacer residencias y dar a conocer su trabajo. Pero, sin duda, nuestra gran meta es democratizar el arte de la cerámica en Chile, además que institucionalizar la disciplina para que no dependa siempre de iniciativas privadas”.

Galería Biophilia (Centro Cultural Gabriela Mistral). Fotografía: Tomás Rabají.

Rodrigo Moya – director de Departamento JOTA

“En la primera etapa de Departamento JOTA todo era una mezcla de incertidumbre y convicción. Nosotros no estábamos seguros del interés que iba a generar el espacio entre el público y los artistas. Pero, por otra parte, estábamos decididos a empezar: sino habría sido un esfuerzo perdido. Al comienzo nos agobiaba tener que cubrir todos los aspectos relativos a gestionar una galería y la producción de sus exposiciones, sin embargo hemos aprendido a organizar nuestros tiempos y cargas de trabajo.

Queríamos lograr exposiciones de calidad con presupuesto y contactos limitados en el menor tiempo posible. En mayo expusimos obras de Diego Mora Meneses, donde se simuló una sala de clases dentro de la galería.

Tuvimos también “Acá lejos” de Angie Saiz, momento en que trabajó los espacios de refugio, imitando una cueva hecha con un material realizado por la propia autora de cartón, pintura y adhesivos. Eso junto a unas cajas de luz con fotografías que resumen situaciones de nomadismo y migración. Lo último fue una invitación particular a Catatte, quién ganó una categoría de Arte Joven en la Municipalidad de Santiago.

No estoy seguro de qué es lo que nos diferencia de otras galerías. Pero sí creo que intentamos ser rigurosos en las tareas que realizamos para gestionar el espacio, y continuamos con el esfuerzo de generar una estructura de costos estable que nos permita cubrir lo necesario para continuar funcionando”.

Departamento JOTA. Fotografía: Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.

Mariairis Flores – Curadora de Espacio 218

“Este proyecto surge de parte de Kira Píriz. Ella compró este departamento, en el portal Fernández Concha con la idea de hacer un espacio de arte. Y ahí trabaja junto con José Pablo Guzmán, quien vive en Portugal, pero es también integrante del equipo de Espacio 218. Un tiempo más tarde entramos Seba Calfuqueo y yo como curadoras.

Como es un espacio más bien pequeño, el hecho de perfilar su línea es nuestra primera tarea. Para que este lugar tenga una identidad que, a partir de la cual, se insertar en el campo de las artes visuales. Ofrecerla como un tipo de programación fue importante trabajar con convocatorias abiertas, cosa de ser un espacio que nos permita conocer a nuevos artistas y remunerar el trabajo de nuestros expositores.

Eso es algo que no sucede como en todos los espacios de arte. Entonces nos parece importante destacar que eso era una condición al menos mía y de Seba Calfuqueo para sumarnos a este proyecto artístico.

En ese momento, al inicio lo pensamos más bien como un proyecto de residencias artísticas. Pero como estábamos partiendo y las residencias tienen un ritmo lento debido a que el artista trabaja de forma solitaria y en un espacio cerrado, queríamos hacer algo que fuese dinámico, por tanto, le dimos espacio a las exposiciones también.

Nuestro primer año yo diría que cumplió con nuestras expectativas, en el sentido de que se pudieron realizar los proyectos que pensamos y que también nos parecían interesantes. Dentro del perfil que nos ha interesado construir, está el hecho de que nos importa mucho dónde estamos instalados, en la Plaza de Armas.

La recepción de parte del público especializado en arte ha sido súper positiva, porque siempre se celebra que exista otro espacio para un campo que tiene muy pocos lugares. Como también habido como un público más casual al que también les interesa llegar. Pero es un poco más difícil, porque aunque el espacio esté ahí y uno diga es como un espacio de arte abierto, siempre hay como una especie de resistencia y de pensar “qué tengo que hacer yo ahí adentro”.

Galería Espacio 218. Fotografía: Instagram (@espacio_218)

Daniela Claro – directora de Galería Espacio O

“Espacio O se fundó en 2015 como un espacio para exponer una variedad de artistas visuales chilenos que abarcaran temáticas interesantes con el objetivo de que reflexionaran sobre la contemporaneidad independiente (técnicas y generación). El modelo se parecía más a una sala de exhibiciones que el de una galería que represente artistas específicos. Fue un comienzo con mucha mística y trabajo en equipo que quedó marcado en Espacio O… hasta ahora.

La galería busca ser un referente para el público que quiere conocer y disfrutar del talento y propuestas de la producción artística nacional, exponiendo principalmente pintura, fotografía, video arte, instalación y performance. Queremos consolidar un grupo importante de personas dispuestas a apoyar y coleccionar arte chileno a través de un contacto cercano e informado.

Pensamos que hemos tomado una decisión arriesgada, pero creemos que es la única posible para poder financiar los costos que significa trabajar la carrera de nuestros artistas con responsabilidad.

Es por eso que hemos hecho una apuesta paulatina, pero decidida hacia la internacionalización de nuestros artistas y la ampliación del mercado para ellos, a través de la incursión ya sea independiente o en asociación con otras galerías en el mercado internacional.

Queremos seguir siendo una galería pequeña en términos de la cantidad de artistas que representamos. Esto no solo por la responsabilidad que tomamos al representar a un artista, sino porque queremos ser un grupo afiatado, con metas parecidas y que disfrutemos trabajando juntos. Así, preferimos mantener una escala manejable y que nos permita también disfrutarlo.

La cooperación entre todos es lo que resulta mejor para el arte chileno que se produce tan lejos de los lugares en donde se transa el arte a valores más altos”.

Galería Espacio O. Fotografía: Instagram (@espacio_o)