Francisca Nöll estuvo cuatro años alejada de sus funciones en Gendarmería. Esta exclusión forzada, dice, fue parte de una serie de hechos en su contra, orquestados por Christian Alveal, exdirector nacional de la institución. En octubre de 2021 el Segundo Juzgado del Trabajo de Santiago condenó a Gendarmería de Chile por “actos de acoso laboral” y Nöll pudo retornar a su amada institución. A pesar de la sentencia, Alveal se mantuvo al mando de Gendarmería hasta el fin del gobierno de Sebastián Piñera y hoy es parte del equipo de la precandidata presidencial Evelyn Matthei como “experto en seguridad”, acusa la mujer.


Entre llamadas telefónicas de compañeros y compañeras de Gendarmería, Francisca Nöll Vergara (44) se toma un tiempo para conversar con Doble Espacio. El motivo de cada una de las llamadas es el mismo: dar cuenta de nuevos casos de acoso laboral dentro de la institución. Su caso se transformó en un emblema, ya que es el primero con una sentencia judicial tan ejemplificadora. 

El 14 de octubre de 2021, el Segundo Juzgado de Letras del Trabajo de Santiago condenó a Gendarmería de Chile, dirigida en ese entonces por Christian Alveal, por “actos de acoso laboral y vulneratorios de la garantía constitucional” efectuados contra Francisca. El tribunal condenó a Gendarmería a pagar $15 millones por daño moral a la víctima, la totalidad de las asignaciones impagas durante los cuatro años que Nöll estuvo fuera de la institución y los costos del juicio.

A pesar de lo anterior, Alveal se mantuvo como director nacional hasta el fin del gobierno del expresidente Sebastián Piñera. 

Sin embargo, la semana pasada Francisca volvió a la capital para entregarle una carta a la precandidata presidencial, Evelyn Matthei, mostrando su preocupación por la presencia de Christian Alveal en su equipo. 

—Aquí hay una protección política tremenda— afirma la mujer. 

  • ¿Cuándo empezó el acoso laboral?

El lunes 8 de octubre de 2018 una comandante me esperaba urgente en mi lugar de trabajo, ya que el sábado 6 anterior, en el diario La Tercera, apareció publicado que yo estaba siendo objeto de una investigación por filtrar información. Luego, irrumpe la fiscal administrativa con golpes de palma en la puerta diciendo que yo tenía que declarar y firmar mi suspensión de funciones. Estaba junto a cuatro uniformados con cascos, chalecos antibalas, cámaras GoPro y armamento. 

  • ¿Cuál cree que fue la finalidad de este procedimiento?

Esto le sirvió a Christian Alveal para colocar una fiscal a su gusto en un sumario en el que estaba involucrado y que yo estaba dirigiendo. Esa semana iba a cerrar la investigación. Le entregué el documento a mi jefa y le dije, “cuídalo como hueso santo”. Nunca me lo devolvieron. Me sacaron todo lo que yo había hecho, me hicieron una requisa arbitraria. Se prestaron para montar una supuesta suspensión de funciones totalmente ilegal. Desde ese 8 de octubre no pude poner un pie en Gendarmería hasta cuatro años después. Mis colegas se prestaron para mentir e inventar otras situaciones.

  • ¿En esa investigación existían antecedentes en relación al señor Alveal?

Fui designada fiscal de una investigación sumaria en relación a una denuncia de agresiones y eventuales torturas y apremios ilegítimos en contra de unos internos. En medio de la investigación se acusó que detrás de toda esta situación había un montaje de las autoridades de Gendarmería. Al investigar me comenzaron a hacer un poco de sentido las suposiciones de una mano oscura, ya que advertí que se habían torcido procedimientos. Entre los cuestionados estaba el segundo del alto mando: Christian Alveal Gutiérrez. Se rumoreaba que esta situación tenía por finalidad generar un gran paro para solicitar la renuncia de la directora nacional, Claudia Bendeck, y dar paso a Alveal. Situación que se concretó. En una ocasión, cuando yo llevaba un par de meses investigando las acusaciones en su contra, nos cruzamos y me dijo “te voy a aplicar un DFL-2”, es decir, un llamado a retiro en el caso de los uniformados. Me hizo una amenaza velada ya que el tono sin duda pretendía infundir un temor en mí. 

  • ¿Conocía al señor Alveal antes de esta investigación?

Fui la actuaria en la investigación respecto al incendio en la Cárcel de San Miguel. En mi posición de ministro de fe, sin tener injerencia alguna en el proceso, pude ver cómo al señor no le pasó nada. Él era el segundo al mando y no le pasó nada. Yo conocía ese manto de impunidad que el señor Alveal mantenía. En el año 2016 él era director de la escuela en la cual yo hacía clases y me sacó de mi puesto. Ni siquiera me invitó a la ceremonia de egreso de mis alumnos. Ya venía una animadversión de su parte hacia mí. La tercera vez que nos cruzamos en Gendarmería fue cuando me tocó investigarlo. 

  • En el ámbito personal, ¿cómo fueron los meses de suspensión?

Tuve que vender mi casa, porque me la iban a rematar y me tuve que mudar a Parral. Se me acabó el dinero, me atosigaron las deudas, se terminó mi matrimonio, quedé sola con mis tres hijos. Estuve obligada a reinventarme, porque sabía que todas las acusaciones en mi contra eran falsas, y que el alejamiento de mis funciones había sido a través de un engaño. La situación realmente me masacró, me destruyó completamente, me dejó por el suelo. Caí en una profunda depresión. Si no fuese abogada, para defenderme a mí misma, lo hubiese perdido todo, como posiblemente mucha gente pierde todo, porque no tiene esperanza alguna. Lo perdí todo simplemente por investigar a quien no le gusta ser investigado.

  • A pesar de la sentencia judicial a su favor, en la interna de Gendarmería aún no se sanciona a Christian Alveal ¿Cuál cree que es la señal para otros funcionarios?

Es pésima, ¿qué funcionario o funcionaria que está viviendo el calvario del hostigamiento laboral va a tener intención alguna de denunciar si ve que en la causa más emblemática que tenemos en nuestro servicio, donde es la primera vez que se condena a un director nacional, no pasa nada? Mi temor tremendo es que esto prescriba. Sería lamentable que una situación tan emblemática y con una sentencia tan ejemplificadora quede en nada. Gendarmería es un servicio público complejo con una alta tasa de suicidios. Entonces el acompañamiento en el ámbito laboral es muy importante y esto ha sido una señal contraria.

  • ¿Cree que dentro de Gendarmería hay una cultura del acoso laboral?

Es una situación que lamentablemente se encuentra bastante normalizada. No podemos normalizar conductas de hostigamiento que tienen una repercusión tremenda en las víctimas, que viven su calvario en silencio. Sin embargo, ahora que soy dirigente y tengo la posibilidad de compartir reuniones con el director nacional, Sebastián Urra, veo bastante preocupación de parte de él, de la parte humana, de la parte profesional, de los trabajadores.

  • A pesar de eso, aún mucha gente no se atreve o no quiere denunciar.

Me han llegado un sinnúmero de casos donde he podido advertir que muchas de las víctimas no denuncian, porque dicen que los sumarios quedan en nada y que los sumarios son manipulados. Lamentablemente el mensaje que esta situación ha dejado es “para qué vamos a denunciar si no pasa nada”. Ese es el denominador común que yo he advertido en la gente que me cuenta sus casos. Quiero ayudar y colaborar para que los funcionarios de Gendarmería puedan denunciar y que los sumarios administrativos se tramiten conforme a derecho.

  • ¿Cree que Christian Alveal tiene un respaldo político fuera de Gendarmería?

Sin duda. Hubo tremendos antecedentes que se aportaron al sumario administrativo, sin embargo, el fiscal administrativo, que en ese entonces era el subsecretario de Justicia Sebastián Valenzuela, estimó sobreseer señalando que no había acoso laboral. Si eso no es una protección política no sé qué es. El señor Sebastián Piñera, estando en conocimiento de la condena y de los graves hechos que allí se habían acreditado, nunca quiso ordenar la reapertura del sumario y siempre me mantuvieron como una mentirosa. Pienso que la protección vino directamente desde La Moneda. Esta protección política la confirmé en 2011, ya que desde el Penal Cordillera se incautó un oficio secreto que se enviaba a Sebastián Piñera en el que Álvaro Corbalán le señala que Christian Alveal Gutiérrez era un “oficial de lealtad probada” y, que desde su punto de vista, debía mantenerlo en un puesto estratégico permanente. Si está recomendado por los criminales más altos de este país, entonces es evidente que el señor tiene una protección política.

  • A pesar de todo lo que ha vivido, ¿de dónde nace su vocación para seguir en la institución?

Le tengo mucho aprecio a Gendarmería. En definitiva fueron las personas las que me maltrataron, no la institución. Era necesario volver para que se supiera la verdad, más que por un tema de ego o de limpieza de mi imagen, yo quería que hubiera justicia en un caso tan grave como el mío. Porque si yo no denunciaba, esto iba a seguir ocurriendo. Es casi un modus operandi acosar a los funcionarios a través de sumarios administrativos. La búsqueda de la justicia fue lo que me permitió seguir y tener fuerzas para llegar acá.