La biodiversidad y fauna chilena enfrentan un desafío que ha repercutido por décadas: el crecimiento de especies invasoras. Ante los cambios de la naturaleza chilena y la protección de las especies nativas, animales como el castor en Tierra del Fuego y el pez tilapia en sus ríos y lagos hacen pensar con más urgencia la protección del patrimonio ecológico en cada localidad.
Thomas Austin, un agricultor inglés de Victoria Australia, decidió liberar 24 conejos europeos en 1859 para recrear la caza en su tierra natal. Pero lo que comenzó como un esfuerzo nostálgico, pronto se convirtió en un desastre ecológico, debido a la falta de depredadores naturales y a la abundancia de alimento; los animales se multiplicaron exponencialmente, causando daños irreparables a la flora y fauna nativas.
Esta historia resuena en Chile, donde la biodiversidad local está siendo amenazada por especies invasoras que enfrentan al país a un desafío similar al de Australia hace más de un siglo.
La biodiversidad de Chile es un patrimonio natural único en el mundo debido a que hay especies que se han desarrollado y evolucionado de manera aislada al resto del continente producto, principalmente, a las barreras físicas y climáticas del territorio chileno.
Aproximadamente, el 25% de las 31 mil especies de plantas, animales, hongos y algas que existen en nuestro país son endémicas. Es decir, que los aspectos ecológicos de su hábitat, como las características biológicas del ser vivo, influyen en su sobrevivencia.
El aislamiento geográfico de Chile hace que su biodiversidad sea especialmente vulnerable y susceptible a ser afectada por especies exóticas invasoras, esto como una de las principales causas de pérdida de biodiversidad a nivel mundial. La llegada de estas especies puede alterar más aún los delicados equilibrios ecológicos anticipando el éxodo de las especies nativas y causar estragos en los hábitats naturales.
El Auge de las Especies Exóticas
Según el Proyecto GEF/MMA/PNUD, en nuestro país existen 1.119 especies exóticas que se han asilvestrado o naturalizado en el territorio. Esto referido a especies exóticas (que no son endémicas, sino foráneas) que han logrado establecer colonias en un nuevo entorno, reproducirse y dispersarse por sí solas.
Estas especies, introducidas de forma intencional o accidental por actividades humanas, pueden desestabilizar los ecosistemas locales y desplazar a las especies nativas. En ese mismo punto pasan a ser especies invasoras, ya que son especies exóticas cuya rápida propagación tiene un impacto negativo en los ecosistemas locales y la biodiversidad.
Un ejemplo de lo anterior es el visón americano. A esta especie la introdujeron en el siglo XX para la producción de pieles. Este familiar de los hurones ha depredado de forma paulatina las aves y pequeños mamíferos de la fauna chilena alterando la cadena alimentaria de esos animales.
De manera similar, la trucha arcoíris, introducida para pesca recreativa, ha competido con especies nativas y cambiado la estructura de los ecosistemas acuáticos.
El caso de la flora
El eucalipto, introducido en el siglo XIX para la producción de madera y reforestación, ha resultado ser una especie invasora y dañina en varias regiones del país. Este árbol no solo compite con la flora nativa por recursos como agua y nutrientes, sino que también modifica los ciclos hidrológicos locales.
“El eucalipto es una especie que impide el crecimiento de otras plantas. Utilizado en plantaciones forestales, este árbol destruye el suelo debido a su alto consumo de agua, secándolo y agotando los recursos disponibles para otras especies”, comenta para Doble Espacio, Pedro de la Cuadra, especialista en biodiversidad e influencer conocido como “Tres Colinas” en redes sociales.
En Chile, los efectos de las especies invasoras se sienten en diversos frentes. La competencia con la flora nativa puede llevar a la reducción de la biodiversidad y al aumento del riesgo de incendios forestales.
Además, la alteración de los ciclos hidrológicos afecta la disponibilidad de agua: recurso crucial para la agricultura y el abastecimiento de agua potable. Estos impactos reflejan la complejidad del problema y la necesidad de una gestión integral y eficaz.
“El espinillo es otra especie invasora que se establece con facilidad, propagándose por el viento. Al recibir luz solar, crece rápidamente y compite con las especies nativas, desplazándolas. Esto ocurre porque esta especie genera demasiada sombra, impidiendo así que las demás plantas reciban la luz necesaria para sobrevivir.” añadió De la Cuadra, sobre las especies que causan estas pérdidas.
Un reciente informe de la Plataforma Intergubernamental Científico-Normativa, sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), destaca que las especies exóticas invasoras son responsables del 60% de las extinciones mundiales de plantas y animales, con un costo económico anual que supera los 423 mil millones de dólares.
“Hay muchas otras especies invasoras, como la Hiedra o enredadera (Hedera Helix) que al ser introducida a los bosques del sur, esta trepa los árboles y termina por asfixiarlos”, explica también el especialista.
Razones para su introducción
El caso del eucalipto es un caso de estudio, este fue introducido a mediados del siglo XIX, tiempo en el cual gran parte del sur de Chile sufrió una deforestación por la expansión agrícola y ganadera.
Para mitigar esta deforestación y erosión del suelo se optó por la plantación de este árbol, y así promover la plantación de especies resistentes y de rápido crecimiento con lo que ha erosionado los suelos y secado los terrenos colindantes. Además, a esto se suma una creciente necesidad de madera para la construcción, fabricación de papel y otros productos. Así, el eucalipto se convirtió en una especie atractiva debido a su productividad.
De manera similar la llegada del visón americano a mediados del siglo XX, nace principalmente por una mirada económica y para la explotación de esta especie con la aparición de la industria paletera.
Aunque la introducción de estas especies tenían objetivos económico y de reforestación claros, la presencia de los mismos termino generando impactos ecológicos significativos, afectando la fauna local y los equilibrios ambientales.