La evolución del “Nacional Libertario”, que pasó de ser un canal de YouTube a un partido político, responde a la fragmentación existente en el escenario parlamentario chileno, tanto en la izquierda como en la derecha, afirma el analista e ingeniero civil, Davor Mimica. Según el experto, las ideas de Johannes Kaiser, el diputado y youtuber que lo lidera, provienen de una lógica mundial que se sustenta en los nacionalismos europeos y estadounidenses, como también en el auge de las ideas de ultraderecha a nivel mundial.


El pasado 11 de junio, el diputado Johannes Kaiser dio a conocer a la esfera pública su nuevo movimiento político: el Partido Nacional Libertario. Si bien aún este colectivo se encuentra en proceso de tramitación en el Servel, fueron más de 120 personas quienes firmaron como miembros fundadores. Entre ellos se encuentran los diputados Gonzalo de la Carrera (ex Evópoli y ex Partido Republicano(PR)) y Gloria Naveillán (ex UDI y ex PR), como también Camille Sigl y Juan Antonio Urzúa, quienes serán vicepresidenta y secretario del partido respectivamente.

En su cuenta de X, Johannes Kaiser, quien sería el presidente del Nacional Libertario, afirmó: “No somos estatistas. Somos libertarios. No somos internacionalistas. Somos soberanistas. No somos corporativistas. Somos libremercadistas”. En la misma red social, Kaiser detalló  que el partido respeta la libertad del individuo con respecto a su proyecto de vida, así como también, que no aceptan injerencias de organizaciones internacionales con respecto a las decisiones del Estado chileno.

En Doble Espacio conversamos con el ingeniero civil de la Universidad Católica y analista político, Davor Mimica, sobre las implicancias, causas y consecuencias que llevan a la palestra política la conformación de estos nuevos colectivos de pensamiento. Creador de numerosos podcast sobre política, como “Democracia en LSD”, “La Ultra” y “Proyecto 50”, Mimica argumenta que la proliferación de partidos como el Nacional Libertario responden a una lógica a nivel mundial del auge de las ultraderechas, nacionalismos y autoritarismos con desglose libertario. Y pone énfasis en la importancia de los espacios de difusión mediática, como las redes sociales y YouTube, que juegan un rol clave en la difusión de estas ideas.

Captura de pantalla - El Nacional Libertario
Captura de pantalla – El Nacional Libertario
  • ¿Qué significa para el actual escenario político chileno la conformación de un partido como el Nacional Libertario?

Lo veo como parte de un movimiento global, no solamente chileno. Primero en Occidente y Europa, en donde ciertas formas de derecha que no existían hace algunas décadas han tomado una creciente importancia, tomando espacios de poder, como está ocurriendo últimamente en Italia y en Francia. Esto se suma a una sensación de que ciertas respuestas libertarias pueden tener éxito tras lo ocurrido con Argentina y con Javier Milei.

Ahora, esto es un error, pues Milei es solo una respuesta a la situación de su país y a la locura monetaria que Argentina ha estado viviendo. Chile no vive ningún tipo de escenario, ni parecido ni cercano, a lo que ha vivido económicamente Argentina en los últimos años.

Sin embargo, el caso de Johannes Kaiser es un poco distinto a lo ocurrido con José Antonio Kast. Por ejemplo, este último venía de la Unión Democrática Independiente (UDI) con una carrera política más sólida, pues fue concejal y diputado. Kaiser, por el contrario, nunca fue un líder importante dentro del Partido Republicano, pues solo venía con su audiencia de YouTube (El Nacional Libertario). No creo que Johannes tenga una masa crítica como para generar un movimiento político más allá de sus pretensiones locales, intencionales y puntuales. Le fue bien en su elección a diputado principalmente porque logró captar a su propia audiencia, como también heredar la de Teresa Marinovich que había competido antes, para la primera convención constituyente.

  • ¿Se podría entender como una especie de quiebre en la derecha?

Claro. Entiendo esto además como un fenómeno de fragmentación que se está dando en la derecha que no es tan distinto a lo que se ha visto en las izquierdas universitarias de los últimos tiempos. Por la forma en que se organizan, cómo funcionan y los tipos de discurso que generan reacción electoral, de apoyo o de denuncia. Las formas más radicales siempre van a desafiar a las menos radicales, y así sucesivamente hasta terminar en un fractal del espacio político que termina por estallar. Esto es un desafío más bien para Kast que para Kaiser, aunque el hecho de que este último exista se debe a que el propio sector de Kast no satisface las necesidades de la gente más radical. Entonces, efectivamente Kaiser puede estar haciendo su propia pavimentación bajo un discurso más ultrón y violento, sobre todo en lo argumental, emocional y político. 

  • Estos nombres políticos se potenciaron cuando Javier Milei salió diputado y posteriormente  presidente de Argentina. Ejemplo de esto es José Antonio Kast, o Nayib Bukele en El Salvador. ¿Se podría decir que Johannes Kaiser busca ser un Milei a la chilena?

Todos los países tienen a su libertario. Esto se ha convertido en algo necesario para empujar el discurso público de que ciertas cosas que antes eran inaceptables, sean aceptables, y viceversa. Esta figura es de mucho interés para personas ligadas al mundo empresarial, porque encuentran útil que existan personajes que digan estas cosas para que sus propios intereses, vistos como extremos para la ciudadanía, se den un poquito menos extremos puesto que aparece este representante que va más allá de la típica discusión política.

Esto tiene que ver con redes de financiamiento que son más bien continentales y basadas en Estados Unidos, pero que otorgan dinero a este negocio de dichos modelos de pensamientos. En Chile, por ejemplo, está la figura de Nicolás Ibáñez que otorgaba millones de pesos a Axel Kaiser, el hermano de Johannes, y a su Fundación para el Progreso. Con esa plata le financiaba todo: viajes, estudios y demases para que Axel pudiese seguir compartiendo su pensamiento ante la guerra cultural.

  • ¿Y cómo influye la victoria de Javier Milei en todo esto?

Hay que partir de la premisa que sin los Kirchner no hay Milei. Una vez que este le gana a Sergio Massa en las últimas elecciones presidenciales de Argentina, al continente se le prende mucho el apetito de estas redes financieras que apoyan a este tipo de personas. Además, hay una especie de disputa tanto en Chile, como en otros países, de ocupar el puesto del “Milei” de cada país. En este caso, del “Milei chileno”, en el sentido de que si una figura política se levanta a sí mismo bajo ese seudónimo, puede ir a buscar financiamiento político, y le darán más plata que si dijeran que es, por ejemplo, el Rojo Edwards chileno. Es una forma de atraer financiamiento para efectuar este negocio y así acumular plata para el chiringuito. Por eso [Johannes] Kaiser entra en esa lógica de que “si pasó en Argentina, ¿por qué no acá?”.

  • ¿Ve a Johannes Kaiser disputando el sillón presidencial? ¿Considera que generaría un mismo o mayor efecto que el que provoca, por ejemplo, Evelyn Matthei o José Antonio Kast?

No, aunque creo que son la misma audiencia. Si uno baja, no se sumaría un voto, porque ya son las mismas personas que están dentro de ese buque. Si bien esa audiencia [de Johannes Kaiser] no es poca y viabiliza alguna posibilidad de reelección a diputado, es mucho más difícil pensarla a la hora de hablar de una candidatura presidencial. Y yo creo que tiene que ver con lo que dije antes, con esto de convertirse en un “personaje político”, tanto a ojos chilenos como extranjeros. Tiene que ver con ocupar el rol de ese personaje que se ha creado: el “Milei” chileno.

  • O sea, de pelear la presidencia, ¿Kaiser no podría esperar una gran cantidad de votos?

No. O sea, las cosas pueden cambiar. La ciudadanía puede quedar chata y las maneras de hacer política pueden darse de distinta manera. Acuérdate que fueron muchos de los mismos votantes de la Lista del Pueblo quienes votaron después por José Antonio Kast en la segunda vuelta presidencial de 2021. Eso se refiere a las formas en cómo se da el hastío político y cómo la gente conecta con distintos personajes. 

Sin embargo, la vía de conexión, sobre todo monetaria y contra inflacionaria que ocurrió en Argentina es algo que en Chile no tiene espacio. Vivimos un momento de inflación de 10% que duró un año, pero que viene bajando a la normalidad a la que estábamos acostumbrados. No hay ninguna razón para pensar que la locura inflacionaria podría llegar a Chile y generar discursos tan contrastantes como el de un libertario como Javier Milei o Johannes Kaiser. Aunque ojo, con respecto a Johannes. Él, más que atractivo por lo libertario, destaca por lo nacionalista y soberanista.

  • ¿Por qué se ha intensificado este discurso del nacionalismo soberanista y del “Chile para los chilenos”?

Es una copia de lo que se ve en Europa y Estados Unidos. No tiene nada de original. En América Latina, Chile es el único caso donde hay una ultraderecha que está basada en el discurso anti migratorio, si bien no somos para nada el país que tiene mayor cantidad de migrantes en proporción a su población. Por ejemplo, hay varios países que tienen muchos más venezolanos en proporción a su población, como Ecuador, Colombia o Perú, pero Chile no entra en ese caso. 

Sin embargo, el concepto antimigratorio de Chile es uno como tal en Latinoamérica, pero no único en el mundo, en el sentido de que tiene que ver mucho con lo que se ha dado en países como Francia, Italia o Estados Unidos. Todos países frontera.

  • ¿Cómo operan estas difusiones o “copias” de pensamientos?

Esas formas como de prueba y error de discursos, y ver qué cosa funciona, es una que en Chile se adopta. Es una manera que sobre todo el ecosistema de youtubers y de actores de la disrupción política en Chile están viendo permanentemente para absorber el tipo de discurso que se ve afuera e intentar adaptarlo al país. Algo que realizan con mucha atención. 

Esta especie de gente funciona adaptando estas ideas mediante los videos que comparten en sus plataformas, y si funcionan, pasan a la capa siguiente, o de transición, entre el mainstream y lo ultra, que sería la difusión mediante los medios de comunicación que compartan estos discursos. Luego, si opera correctamente ahí, logran ser adaptados a la política como tal, como ocurrió con el Partido Republicano de José Antonio Kast, algunos actores de Chile Vamos, y como está ocurriendo ahora con Johannes Kaiser y su nuevo partido.

Yo diría que esta forma de política de la derecha que se basa en la cosa identitaria y antiinmigrante es un resultado del cambio en el flujo migratorio, que fue muy rápido en el país. Algo que genera ansiedad en la sociedad, porque se presenta como algo muy disruptivo, pero que se aprovecha políticamente para canalizar direcciones diferentes. Lo que aquí existió y existe es un grupo de personas que, mirando mucho las experiencias exitosas de los países europeos y de Estados Unidos, y alimentando la ansiedad social con discursos de odio, buscan aplicar en Chile estas ideas.