El medallista de plata de los Panamericanos Santiago 2023 se convirtió en el tercer taekwondista nacional seleccionado para los Juegos Olímpicos París 2024. En su relato entregado para Doble Espacio, conoceremos lo difícil, pero gratificante, que es ser joven y deportista en Chile, y los avatares de esa disciplina deportiva oriental integrada a las olimpíadas desde el año 2000.
Tras una extensa jornada de práctica matutina, Churchill llegó al Estadio Nacional agotado, pero con la felicidad en el rostro. El joven exponente de taekwondo, a sus 21 años, ha cumplido con su mayor sueño: clasificar y poder representar a Chile en París 2024
Joaquín es un joven oriundo de la comuna de Puente Alto y siempre fue deportista. Actualmente, estudia pedagogía en Educación física en la Universidad Andrés Bello, donde la preocupación y estrés que le genera cada competencia, lo ha obligado a perderse pruebas o faltar a clases, sin embargo, señala que con apoyo de la institución ha podido lidiar bien con estas situaciones, y equilibrar su vida personal. En ese sentido, al quedar tres meses para la competencia mundial, Joaquín afirma que “hay mucho ajetreo con la preparación”.
Su primer encuentro con el taekwondo se remonta a sus nueve años, cuando en el colegio debía escoger un taller deportivo. Si bien, recuerda haber querido entrar a “básquetbol primero”, terminó inclinándose por este arte marcial de patadas, puños y bloqueos. Joaquín admite que una de sus mayores motivaciones fue obtener el cinturón negro.
—Entrené harto hasta conseguirlo, me fue gustando el ambiente de competencias. Ya en esos años era fan de Ignacio Morales, el taekwondista que asistió a los Juegos Olímpicos Río 2016. Con Morales, otrora su ídolo, Joaquín ha entrenado el último año.
Es un día caluroso, el sol llegaba de manera directa a las instalaciones del Estadio Nacional, Joaquín aprovechó de tomar un poco de agua, para luego seguir rememorando su trayectoria deportiva: “Cuando uno va creciendo se va dando cuenta de que realmente hay competencias serias. Yo fui guiado por mis profesores, especialmente cuando me uní al Club Deportivo Areté, que me inculcó una buena introducción a lo que es el alto rendimiento”.
Pero inmediatamente, y con cierta melancolía, menciona el apoyo incondicional de su madre Elizabeth Martínez, quien —sin ayuda del padre— fue un pilar en su instrucción, llevándolo desde pequeño a sus entrenamientos diarios y competencias. “Ella siempre me ha apoyado en todo” dice con orgullo.
Ejemplo de otros
En el Estadio, a Churchill se le acerca un joven con ropa deportiva. Se saludan y este aprovecha de felicitarlo con un abrazo fuerte por su clasificación olímpica.
—No había podido felicitarte—, le dice a Joaquín. Los dos sonríen.
Luego el joven se despide para ir en camino a su práctica: “Es uno de mis compañeros del Team con los que entreno”, añade genuinamente demostrando su cercanía con el resto del equipo, misma cercanía que menciona tener con su entrenador y el head coach, Ramón Arias.
Para saber más de él, acudimos a sus cercanos: en una conversación a larga distancia con Arias, quien nos dice que lo conoció siendo un adolescente de quince años en La Copa de Corea 2018.
“Joaquín era un muchacho muy alto y delgado para su categoría de peso y aunque no obtuvo el primer lugar me llamó la atención su disposición y deseos, así que lo invité a participar en un proyecto de jóvenes talentos”, dice Arias. Luego de rememorar esas primeras impresiones, el entrenador comenta su compromiso, responsabilidad y disciplina. “Es muy carismático, tiene muy buenas relaciones personales con sus compañeros de equipo, además cuenta con el apoyo incondicional de su familia, especialmente su mamá”.
En la entrevista Joaquín confiesa no ser sociable. Es más, cuenta que su círculo de amistades se reduce a sus compañeros de equipo. Y si bien menciona que uno se pierde momentos “como juntas familiares cuando estás lejos y los extrañas”, asegura que gracias a ellos ha podido crear mayormente buenos recuerdos, particularmente los vividos en el ya disuelto Club Areté: “Un hermoso momento es cuando viajamos a Costa Rica, un evento que más encima gané, así que quizás, por eso lo recuerdo mucho, pero la pasamos muy bien, salimos, conocimos el lugar y aparte de eso competimos, un lindo recuerdo”.
El club Areté se disolvió en 2019 porque la profesora de aquel entonces se mudó a Canadá, sin embargo, pese a la distancia, Churchill se ríe y menciona que apenas clasificó, como a los tres días su madre le dio una llamada que tenía en el teléfono y era su profesora para felicitarlo por su clasificación a París 2024.
El objetivo a largo plazo
Con el poco tiempo que queda para la junta olímpica, Churchill se prepara para ir a más competencias de nivel internacional a modo de entrenamiento preolímpico: “Uno quiere siempre llegar a ser medallista, pero sabemos que es complicado, por eso este 28 de abril viajamos a Brasil a un panamericano específico. Luego tenemos un open abierto y una semana para descansar antes de París”.
Solo queda esperar para ver su desempeño en el evento que inicia el 26 de julio y será transmitido por señal abierta en Chilevisión donde se transmitirán las doscientas horas de los 32 deportes del evento. Otras opciones para ver cada competencia son las plataformas simultáneas de streaming de Paramount, como Pluto TV.
“Mucha gente te va a criticar siempre, hagas lo que hagas, por si entrenas mucho en lugar de estudiar otra cosa, por no estudiar, etc. No hay que dejarse presionar y aprender a manejar las emociones para concentrarte en lo que importa”, reflexiona.
En esa línea, Joaquín asegura que se dice asimismo que: “No te tiene que pesar la bandera, si estás
haciendo realmente lo que te gusta”.