Detrás de los best sellers literarios existe todo un trasfondo en las manos de internet. Aunque los primeros pasos de esta comunidad tienen sus raíces en la popularidad de las adaptaciones de principios de la década del 2010 en los últimos años, y gracias al gran alcance que tienen las redes sociales, la cantidad de público lector ha aumentado considerablemente.


El 28 de enero de 1813 se publicó, por primera vez, uno de los clásicos de la literatura, Orgullo y prejuicio de Jane Austen. Tras 210 años, a finales de agosto de 2023, la colección Novelas Eternas de El Mercurio comenzó a causar gran furor en las redes sociales, en especial porque este primer ejemplar se podía conseguir a tan solo $1.990.

El protagonista de ese día era el solitario pavo real que adornaba la portada con sus elegantes plumas extendidas sobre el fondo verde claro —la ilustración era similar a una hecha en 1894 por el ilustrador Hugh Thomson—, obtenerlo era el principal objetivo de mucha de las personas que se apostaron en los kioscos y en las sedes de El Mercurio. El ferviente interés se gestó semanas previas, con el anuncio de la colección, y alcanzó su punto máximo cuando comenzaron a circular videos de personas que ya habían obtenido el libro cuatro días antes. La gente registraba su búsqueda para luego subirlas a redes sociales. Muchos de ellos madrugaron para hacer filas, pero en un abrir y cerrar de ojos los libros estaban agotados, por lo que mucha gente no consiguió su tan anhelado ejemplar de Orgullo y prejuicio.

Las coloridas publicaciones abundan en Instagram, donde los amantes de la lectura que decidieron hacer de su hobby algo más público reciben un nombre, Bookstagramer. Estos creadores de contenido, por lo general mujeres, comentan sus últimas lecturas, suben videos o imágenes de las frases que les gusta de un libro. Toda una dinámica que atrae a otros lectores. Lo que predomina en la comunidad son las novelas de ficción de carácter juvenil, que concuerda con el público que consume este contenido, personas entre los 15 y los 35 años.

Durante el año 2022, Ipsos publicó La encuesta de hábitos y percepciones lectoras en Chile, según lo que se presenta en el estudio el área de ciencia ficción y fantasía se posiciona en primer lugar con un 41% y romance en el quinto puesto con 37% de interesados, ambas con un 62% de preferencias dentro del rango etario nombrado con anterioridad.

La principal dinámica que se puede evidenciar son las recomendaciones, ya que, por ejemplo, el libro del momento, Alas de Sangre de Rebecca Yarros, se encuentra dentro del top de los más vendidos en varios de los principales portales de compra online como Buscalibre o de librerías como Antártica.

Hasta la fecha, destacan especialmente autores como Elísabet Benavent, Joana Marcus, Alice Kellen, entre otros, quienes han adquirido rápidamente renombre gracias a que sus obras se encuentran presentes en prácticamente todos los perfiles o hashtags relacionados con los libros.

Aunque este fenómeno no es totalmente novedoso, su origen se remonta a los booktubers, quienes migraron a plataformas más instantáneas al percatarse de un crecimiento constante de la comunidad en estos espacios. Así fue como en la pandemia se empezó a consolidar Bookstagram.

El surgimiento

Hace tres años, Antonia Sepúlveda se enfrentó a un episodio de depresión enorme como consecuencia de la pandemia por el Covid-19. Su desmotivación en las clases online era demasiada ya que, un año antes, cuando empezó a estudiar periodismo en la Universidad de Chile, lo había disfrutado y le permitió crear grandes amistades. Al no poder continuar con esa experiencia, ver caras conocidas o simplemente ir a estudiar diariamente, la destruyó. No fue hasta que leyó Un Cuarto Propio de Virginia Woolf que volvió a sentirse estimulada al retomar su pasión por la lectura. Marcada por las famosas sagas Los Juegos del Hambre y Divergente, se instó a crear su plataforma @plumademujer (en Instagram) con tal de poder hablar sobre esto.

El surgimiento de estos bookstagramers no inició necesariamente con la motivación de trabajar en redes sociales, sino en muchos casos, nació con la simple necesidad de hablar sobre su amor por los libros, como fue el caso de Fernanda Ulloa —@elartedeserfer—, periodista y bookstagramer: “Quise empezar a crear contenido en redes sobre la lectura, ya que sentía que las personas a mi alrededor no valoraban mi pasión por los libros. Necesitaba una comunidad en donde pudiera hablar y descargar esta emoción que me daban estas historias. De igual forma, siempre quise trabajar en redes y escribir, por lo que mi plataforma me ha ayudado mucho a que las personas lean mis obras”.

De a poco, estas creadoras de contenido tomaron peso en redes. Construyeron una comunidad lectora que ha crecido potencialmente, lo que ha impulsado a que nuevas generaciones inicien este hobby, y crear un poderoso fandom lector. Ulloa desmiente la idea de que los jóvenes no leen. Ha visto como afuera del Teatro Oriente cuando vinieron autoras extranjeras como María Martínez, Elisabeth Benavent o Ariana Godoy, se encontraban más de 500 personas en la fila para verlas. Al considerar también las adaptaciones cinematográficas que se han dado en el último tiempo por el fanatismo hacia estas historias reflejadas, principalmente, en TikTok. El hype y el nivel de venta de los libros ha sido impresionante.

Referente a esto, el estudio anteriormente mencionado de hábitos lectores realizado por Ipsos, refleja que la aparición de redes sociales enfocadas en la lectura y en la escritura (Goodreads y Wattpad, por ejemplo), han contribuido a mostrar que el entorno digital es un espacio de socialización importante, al ser un gran aliado del libro en general.

Al notar la importancia que tenían las bookstagramers, muchas editoriales decidieron seguir su ejemplo y utilizar este medio de trabajo. Catalina Toloza, escritora, ilustradora y directora de la editorial independiente Latidos, resalta la gran importancia que han tenido las redes para el crecimiento de su empresa y que ha sido potenciada por estos creadores de contenido: “Necesitábamos una plataforma para crear un canal de comunicación y catálogo con nuestros lectores, clientes, librerías, y colegas. Nuestro Instagram es nuestra carta de presentación. Desde hace un par de meses tenemos comunity manager, y ella se encarga mucho de ayudarnos con la cercanía con nuestros seguidores en redes, es muy amable y le encantan los memes”, afirma la autora.

Trabajo conjunto

En palabras de Felipe Briones, dueño de la editorial independiente Trayecto, “a los escritores les interesa que el libro sea bonito, que esté hecho de buenos materiales y que se venda. La única forma de que eso suceda, es a través de internet”. Con el pasar de los años, las editoriales y librerías se han acoplado a la era digital, al ver el peso que tienen las redes sociales y utilizándolas como una forma de obtener más ventas.

A lo largo del tiempo, las familias de tradición librera han tenido que modernizarse para estar a la par de las nuevas necesidades de los consumidores. Por dos generaciones el Rincón del Libro ha tenido que acoplarse a las tendencias de la sociedad, lo que les ha hecho cambiar su relación con el internet. Durante más de 15 años han intentado generar un mayor alcance en su cuenta de Instagram, pero a partir del estallido social, donde la inseguridad en el centro de la capital aumentó, decidieron generar contenido y videos para mostrar sus productos.

Este cambio de estrategia, logró que sus números en Instagram alcanzaran los cinco mil seguidores. “Es chistoso porque llega gente a preguntar como “¿Ustedes son los de Reels?” Yo solo respondo que sí y ellos dicen “Ah ya”, y se van sin comprar libros”, dice entre risas la jefa del local y esposa del dueño, Valeria Fuentes.

Si bien, las compras en tiendas físicas son más frecuentes que tiendas online, según la encuesta de Ipsos, revela que el promedio de veces que los encuestados compraron libros en tiendas físicas fue de 6,4 versus 4,2 veces en tiendas online. En lugares emblemáticos de ventas de libros, tienen claro que el uso de las plataformas les ayuda a llegar a más público.

Ubicado en pleno corazón de Santiago, la calle San Diego, uno de los lugares más reconocidos por tener una gran cantidad de libros a precios razonables y con amplia experiencia en este rubro, Katherine Pelasco, trabajadora de Studio Libros, dice que el aumento de la lectura en los jóvenes fue clave para iniciar las alianzas con los bookstagramers: “Nos ayudaron un montón con sus reseñas para saber qué es lo que la gente está leyendo y recomendarles que vengan a comprar a nuestra tienda. De igual forma, como ha crecido esta comunidad literaria en redes, han surgido diversas ferias literarias” menciona Pelasco.

Por otro lado, en el local del frente, la vendedora, María Angélica Linares, de la librería Gatto Nero, comenta que: “No todos los meses uno puede estar regalando tantos libros, porque eso tiene un costo. Entonces tenemos un límite de los libros que podemos regalar y si se pasa ese límite, tratamos de apoyar con el 50% del libro y el otro 50% sería de parte del Bookstagramer. Por eso es que hay sorteos”. Pues estas librerías buscan generar una mayor cercanía con sus potenciales clientes por medio de internet.

Para los bookstagramers, este trabajo es un gran desafío, pues reciben muchos libros mensuales. Fernanda Ulloa —@elartedeserfer—, dice que es genial, “ya que tienes la gran oportunidad de recibir libros gratis, también es interesante leer lo que mes a mes va saliendo, incluso antes de que se publique. Gracias a esto he tenido la oportunidad de trabajar con grandes editoriales nacionales e internacionales, y también con ciertos autores”.

Sin embargo, para Antonia Sepúlveda —@plumademujer—, “a veces resulta un poco estresante porque sientes que debes cumplir al día con las reseñas y las recomendaciones, y a veces la vida no da. Simplemente, el tiempo no alcanza y finalmente se transforma en un tipo de trabajo no remunerado y eso resulta súper desmotivante”.

Para Alice Herrera —@alice_inbookland— los libros son parte de su mundo. Su perfil se caracteriza en parte por aquello, desde hace ocho años, siempre está rodeada de libros categorizados por su trama en la Librería Antártica. Todas las mañanas, se dirige a su lugar de trabajo en el Portal la Dehesa, donde cualquier tiempo libre es un buen momento para sumergirse en sus mundos ficticios. Herrera creó una comunidad en su Instagram en la cual comparte las lecturas que más le gustan, es por esto que numerosas librerías y editoriales deciden mandarles sus libros para que ella los reseñe.

Su experiencia en este mundo le ha dado un panorama completo de cómo se ha movido el mercado tras la publicidad en internet. “Los últimos dos meses se ha hablado sin parar de Alas de sangre y durante un tiempo prolongado también lo ha sido Los siete maridos de Evelyn Hugo. Desde la pandemia, los libros como A través de mi ventana o Culpa mía son los que hacen que las niñas vayan directo a comprarlo. Todo lo que diga Wattpad en sus portadas, tiene este constante ir y venir”, menciona la bookfluencer.

Del internet al papel

Otro de los factores que surge gracias al constante crecimiento de esta comunidad en redes sociales es la publicación de libros que en un principio estaban en Wattpad —o provenientes de internet—, una plataforma donde cualquier persona puede publicar sus escritos.

“Una noche, conversando con mi amiga Valentina, le mostré una historia que estaba escribiendo, ella me presentó Wattpad luego de eso y me gustó mucho la idea de poder escribir en la plataforma porque era muy fácil de usar y, además, se podía interactuar, los lectores podían comentar párrafo a párrafo la historia. Así que dije “¿por qué no?”. Me creé una cuenta y luego me descargué la aplicación. Quedé enganchada rapidísimo”, comenta Violeta Boyd, una de las primeras escritoras que publicó sus historias en físico luego de su exitoso paso por internet.

Aunque ahí no termina su historia con estas plataformas, Boyd escribe en este sitio web desde 2014 y su primer libro, Rompiendo tus Reglas, fue lanzado en físico en 2017, cuando ya contaba con más de 40 millones de vistas en Wattpad. Luego de eso siguió escribiendo, a día de hoy, cuenta con siete libros publicados en físico y con 28 historias en la plataforma naranja. A pesar de no ser asidua a las redes sociales, “Instagram mueve mucho y el tema de las publicaciones me pareció atractiva. Ahora, además de usarla para informar a mis lectores, la uso como medio de promoción”, afirma la escritora nacional.

Así mismo, las múltiples plataformas abren puertas a nuevas oportunidades para las creadoras de contenido de libros. Es así como, por ejemplo, María Ignacia Urzúa, más conocida como @teconlibros y quien cuenta con más de 115 mil seguidores en Instagram, ha experimentado con varios formatos a su haber. Comenzó a publicar tímidamente fotos de sus libros, con descripciones donde contaba su opinión de la lectura que había terminado.

Luego de varios meses se dio cuenta de que “lo que más enganchaba a la gente era verme a mí, porque al notar que detrás de un material hay alguien, las personas se sienten reflejadas y crean empatía. Es así como empecé a tener más apoyo, lo que provocó que mi plataforma creciera y así llegué a más seguidores”, comenta la joven.

Después de dedicar seis años a la creación de su novela de fantasía, Una promesa de cien años, y tomar en cuenta la dinámica de la industria editorial, en el año 2022 emprendió la búsqueda de plataformas para dar a conocer su obra. Fue entonces cuando encontró a Trayecto Editorial, dando lugar a un arduo proceso que culminó con el lanzamiento de su libro. Al respecto, Urzúa expresa, “Me brindaron mucha libertad en la toma de decisiones, y quedé muy satisfecha con el resultado final”.

En el fascinante mundo de booktagram se ha reflejado cómo las redes sociales han revitalizado nuestra relación con la lectura. Desde compartir coloridas estanterías virtuales hasta descubrir nuevas joyas literarias. La comunidad de lectores en línea ha demostrado que la pasión por los libros es más vibrante que nunca. Internet no solo ha dado un respiro a la lectura, sino que ha creado un espacio donde la obligación escolar se ha transformado en un deleite compartido. Ha abierto las puertas a nuevos escritores, ampliando así el catálogo juvenil y que se amplíen aún más las obras que se pueden obtener.