El estudio que busca crear pastillas de insulina que reemplace las inyecciones, se encuentra en pleno desarrollo por la Universidad de Columbia Británica (UBC), cuyos investigadores comprobaron con éxito que la insulina es absorbida por el sistema digestivo de ratas. Un revolucionario descubrimiento que dejaría atrás los molestos pinchazos que personas diabéticas deben administrase diariamente.


Aurora Ferrada, fue diagnosticada con diabetes tipo 2 en 2013, esta mujer de 62 años, dueña de casa y pensionada, debe actualmente administrarse inyecciones de insulina de 20 Ul (Unidad Internacional), dos veces al día.

La insulina es una hormona liberada por las células beta pancreáticas en respuesta a niveles elevados de nutrientes en la sangre, controlando funciones energéticas relevantes para la vida, como el metabolismo de la glucosa (azúcar) y los lípidos (grasas).

Aurora comenzó solo con tratamiento de Metformina, medicamento que ayuda a controlar la cantidad de glucosa en su sangre, pero hace 4 meses comenzó a usar inyecciones de insulina, debido a que en el último examen de control marcó más de 400mg/dl en la curva de insulina, lo que supera en creces los niveles normales, que van entre 60-100mg/dl a 140 mg/dl (después de las comidas).

El proceso de tratamiento ha sido “terrible porque hay que llevar la insulina a todos lados”, señala Aurora, quien afirma además que hay que estar pendiente de los remedios, la sensación de sed, la alimentación estricta (aunque a veces no la cumple porque le aburre), y las ganas de orinar.

“Antes podía salir con tranquilidad, en cambio ahora está encadenada en la casa”, por temor a tener alguna crisis en la calle explica Aurora, quien, de hecho, también le asusta que las personas “no sean empáticas cuando se siente mal en la calle”, porque desconocen su situación de salud.

José Ortíz, traductor intérprete de 35 años que padece diabetes tipo 1 desde 2008, afirma que la diabetes, como toda enfermedad crónica, siempre tendrá cambios drásticos en la vida de una persona, por lo que es importante que cada una se mentalice lo suficiente como para dejar “que la enfermedad no le gane”. Para ello hay que “hacer los cambios que sean necesarios, lo que conlleva dificultades obviamente, pero en definitiva es disciplina”, sostiene.

Él debe controlarse tres veces al día tanto en las inyecciones como en los alimentos que consume, motivo por el que se mantiene siempre informado. Por ello, la posibilidad de dejar de pincharse y solo tener que tomar un medicamento oral aparece como una gran oportunidad.

Un tratamiento revolucionario

Ante este problemático y molesto tratamiento, una pastilla se presenta como solución que reemplazaría las inyecciones de insulina, un avance desarrollado por la Universidad de Columbia Británica, lo que es calificada como “un descubrimiento revolucionario”.

Normalmente se administra en forma de inyección para las personas con diabetes, lo que se descubrió hace cien años como tratamiento. Lamentablemente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es un medicamento de alto valor.

Normalmente la insulina se administra en forma de inyección, lo que se descubrió hace cien años como tratamiento, para las personas con diabetes. Lamentablemente, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), a pesar de los años sigue siendo un medicamento de alto valor.

De allí surge la investigación de la insulina en pastillas, cuyos desarrolladores prometen que, junto con aminorar las molestias del tratamiento, tendrá un valor menor a la actual, y permitirá que sea ingerida de una forma más cómoda para los pacientes.

Esta es la primera pastilla de insulina que según afirman los investigadores funciona en ratones, pues ya en 2018 hubo una investigación dirigida por el profesor de Bioingeniería en la Universidad de Harvard, Samir Mitragotri, la que no tuvo buenos resultados, debido a que el medicamento no se disolvía y se acumulaba en el estómago.

Según el Doctor Alberto Baldelli, miembro del laboratorio del Doctor Pratap-Singh que desarrolla la nueva insulina oral, ahora están viendo que casi el 100 % del medicamento va directamente al hígado, sin alojarse en el estómago.

Al respecto, la presidenta de la Sociedad Chilena de Diabéticos, Cecilia Vargas, afirma que se ha usado como estrategia recubrir la insulina para que el tubo digestivo lo soporte. Aún así, ella afirma que ya existen algunas hormonas en forma de pastilla, aunque no reemplazan la insulina inyectada.

Mejor absorción de la insulina

Además, el equipo de investigadores, a cargo del del nuevo medicamento, advierte que cuando se trata de la administración de insulina, las inyecciones no son las más cómodas ni convenientes para los pacientes con diabetes. Por ello, junto con el desarrollo de la insulina oral, el equipo de UBC trabaja la forma de resolver dónde y cómo facilitar una mayor tasa de absorción del medicamento. Implementando un tipo diferente de tableta que no está hecha para tragar, sino que se disuelve cuando se coloca entre la encía y la mejilla.

Por eso, si la insulina en pastillas es desarrollada y distribuida, sería una “maravilla” para Aurora, porque ya no sentiría las molestias típicas que provocan las inyecciones. Además, considera que “la mayoría las preferiría porque es conveniente, demora menos y devuelve la libertad”.

Para José sería una buena noticia que la insulina en pastillas sea comercializada a nivel funcional y estético pues las agujas hinchan la piel y se pierde la sensibilidad. Por ello, él las compraría sin dudarlo.

Al respecto, Vargas es cauta porque sostiene que todavía no se sabe si estas pastillas serán aptas para todos los tipos de diabetes. “Hay muy poca información sobre el tema”, afirma. Además, confirma que el fármaco, en forma de pastilla, demorará en llegar porque aún se encuentra en desarrollo en estudios preliminares en animales.

Por ello, la especialista considera que queda tiempo por esperar tanto del estudio como de sus resultados, puesto que no está claro si estos fármacos servirán para personas con diabetes tipo 1, ni si serán efectivos para seres humanos debido a que no han sido probados en ellos.

 

 

 

Javiera Iturra

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile