La provincia de Choapa, ubicada al extremo sur de la Región de Coquimbo, se encuentra en una situación crítica: el avance de la desertificación, los múltiples desastres socioambientales que han ocurrido en las últimas décadas y la deuda ambiental histórica por los relaves mineros, han llevado a la población a manifestarse en sus diferentes territorios.
La relación entre Minera Los Pelambres (MLP) y los habitantes de la Provincia de Choapa se ha vuelto cada vez más tensa los últimos años. Lo que se presentaba como la llave del progreso y la prosperidad, a través del extractivismo minero, se ha transformado en un foco constante de conflictos y desastres socioambientales.
Un estudio de Zahler & Co., que analiza el período comprendido entre 2007 y 2017, asegura que el aporte total de MLP al PIB de la Provincia de Choapa promedió 75,8% y en la Región de Coquimbo el aporte directo al PIB es superior al 20%. En ese mismo período de tiempo, la Superintendencia de Medio Ambiente ha cursado 6 infracciones por hechos graves, y se han formulado cargos por otros 5 sucesos graves. Paralelamente, la Comisión Regional del Medio Ambiente (COREMA), realizó 11 infracciones por actos de contaminación. Esta ambivalencia entre el aporte económico y la afectación socioambiental ha sido una constante durante la estadía de la empresa minera en la zona.
El trabajo de Minera Los Pelambres comienza en la cordillera de la provincia de Choapa, desde donde se extrae el mineral que luego es trasladado como concentrado por tuberías que cruzan toda la provincia hasta llegar a Los Vilos. Los desechos generados en el proceso se llevan en otras tuberías a grandes relaves mineros, los que se levantan como gigantes cerros grises a metros de las casas de habitantes de la provincia, grandes focos de contaminación que silenciosamente afectan su salud y los ecosistemas.
Durante los más de 20 años que lleva la empresa minera en la zona, los conflictos han proliferado, muchos de ellos relacionados directamente a desastres socioambientales, provocados por el desarrollo de sus actividades extractivistas.
La crisis hídrica en la provincia sería una de ellas y se ha vuelto cada vez más evidente. Actualmente se mantiene un caudal menor al 10% en las principales cuencas, los embalses de agua casi secos y la capital provincial depende de Salamanca para abastecerse de agua potable. El estado de crisis se relaciona con el avance del desierto (desertificación), pero también con el sobreconsumo, la mala distribución de las aguas y, en el caso de Choapa, también tiene relación con la pérdida de glaciares rocosos, que entregaban agua al río y ayudaba a su mantenimiento en períodos de sequía.
Intervención de glaciares
“Lo que tú haces es destruir una reserva que entrega gradualmente, cuando se necesita, agua al ecosistema y a la sociedad, y no hay vuelta atrás cuando tú destruyes un glaciar rocoso”, estas palabras del glaciólogo y académico de la Universidad de Chile, Francisco José Ferrando, expresan la irreparable gravedad de los hechos provocados por los trabajos de Minera Los Pelambres, en la zona y analizados por la Universidad de Waterloo.
El daño directo generado por la empresa hacia las diferentes cuencas de la provincia de Choapa no es la única afectación relacionada con el agua. Según un estudio publicado en octubre de 2008 por la Universidad canadiense de Waterloo, denominado: “Intervenciones de glaciares rocosos en Minera Los Pelambres, Región de Coquimbo, Chile”, la empresa minera habría dañado glaciares rocosos entre el año 1997 y 2006.
“Minera Los Pelambres ha intervenido glaciares rocosos con un equivalente de agua de 1.89 – 2.84 millones de metros cúbicos entre los años 2000 y 2006. Las intervenciones incluyen la remoción de glaciares rocosos, depositación de roca estéril y construcción de caminos de exploración u operación de la mina”, consigna el informe.
Para entender en su magnitud el daño generado, hay que comprender la definición de glaciares rocosos y ubicar su importancia en el ciclo hidrológico. Linda Daniele, hidrogeóloga y académica de la Universidad de Chile, los define como: “Una mezcla de hielo y roca en todo su cuerpo, es decir, no es el típico glaciar que vemos como una masa de hielo de color azul, eso que tenemos en el imaginario todos, es algo que quizá sea un poco menos vistoso porque es una formación mezclada de agua en forma de hielo y roca. Son reservas muy importantes de agua y tienen un equivalente de agua líquida probablemente superior a los típicos glaciares”.
Para el académico de hidrología y glaciología de la Universidad de Chile, Francisco Ferrando, los glaciares rocosos cumplen un rol fundamental, sobre todo, en la zona norte y centro de Chile. “Casos como el valle de Putaendo o el valle del río Cochiguaz, por ejemplo, o el mismo sector del estero Los Pelambres, no tienen glaciares blancos, solo tienen glaciares rocosos y las reservas hídricas, los aportes de agua cuando ya fundió la nieve y no hay precipitación, vienen precisamente del agua que han aportado estos glaciares”, explica.
El estudio realizado por la universidad canadiense revela además que Minera Los Pelambres estaba en conocimiento de la existencia de glaciares en las zonas donde desarrolla su trabajo, no obstante, nunca dio cuenta de esta información a las autoridades ambientales: “Las intervenciones de glaciares rocosos por Minera Los Pelambres no fueron anunciadas en ninguno de los estudios ambientales presentados a la autoridad entre los años 1997-2004”, detalla el estudio.
“Sin embargo, se conocía de su existencia, debido a que durante el año 1998 se encargó a la empresa consultora Geoestudios Ltda. la identificación y evaluación del conjunto de glaciares rocosos en el área. Sin embargo, por causa que desconocemos se omitió esta información en los posteriores estudios, por lo tanto, a nuestro entender, no cuentan con la aprobación de parte de las autoridades ambientales y sectoriales involucrados en el proceso de evaluación”, agrega.
En el informe también se clasifican 15 glaciares rocosos, de los cuales seis fueron afectados por el trabajo de la minera, tres por depósitos de estériles, dos por la construcción de caminos y uno por remoción. En total, significan una intervención de glaciares rocosos con un equivalente de agua entre 1.89 – 2.84 millones de metros cúbicos entre los años 2000 y 2006.
Las consecuencias de estas intervenciones son explicadas por Linda Daniele: “Claramente si nosotros los intervenimos, cambia la hidrodinámica, cambia la forma que ellos tienen de funcionar, de acumular, de derretir(…). Es difícil prever como un cuerpo glaciar fuertemente modificado responde además sujeto a estos cambios que se están dando, entonces la cantidad de variables que deberíamos controlar es tan alta y requiere un esfuerzo de investigación”.
Relaves mineros: Una deuda histórica
Actualmente, los relaves mineros son considerados uno de los principales pasivos ambientales, entendiendo este pasivo como una deuda ambiental, que tanto el Estado como los privados deben enfrentar.
De los 757 relaves que hay en Chile, más del 51% (389 relaves) están en la Región de Coquimbo. En la provincia de Choapa hay catastrados 91, lo que la convierte en la tercera provincia de Chile con más depósitos. En el total de relaves mineros de la zona destacan tres pertenecientes a Minera Los Pelambres como los con mayor volumen autorizado, se trata de los relaves El Mauro, los Quillayes y el Chinche.
Una de las consecuencias que generan los relaves es la exposición a metales pesados, esto tiene efectos tanto en humanos, flora, fauna y ecosistemas en general, alterándolos en distinto grado de acuerdo al tiempo de exposición. Los efectos en humanos pueden ser agudos, crónicos o perinatales. El mercurio produce daño al sistema nervioso central, sobre todo en niños pequeños, dejando secuelas neuroconductuales. El plomo también produce déficit neuroconductual y una tendencia hacia la agresividad, además de afectar parámetros de la reproducción. El manganeso puede provocar Parkinson o demencia y otras enfermedades.
El ex presidente del departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico, Dr. Tchernitchin, explica que: “cuando se tiene una célula germinal con el gen peligroso (contaminado), al unirse a otra célula germinal, quedará predispuesta genéticamente a una enfermedad debido a toda la contaminación a la que estuvo expuesta la madre y/o el padre a través de los años”, por lo que, si una persona lleva años exponiéndose a estos metales pesados, tendrá consecuencias tanto en su propia salud como en la de un potencial hijo o hija.
También puede suceder que la madre se encuentre expuesta al agente contaminante durante el embarazo y desarrolle ciertas patologías. “Más adelante, durante el desarrollo embrionario, las células pierden esta capacidad y comienzan a diferenciarse y especializarse, bloqueando ciertas funciones de genes, lo que se conoce como “imprinting””, puntualiza el médico.
En el artículo “Influencia de factores ambientales en la gestación humana: Causante de patologías en el adulto”, publicado por el Dr Andrei Tchernitchin y colaboradores del Colegio Médico, se mencionan agentes ambientales que causan imprinting en animales y humanos como el plomo, el arsénico o el cadmio, todos presentes en las aguas de la zona del Valle de Choapa .
Prontuario Ambiental
Al oriente del Valle de Choapa, uno de los primeros poblados de la provincia desde cordillera a mar es Cuncumén, también es uno de los más cercanos al yacimiento minero. Recibe su nombre por el río que lo atraviesa, uno de los primeros afluentes que sufrió la contaminación directa de Minera Los Pelambres, esto ocurrió cuando la empresa derramó residuos industriales líquidos (riles) por una falla en una válvula, en agosto de 2007.
El 26 de octubre del mismo año, otro derrame afectó al mismo río, esta vez fueron 307.200 litros de aguas con metales pesados. Lo que le valió una multa a la empresa minera, cursada por la Comisión Regional de Medio Ambiente (Corema) de Coquimbo de 500 UTM. Estas infracciones serían solo el comienzo de una serie de incumplimientos y eventos de contaminación que provocaría la empresa minera en la localidad.
El 16 de agosto de 2008, el río Cuncumén recibió aguas infiltradas desde el tranque de relaves Los Quillayes, tras un frente de mal tiempo que provocó un aumento de precipitaciones, generando un colapso del sistema. La Corema sancionó a la minera por este evento y otros tres con una multa de 2.251 UTM.
No solo el agua se ha visto afectada en Cuncumén, el polvo en suspensión es un problema con el que la comunidad ha tenido que vivir por muchos años. El 19 y 20 de julio de 2018, vecinos de Cuncumén se manifestaron cortando la ruta de acceso a las obras por un levantamiento inusual de polvo en suspensión proveniente del tranque de relave Los Quillayes.
La movilización derivó en enfrentamientos entre los/as pobladores/as y efectivos de Fuerzas Especiales de Carabineros, dando como resultado dos civiles detenidos y lesionados de ambas partes. Las manifestaciones concluyeron con un acuerdo basado en un petitorio de 13 puntos elaborado por los pobladores donde se incluía la “solicitud de cierre definitivo del tranque Los Quillayes, la pavimentación en caminos aledaños, la mitigación del polvo en suspensión y el monitoreo de la calidad del aire”.
Para Tito Villalobos, habitante de Cuncumén, el desarrollo y el avance del proyecto minero no será positivo para su comunidad. “Creo yo que la mina va a ser pan hoy y hambre mañana y eso a la gente le cuesta entender, pero también tiene que ver con la vulnerabilidad educacional que tenemos nosotros. Es como la llegada de los españoles a Latinoamérica y lo que ellos nos ofrecen son los colores, los espejos y finalmente nos confundimos. Y ahí cuando se produce que las comunidades se dividan, nos peleamos entre nosotros y cuando peleamos entre nosotros perdimos totalmente, creo que perdimos el sentido de vivir en una comunidad, de qué es lo que es vivir y ahí es cuando estamos equivocados”.
Pero no ha sido solo Cuncumén el sector afectado por el trabajo de la empresa minera. El 30 de agosto del 2007, material proveniente de una piscina de emergencia del relaveducto llegó al estero Camisas. Tres meses más tarde, el 28 de noviembre, un derrame de 12 mil litros de petróleo se registró en las instalaciones de la minera. La denuncia de este hecho fue realizada por la activista ambiental, Sara Larraín, quien declaró en ese momento: “Esta situación demuestra una vez más la total impunidad con la que actúa el sector minero, debido a la influencia material que tienen sobre los entes fiscalizadores del Estado”.
Posteriormente, el 15 de diciembre de 2008 un escurrimiento de aguas desde el tranque de relave El Mauro afectó al estero Pupío, adyacente al relave. Estos cuatro sucesos principales se suman a otros siete hechos de contaminación ocurridos entre 2008 y 2009, así lo consignó la Comisión Regional del Medio Ambiente de la IV Región.
En total fueron 11 sucesos de contaminación los sancionados con la mayor multa efectuada contra la minera hasta ese momento, que alcanzó un total de 82,5 millones de pesos, correspondientes al 0,02% de las utilidades obtenidas por Minera Los Pelambres el 2009.
Luego de la sanción, el director regional de la Comisión Nacional del Medio Ambiente, Leonardo Gros, afirmó a La Tercera que esta sanción “es una señal clara para los vecinos, para que tengan tranquilidad de que los procesos funcionan, que las instituciones están haciendo su trabajo, y una indicación concreta al mundo privado, para que tomen más resguardos con los impactos ambientales”.
Frente a la sanción, el gerente de Asuntos Externos de MLP, Miguel Sánchez, comentó en el mismo medio la responsabilidad de la firma afirmando que “en una operación de esta envergadura, que alberga directamente a más de 3 mil 500 trabajadores, vamos a tener en más de alguna oportunidad un riesgo de este tipo de incidentes. Lo importante es que cada vez sacamos lecciones, cada vez mejoramos el estándar y los impactos son absolutamente menores”.
El último hecho de contaminación ocurrió en mayo de 2022, cuando una rotura de las tuberías que transportan el mineral desde la cordillera hasta el puerto, provocó la fuga de concentrado de cobre a la carretera y a una parcela adyacente. Este hecho movilizó a diferentes comunidades, quienes mantuvieron un paro por más de cinco semanas en diferentes sectores del valle alto de Salamanca, lo que ha llevado a una suspensión de la faena minera. Parte de estas movilizaciones concluyeron el sábado 18 de junio del presente año con la firma de un acuerdo entre empresa y comunidades. Sin embargo, la movilización persiste en los sectores de Tranquilla, Batuco y Cuncumén, donde aún no hay acuerdo entre empresa y habitantes.
Agua: Contaminada y Escasa
La gravedad de la contaminación a los caudales y la destrucción de reservas de agua dulce, como lo son los glaciares rocosos, no pudo llegar en peor momento. Actualmente, la región de Coquimbo enfrenta uno de los problemas más graves de su historia, siendo el avance del desierto una amenaza para la vida en la región. Según la Corporación 54 Nacional Forestal (Conaf), al año 2017 el 96% de la región de Coquimbo ostentaba riesgo grave de desertificación.
“El aumento de la temperatura de la tierra, las masivas plantaciones de monocultivo y la pésima distribución de las acciones de agua, donde generalmente se favorece a las grandes mineras o productoras agrícolas, son gatillantes que aceleran el proceso de desertificación”, asegura Juan Pablo Boisier, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR)2. Sobre el último punto mencionado por el investigador, la empresa minera se levanta como un claro ejemplo.
Según datos entregados por MLP, a julio de 2021 ostenta derechos por 829 lts/seg., aunque aclaran que solo utilizan 644 litros por segundo. Es importante destacar que en esta cantidad no se consideran las llamadas aguas del minero, establecidas en el artículo 56 del Código de Aguas, donde se informa que: “Corresponde a los dueños de pertenencias mineras, dentro de ellas, el derecho de aprovechamiento de las aguas halladas en sus labores, mientras conserven el dominio de sus pertenencias y en la medida necesaria para la respectiva explotación”.
Tampoco están consideradas las extracciones ilegales, como la denunciada en febrero de 2021 por la Dirección General de Aguas, donde se resuelve: “Enviar antecedentes al Juzgado de Letras de Illapel y al Ministerio Público, por la extracción no autorizada de aguas subterráneas efectuada por Minera Los Pelambres, en el acuífero denominado Choapa Alto, de la comuna de Salamanca”. El documento consigna que los caudales extraídos ilegalmente fluctúan entre los 50 y los 100 litros por segundo, los días de las inspecciones. El resultado de esta denuncia aún está pendiente.
Movilizaciones y contaminación: El ciclo sin solución
Actualmente, las comunidades que se mantienen movilizadas exigen que la empresa pague una indemnización por daños históricos en el territorio, principalmente relacionados con los efectos medioambientales y en la salud de las personas en las últimas décadas. MLP se niega a aceptar esta petición, asegurando que es inviable generar un mecanismo de compensación, ya que este corresponde a una decisión que se definiría extrajudicialmente.
Por lo pronto, tanto las comunidades como la empresa se encuentran a la espera de la tramitación ambiental del Servicio de Evaluación Ambiental respecto al nuevo proyecto de la minera dentro de lo que presenta como “Pelambres Futuro”. El Proyecto de Adaptación Operacional (PAO), comprende una inversión estimada de US$1.000 millones, ampliar la planta desalinizadora que actualmente se construye en Los Vilos, y a la elaboración de un nuevo sistema de transporte de concentrado, alejado de centros más poblados, entre otras obras.
El Estudio de Impacto Ambiental que respalda la tramitación ha sido ampliamente cuestionado por las comunidades, que, junto a un grupo de abogados y antecedentes arqueológicos, etnohistóricos y etnográficos, elaboraron un informe que da cuenta de las falencias que lo sustentan y exigen la realización de una consulta indígena. Se proyecta que durante el próximo mes la institucionalidad ambiental dará respuesta al nuevo proyecto de Minera Los Pelambres.
Este reportaje se realizó con información extraída de la memoría de título: Provincia de Choapa en estado de desastre latente: las consecuencias de la megaminería, presentada en 2021 por los mismos autores. Esta investigación completa está disponible en el repositorio de memorias de la carrera de Periodismo de la Universidad de Chile.