Menos de 72 horas han pasado desde el último delito cometido con un arma en Chile. El asesinato del carabinero David Florido fue otro más de los crímenes que vuelven a poner en vilo la tenencia, contrabando, extravío, hurto y control de las armas en un país donde abundan casi 760 mil activas, y muchas de ellas en manos equivocadas.


Fue cerca de las 19.00 horas del pasado viernes cuando un disparo se escuchó en la calle Avenida La Marina, en la comuna de Pedro Aguirre Cerda. El proyectil terminó en la cabeza del Cabo 2° David Florido Cisternas, causándole la muerte. Una situación que se ha visto constantemente, y que se encuentra nuevamente en el debate público. 

El aumento del uso de armas es una situación que la doctora en derecho y ciencias políticas de la Universidad de Barcelona y analista criminal del Ministerio Público, Javiera Díaz, corrobora. “Efectivamente ha aumentado la utilización de armas de fuego en la comisión de diferentes tipos de delito”.

La cifras que han entregado las distintas instituciones también lo confirma. Una de ellas es la Dirección General de Movilización Nacional (DGMN) que señaló que existe una tendencia al alza en la inscripción de armas en Chile en los últimos 10 años, siendo 2021 el peak de las inscripciones con 8.173 armas inscritas y que se suman a las más de 700 mil activas, estando muchas de ellas en potenciales criminales.

“El contrabando de armas es interno más que externo”.

Según la DGMN, en Chile existen 758 mil 69 armas inscritas activas, donde -según Díaz- “la mayor parte están para defensa personal, el 53%. El 35% para la caza; el 7% para deporte; el 2% para seguridad y protección; el 3% con motivo de colección; y un 0,5% para otros motivos”.

Sin embargo, son todas estas armas las que juegan un papel importante en el contrabando. “El tema del contrabando yo diría que es un tema, pero el tema fundamental es el paso de las armas lícitas al mercado ilícito, y acá hay diferentes vías”.

 

¿En qué momento un arma pasa a ser considerada de tenencia ilegal? 

“En general, el paso de un arma desde el mercado legal al mercado ilícito pueden ser de varias formas. Generalmente, lo que nosotros hemos encontrado -a través del análisis- es que existen personas que adquieren un arma y posteriormente la dan por robada, hurtada o extraviada, es decir, personas que se dedicarían a comprar armas para terceros”. 

 

¿Cuántas armas en condición de ilegalidad existen en Chile?

“Las armas extraviadas desde 2005 hasta mayo del año 2020 acumulan 35 mil 231; las armas robadas, desde el año 2005 hasta el año 2020, acumuladas suman 23 mil 775; y armas hurtadas, desde el año 2015 hasta el año 2020, son mil 22 armas. Entonces, si nosotros sumamos tenemos alrededor de 60 mil armas que actualmente se encontrarían en el mercado ilegal. 

Estas armas tendrían un costo de entre 300 mil pesos y un millón y medio en el mercado legal, precio que en el comercio ilícito se duplicaría, llegando a los 3 millones, y para la experta serían un medio cada vez más utilizado para “tener control territorial, mantener la impunidad en ciertos sectores, un control sobre las personas que tienen temor al respecto y también para lograr el objetivo de un delito”.

Pero la especialista abre otro flanco respecto a la tenencia ilegal: la de las armas institucionales y su control. “Nosotros  no tenemos un registro ni control sobre cuántas armas se compran, ni cuántas armas se han extraviado en las Fuerzas Armadas, en Carabineros, en la Policía de Investigaciones”, advierte, afirmando que, “el contrabando de armas -en general- es interno más que externo”.

“Los flancos más débiles de la política de armas son las armas institucionales”

Mientras la Policía de Investigaciones incautó mil 238 armas en el 2021, otras 69 de origen fiscal tanto del mismo organismo, Carabineros y el Ejército, fueron reportadas como extraviadas en sus dependencias entre enero de 2019 y el 23 de marzo de 2022, acumulando un total de 60 mil armas extraviadas o robadas desde 1994 en las instituciones de orden e investigación.

 

Usted señaló que el contrabando de armas era más bien interno. Entonces, ¿faltan mecanismos o protocolos para que el control de las armas sea más eficiente?

“Efectivamente. Uno de los grandes problemas que nosotros tenemos con el tema de las armas es el control de las mismas que ingresan legalmente. Hay problemas en la fiscalización, el control de cuántas son las armas que efectivamente se han perdido o extraviado en las instituciones policiales, y quién controla, cómo se controla y cuál es el control civil que existe de esa utilización de armas de fuego”.

Para Javiera Díaz, “los flancos más débiles de la política de armas son las armas institucionales que son un punto ciego para las autoridades fiscalizadoras”. En esa línea, agrega que al no haber suficientes fiscalizaciones, se generan nichos de corrupción, “y las armas son un fuerte nicho de corrupción porque tienen un alto costo, tienen poco control y porque también existe la posibilidad, sin mayores investigaciones y explicaciones, de decir que la extraviaste o que te la robaron”.

Proyecto “Menos Armas, más seguridad”

El gobierno del presidente Gabriel Boric anunció el plan “Menos armas, más seguridad”, que entre sus 9 puntos creará una Unidad de Control de Armas y propondrá una ley de control de armas, pero además el mandatario señaló, en la reciente Cuenta Pública, que prohibiría la tenencia total de armas. Un anuncio que generó incomodidad en miembros del Congreso y simpatizantes del uso de estos dispositivos.

Consultada sobré cuál de estas medidas podrían lograr frenar mejor la tenencia ilegal de armas en el país, la especialista cree necesario comprender la dimensión del tema.

“Creo que la línea de reducir y controlar es una línea correcta, pero es una línea que debe ahondar en la profundidad del tema de las armas, porque el eslogan de “menos armas” es un eslogan que puede quedar en eso, en solo ser un eslogan. Porque tiene que tener la capacidad de -primero- gestionar con esos lobbies que existen para el tema de las armas.  Por otro lado, tienes que gestionar un control civil eficiente a las policías y a las fuerzas que efectivamente tienen la autoridad de tener armas. Y por otra parte, tienes que generar una confianza en las instituciones, para que las personas y los privados, para que estén prohibidas las armas para civiles”.

Porque en general, concluye Díaz, “cuando tú prohibes, el prohibicionismo, lo que genera es que existan otras vías de ingreso”.

 

Camila Castillo

Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile