Este 17 de junio, la académica Rosa Devés se convertirá en la primera rectora de la Universidad de Chile, tras ganar las elecciones el pasado 12 de mayo. En este reportaje, Doble Espacio hace un repaso por su biografía, revisa la experiencia de otras rectoras en universidades estatales, y analiza los factores que dificultan el camino de las mujeres en el mundo académico.


En 1968, la joven Rosa Devés Alessandri ingresó a estudiar Bioquímica en la Universidad de Chile. Ese sería el inicio de una larga historia con la casa de estudios, que tiene entre sus puntos altos lo ocurrido el pasado 12 de mayo. 54 años después de esa primera aproximación, Devés fue elegida para ser la primera rectora de la Casa de Bello.

Rosa Devés terminó sus estudios de pregrado en 1974, y luego de haber estudiado un doctorado en la University of Western, de Ontario, Canadá, volvió a la Universidad de Chile en los años 80, como académica.

Fue profesora de la Facultad de Medicina por varias décadas, y en 2010, el rector de ese entonces, Víctor Pérez, la nombró prorrectora. Esa designación también marcó un hito: era la primera mujer en ocupar el cargo.

Durante la gestión de Ennio Vivaldi, fue la mano derecha del rector y lideró la Vicerrectoría Académica. Precisamente estaba en esa posición cuando 300 académicos escribieron una carta para motivarla a postular al cargo de rectora. Fue una propuesta que, señala, no pudo rechazar.

“Sentí el llamado del género, de las mujeres. Chile no es el mismo hoy que hace ocho años respecto de la responsabilidad que uno siente de representar a las mujeres. Y eso me hacía muy difícil decir que no. Era probable que, si no me presentaba, no fuese electa una mujer, y eso habría cargado sobre mi conciencia fuertemente”, manifestó Devés al diario La Tercera.

Así es como llegó al jueves 12 de mayo de 2022. Esa jornada ganó las elecciones con el 51,68% de los votos y en su discurso de agradecimiento, destacó el hecho de ser la primera mujer en el cargo.

“El resultado ha dicho que tendremos por primera vez en la historia una rectora en la Universidad de Chile. Es emocionante representar ese hito histórico. Lo hago en nombre de tantas mujeres que han luchado por el lugar que les corresponde en la academia, en esta Casa de Bello, y que ha pesado y ha construido país por tantos años”.

Las situaciones descritas en los libros

Además de Rosa Devés hay otras tres rectoras en las universidades del Sistema Único de Admisiones: Elisa Araya, de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE); Marisol Durán, de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM); y Natacha Pino, de la Universidad de Aysén.

Esta última conversó con Doble Espacio y confesó que, al iniciar su mandato en septiembre de 2019, uno de sus más grandes desafíos fue integrarse al Consejo de Rectores de las Universidades Chilenas (CRUCH). 

Antes de la elección de Natacha Pino, la primera rectora elegida por sus pares, ese espacio estaba constituido únicamente por hombres, por lo que al llegar se encontró con “las típicas situaciones que están descritas en los libros. Propones una idea, no se toma muy en cuenta, o directamente no se toma en cuenta, y luego hay que decir: “oye, ¿por qué no se tomó en cuenta lo que yo estaba diciendo?”. O alguien, un hombre, propone una idea igual a la tuya y entonces ahí sí es válida”.

Sin embargo, la rectora de la Universidad de Aysén tiene fe en que el futuro será distinto: “Yo creo que cada vez el Consejo de Rectores se vuelve un poco más consciente de cómo debemos actuar, de cuáles son los comportamientos, las situaciones que no se deben normalizar”.

Más allá del posible cambio en sus compañeros varones, otro elemento importante para que varíe la dinámica sería el contar con más rectoras en el Consejo. Esto, a juicio de Pino, sería posible si al interior de las comunidades universitarias se reconociera el aporte de las mujeres.

 “Las propias universidades deben poner en valor y reconocer el tremendo aporte que son las mujeres en todos los espacios. Desde el espacio estudiantil, el profesional de colaboración, el espacio académico-investigador, en todos esos espacios hay mujeres que ejercen liderazgos. Y, lo importante, en primer lugar, es poner en valor, y visibilizar a aquellas mujeres que están haciendo cosas interesantes y están contribuyendo al desarrollo de nuestras universidades”.

Natacha Pino, rectora de la Universidad de Aysén

Consultada acerca de la elección de Rosa Devés, Pino señaló que es un hito importante, pero también advierte: “No basta con ser mujer. Y eso es algo que nosotras también tenemos que entender. No solo basta con que seamos mujeres rectoras, sino que todo lo que hacemos en la gestión universitaria, sobre todo cuando nosotras lideramos, tiene que tener esa perspectiva”.

La académica del ICEI y miembro de la campaña de Devés, Ximena Poo, comparte la importancia de la elección del 12 de mayo. “En toda la historia de la Universidad de Chile jamás había ocurrido algo así, y es la fuerza de la historia la que ha permitido ver el gran compromiso que Rosa ha demostrado, con lucidez y afecto, a lo largo de los años”, señaló a Doble Espacio.

“Ella sabe muy bien lo que cuesta abrirse paso en una academia y en un país autoritario, machista, que ha cultivado estructuras de poder que no dejaban paso a las mujeres, para desafiar una primera línea que siempre nos perteneció y a la que se nos negaba acceso porque desde la perspectiva feminista el poder se entiende como un espacio para distribuir y hacer, y no para acaparar y permanecer. Y las estudiantes han sido esenciales para estos procesos de cambio”.

Jerarquizar con perspectiva de género

Adriana Bastías es profesora de la Universidad Autónoma y desde 2017 preside la Red de Investigadoras, una organización compuesta por académicas de distintas universidades. Para ella, la principal razón por la que hay tan pocas rectoras, es la baja cantidad de profesoras con alta jerarquía.

En las universidades estatales existen cuatro niveles jerárquicos: instructor, profesor asistente, profesor asociado y profesor titular. El tener ese último cargo es un requisito para postular a la rectoría, y de acuerdo a cifras entregadas por el Centro de Estudios de Conflicto Social (COES), entre los profesores y profesoras titulares solo hay un 22% de mujeres.

Por ello, Bastías considera que “se debe aumentar la cantidad de académicas en las universidades, y además tener una mirada de cómo se van a jerarquizar. Hay muchas veces que no hay una perspectiva de género al momento de jerarquizar. Te jerarquizan con la misma vara con la que jerarquizan a un hombre, y la verdad es que muchas veces los roles que tenemos las mujeres son distintos, recaen en nosotras muchas labores de cuidado, tanto de niñas, niños y adolescentes, como de adultos mayores”.

Según Bastías otro elemento relevante es el clima organizacional, y algo que quizá podría aportar en ese sentido es la promulgación, a fines de 2021, de la Ley 21.369. Esta última fue impulsada por la Red de Investigadoras, y obliga a las universidades a tener una política de género.

“Con la Ley 21.369 quienes no tengan un protocolo de prevención y sanción del acoso, y una política de género, no podrán acreditarse”.

Adriana Bastías, presidenta de la Red de Investigadoras

Respecto a la elección de Rosa Devés, la presidenta de la Red de Investigadoras se mostró optimista. Considera que es muy significativo que una mujer llegue a dirigir la Universidad de Chile, y al igual que algunos estamentos de la casa de estudios, que se han manifestado estas últimas semanas, espera que el cambio de mando genere transformaciones importantes.

“Esperamos que ese cambio se vea en las otras estructuras de la Universidad de Chile, y que de alguna forma penetre toda la organización, y la forma en la cual se gestiona la institución. Ojalá se vean cambios, cambios de mirada, cambios de cómo se hacen las cosas, de cómo se ve al otro, de cómo se hace universidad. Eso creo que es importante”.

María Fernanda Araneda

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile