A más de dos años de aquel 18 de octubre, la periodista independiente, egresada de la Universidad Alberto Hurtado y colaboradora de La Otra Diaria, presentó su libro debut “Los Intramarchas. Cómo el poder se infiltró en el Estallido Social”, investigación de dos años que narra cómo Carabineros de Chile, a través de funcionarios encubiertos, se infiltró en convocatorias masivas para realizar seguimientos y detenciones a manifestantes.
El video de la detención de Nicolás Ríos el 10 de enero del 2020 en el cerro Santa Lucía, que se viralizó en redes sociales, es uno de los primeros registros que se tiene de la presencia de un agente intramarcha en medio de las manifestaciones producto del Estallido Social. La periodista Josefa Barraza tuvo acceso a la carpeta investigativa de este caso que dio pie a una larga investigación que se plasmó en un libro de 13 capítulos y 108 páginas, cuyo lanzamiento público será este 28 de abril.
La autora especializada en temas de derechos humanos, revuelta social y violencia de género conversó con Doble Espacio sobre los principales hallazgos de su investigación, el actuar de los agentes intramarchas y una potencial reforma o refundación de Carabineros.
-¿En qué consiste fundamentalmente este libro?
“Los Intramarchas es una investigación de dos años que cuenta, a medida que van avanzando sus capítulos, cómo Carabineros de Chile se infiltró en manifestaciones con el propósito de realizar seguimientos y grabaciones de ciertos manifestantes para luego seguirlos y, posteriormente, detenerlos. Y justamente estas personas, que ellos siguen y detienen, quedan en prisión preventiva, y no estamos hablando de 30 días, muchas llegaron a ser de hasta de dos años, lo cual es impresionante, ya que no hay un antecedente de una prisión preventiva de dos años”, advierte la periodista.
Para Josefa Barraza este libro es el reflejo y la humanización de la problemática que existe respecto a los presos de la revuelta. “Una de las cosas llamativas de este libro, es que cada capítulo es el nombre del lugar donde la persona fue detenida o grabada, por ejemplo; Barrio Bellavista, Ramón Corvalán, Hotel Principado”, detalla.
Una propuesta que permite, según explica la autora, que la gente se vaya guiando “un poco de los lugares donde operaron los intramarchas”.
Una bola de nieve
Consultada sobre por qué decidió escribir este libro, y el momento exacto en que lo hizo, la periodista recuerda que fue pocos meses de iniciada la revuelta social. “Empiezo a escribir sobre los intramarchas en el verano del año 2020, lo primero que digo es: ‘ya, el caso de Nicolás Ríos’, pero luego me encuentro con más casos”.
“Después apareció el caso de Alejandro Carvajal de la Universidad Pedro de Valdivia, después el Hotel Principado, luego César Yáñez, Nicolás Piña y ahí se genera un efecto de bola de nieve”, puntualiza.
Con todos estos casos en sus manos y tras vivir una experiencia personal donde conversando con un pequeño niño, al que le consulta si conoce a los Intramarchas y al excapitán de Carabineros Pablo Cabezas, y el menor le responde que no, Josefa decide escribir este libro.
“Me doy cuenta de que sí o sí las futuras generaciones tenían que saber lo que ocurrió durante el Estallido Social, y cómo Carabineros tuvo un rol clave en las detenciones de casos emblemáticos”, confiesa.
“Más que certezas con Los intramarchas, se generan muchas dudas”
Respecto a saber cuándo surgieron los Intramarchas, cuáles fueron sus principales funciones, la forma en que actuaban y hasta cuándo operaron, Josefa Barraza, revela que estas interrogantes intentan ser aclaradas en esta investigación.
“En el libro yo no explico la cantidad exacta de Intramarchas, pero sí se resuelve la duda desde y hasta cuándo operan. Porque también más que certezas con los Intramarchas, se generan muchas dudas, dudas que no han sido resueltas ni siquiera por Carabineros, y a través de esta investigación pretendo un poco descifrar esta incógnita”, afirma Josefa.
La autora sostiene que en el libro se desmiente totalmente la función principal de los intramarchas, “a medida que tú vas leyendo el libro, te vas dando cuenta de que ese rol que tanto dicen que tenían de “evitar delitos” y de detener bajo la flagrancia, se contrapone totalmente con los hechos que realmente ocurren y con los antecedentes que hay en Fiscalía”, agrega.
Para la realización de este libro, la periodista también conversó con el exjefe intramarcha, Pablo Cabezas, en uno de los capítulos más importantes para la autora. “Él dice que ellos no estaban encargados ni de perseguir que un cabro le tire una piedra a un carro lanzagases ni a un joven que hizo una barricada. No, ellos solamente se preocupaban del lanzamiento de bombas de artefactos explosivos o incendiarios”, detalla.
Un secreto a voces
Corroborar la presencia de policías infiltrados en las marchas fue un trabajo complejo para la periodista, aunque, precisa, que “la existencia de carabineros infiltrados en las manifestaciones fue un secreto a voces, desde la revolución pingüina o desde la revolución estudiantil del año 2011, siempre se habló de que había carabineros en las marchas”.
Sin embargo, el primer antecedente por escrito que tiene la autora, de la presencia de agentes intramarchas, es en la querella presentada por el Ministerio del Interior, en enero del 2020, ante el caso de Nicolás Ríos. “En el que dicen que, al momento de describir los hechos de que Nicolás supuestamente había lanzado una bomba molotov a un carro lanzagases, que él había sido objeto de un procedimiento intramarcha, esa es la primera vez que yo me entero de este concepto”, explica Josefa.
La autora revela que este fue el primer paso para comenzar su investigación, “fue a través de la querella del caso de Nicolás Ríos, porque cuando leo esta declaración, digo ¿y quiénes son los intramarchas? Eso es lo primero que me pregunto y así es como nace, más bien todo nace por una búsqueda de verdad y es así finalmente cómo llego a este caso, a esta problemática también de seguridad, o sea, los intramarchas es un problema grave del que políticamente el Estado se tiene que hacer responsable”, declara la autora.
¿Cuál fue tu objetivo al escribir este libro?
“Quería revelar y contar que en Chile si existió y operó una policía infiltrada en el país durante la revuelta. Ese es mi principal motivo. Y también hacer una especie de presión para que exista responsabilidades políticas en cuanto a esto, no es posible que a dos años de la detención de Nicolás Ríos aún no se investigue el actuar intramarcha y que no exista ninguna sanción”, opina Josefa.
“Desde la Cámara Baja, la Comisión de Derechos Humanos, no hay ninguna intención de fiscalizar o controlar estos procedimientos pese a que son ilegales según el artículo 226 bis del Código Procesal Penal, el que explica que los agentes encubiertos en procedimientos policiales deben contar con la autorización de un juez de garantía o la instrucción de un fiscal, lo cual aquí no existió”, acusa la periodista.
Junto con denunciar, para la autora otro objetivo es que exista una reparación hacia las familias afectadas por esta acción ilegal, “estamos hablando de madres que se encadenaron a la catedral para exigir la libertad de sus hijos, o sea, cuando converso con ellas me dicen: ‘Tú eres la voz. Alguien que finalmente nos cree cuando nadie nos creía’.
Sin Arrepentimiento
El exfuncionario de Carabineros, Pablo Cabezas Venegas, lideró el equipo conocido como «Intra Marchas», un grupo de la policía uniformada que actuó durante el estallido social infiltrándose en las manifestaciones.
Cabezas, según la autora, fue quien realizó los procedimientos policiales de casos emblemáticos como el de Francisco Hernández, primer condenado de la revuelta. “Él me cuenta cómo se infiltraron, de qué modo él grababa y si existe algún grado de arrepentimiento en cuanto a lo que ocurre. Ese es uno de los capítulos más importantes, que es desde la voz de un agente intramarcha”, agrega Josefa.
Una de las características principales de estos agentes encubiertos, explica la autora, es la violencia y las detenciones arbitrarias con las que actuaron, “el video de Nicolás Ríos en un principio se creía que era un secuestro, finalmente, es el General Bassaletti quien dice: “No, esto no es un secuestro. Esto es una detención de Carabineros de civil”.
Para Barraza no hay duda de que se trata de detenciones ilegales, pues a su juicio no se hicieron valer los requisitos mínimos para una detención como es la identificación de la policía o evitar el uso excesivo de la fuerza. “Acá los agentes intramarchas ocuparon vehículos particulares, los cuales no son aptos para el transporte humano, sino que se utilizan para acarrear herramientas, y finalmente, eso para Chile no es una detención ilegal. Pero eso llama mucho la atención y preocupa porque, primero, actúan con mucha agresividad estos agentes intramarchas”, detalla la autora.
¿Pablo Cabezas, se refirió a este actuar?
“Pablo Cabezas es muy interesante en su entrevista porque no se nota arrepentido, no se nota preocupado de su actuar. Él en ningún momento dice: “Yo me equivoqué”, pero lo que ocurre con Pablo Cabezas es que más que certezas, más que seguridades y más que confirmar cosas, te dan más ganas de entender por qué lo hicieron”, confiesa.
“En el libro queda plasmado lo que hacían los intramarchas desde la voz de un agente intramarcha, que yo creo es sumamente importante tener las dos versiones, y este libro logra eso”, asegura Josefa.
“Urge una refundación de Carabineros”
Consultada por las conclusiones después de estos dos años de investigación y ante el proceso actual, con una Constitución escribiéndose y el debate sobre una reforma a Carabineros, la periodista cree que es necesario tomar medidas profundas.
“Con esta investigación me doy cuenta de que urge una refundación de Carabineros, que se reforme la policía en el país, ya que no hay un control sobre ellos, no hay un control político, no hay quién los fiscalice”, explica con preocupación.
“Creo que Carabineros de Chile está fuera de control en sus acciones y esto queda reflejado en que hayan utilizado una policía, un grupo de carabineros llamado “intramarchas”, quienes actúan de forma autónoma y fuera del margen de la ley”, añade.
Para la autora se necesita refundar la institución “no tan solo por lo que ocurre con los intramarchas, sino que también por la violencia sistemática de derechos humanos ocurridos durante el Estallido Social y que ocurre también en La Araucanía hacia comunidades mapuche”.
Entre la incerteza y la satisfacción
Josefa Barraza considera que lo más difícil que enfrentó durante el proceso de esta investigación fue la incerteza que le generaban las respuestas de la institución uniformada, “desde Carabineros nunca sentí que había una corroboración de datos y ese también es uno de los ejes que me hicieron frenar esta investigación, que Carabineros nunca me entregó respuestas que realmente contestaran mis preguntas”, comenta.
Consultada de cómo se siente tras dos años de extenso trabajo y que finalmente su libro salga a la venta, la periodista señala que tiene sentimientos encontrados: “Me siento muy satisfecha por el resultado de este libro y por las familias principalmente, pero también me deja un sabor amargo en el sentido de que, hasta ahora, y ya con la publicación del libro, sigan jóvenes condenados en las cárceles por estos casos”.
“Dentro de todo es un libro muy triste porque también se narra esa realidad que mucha gente trata de negar, sobre todo grupos de ultraderecha que incluso lo toman a la broma, pero no, aquí queda reflejado ese sufrimiento, ese dolor humano que incluso ha costado con la unión de una familia, con los sueños de un joven que tuvo que cambiar toda su vida porque terminó en la cárcel. Es un libro muy triste, pero por eso es muy necesario que se lea”, concluye.
Bárbara Paillal
Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile