El pasado once de marzo Gabriel Boric Font asumió como Presidente de la República. El presidente más joven de la historia del país, y segundo mandatario más joven en ejercicio a nivel mundial, partió su historia política en las calles, marchando por una educación para todos. En esta crónica Doble Espacio relata su camino desde las manifestaciones a su primer discurso como presidente. 


“Chilenas y chilenos, habitantes de nuestra patria, pueblo de Chile” comienza diciendo Gabriel Boric desde el palacio de La Moneda. Su voz resuena en la Plaza de la Constitución en Santiago de Chile. La multitud calla momentáneamente, para luego volver a estallar en vítores y cánticos como “Boric, amigo, el pueblo está contigo”. 

Las personas están pegadas unas con otras, agitando banderas, gritando, grabando a la distancia la figura de Gabriel Boric. La pandemia es momentáneamente olvidada por la esperanza que se deja sentir en el ambiente. Es un sentimiento que atraviesa generaciones: desde personas que vivieron la dictadura, jóvenes que vieron nacer los movimientos sociales que impulsaron a Boric a la vida política, hasta niños que sueñan con un país donde los juguetes sean más baratos.

Gabriel Boric, mirando al país desde un balcón del Palacio de Gobierno, continúa con su discurso. 

“La emoción qué he sentido hoy día al atravesar la Plaza de la Constitución y entrar a este Palacio de La Moneda, es profunda y necesito, existencialmente necesito compartirla con ustedes”, dice el joven político. 

Once años atrás el mismo joven, en ese entonces estudiante de derecho, fue elegido como presidente de la Federación Estudiantil de la Universidad de Chile (Fech) y al año siguiente lideró las manifestaciones que habían surgido a raíz del movimiento estudiantil. Hoy, ante la mirada atenta de la ciudadanía, Gabriel Boric se dirige por primera vez a la nación como Presidente de la República.

Camino a La Moneda

A once años del inicio el movimiento estudiantil, Gabriel Boric, uno de los exlíderes de esa época, recibe la banda presidencial de la mano de Sebastián Piñera. La escena es una ironía del destino.

Más de una década atrás, durante el primer gobierno de Piñera, Gabriel Boric marchaba por la Alameda en pleno invierno. Otros dirigentes de la época caminaban junto a él, sin pensar que en unos años lo acompañarían como ministros. A pesar del clima, los estudiantes hicieron oír su descontento. La Alameda estaba adornada por paraguas y el mensaje era claro: No más lucro en la educación.

Aquella marcha fue duramente reprimida por Carabineros, quienes, según palabras de Giorgio Jackson, actual ministro Secretario General de la Presidencia (Segpres), “tiraron lacrímogenas hasta desde helicópteros”. 

Dos años después, cuando Sebastián Piñera se encontraba en Punta Arenas, tierra natal de Boric, fue acusado por el joven de “atornillar al revés con la educación”. En el encontrón también acusó a su gobierno de incentivar el negocio educativo y le aseguró que continuarían movilizándose por sus ideales.

Al año siguiente Gabriel Boric, junto a otros tres exdirigentes estudiantiles, se abrieron paso al congreso. Los diputados de la “bancada estudiantil” llegaron a revolucionar la política con medidas como la reducción de la dieta parlamentaria, impulsada por Boric y Jackson.

En su época como diputado también fue cuestionado por no usar corbata, a lo que él respondió que no le importaba ser juzgado por su apariencia. Su rechazo al uso de corbata se mantuvo por sus dos periodos parlamentarios e incluso sobrevivió al cambio de imagen se sufrió durante su campaña presidencial.

Pese a que mantuvo ese pequeño retazo de rebeldía, demostró que lo más importante era su proyecto político que logró un 55,8% de los votos en la segunda vuelta contra José Antonio Kast. Aquel 19 de diciembre de 2021, Gabriel Boric se convirtió en el presidente electo más joven de la historia de Chile, con 35 años. 

Plaza de la Constitución 

A un mes de haber cumplido 36 años, Gabriel Boric está a punto de llegar a La Moneda. Miles de personan lo esperan en la Plaza de la Constitución y sus alrededores. Hay familias completas, pololos, pololas y gente desconocida que se ha ido agrupando para conversar sobre sus expectativas del nuevo gobierno, sobre la emoción que sintieron al ver el traspaso de mando, sobre el alivio que sintieron con el triunfo en la segunda vuelta, sobre la esperanza que todos guardan.

“Boric encarna la esperanza que ya habíamos perdido con la Concertación. Y ahora queremos un cambio. Esperamos que no nos defraude este gobierno, que se hagan cambios. Sabemos que va a ser difícil, pero apostamos porque va a esta el pueblo en primer lugar, no los intereses de unos pocos”, comenta una de las asistentes que casi logró llegar a la primera fila.

Esa esperanza viene de la mano con el hecho de que Gabriel Boric haya surgido de los movimientos sociales, asegura la mujer. Aunque también cree que el pueblo ya no tiene la inocencia de pensar que los cambios se realizarán rápidamente, ya que hay muchos poderes que no quieren que se realicen los cambios que representa el nuevo gobierno. 

“Conviene preguntarse si los objetivos que se plantean los jóvenes políticos que están llegando al gobierno son los mismos de los movimientos y sectores sociales que habían venido oponiéndose al modelo neoliberal y que protagonizaron la rebelión popular a partir de octubre de 2019”, reflexiona el historiador Sergio Grez.

Y también afirma que el mayor desafío del gobierno es “no pasar a la historia como un simple recambio de la casta política reformista que, como ha ocurrido tantas veces en la historia de Chile, logra suscitar esperanzas en grandes sectores de la población para terminar administrando el modelo de dominación con más o menos reformas, pero sin realizar cambios estructurales”.

Pero aunque el fantasma de la Concertación modera la esperanza del pueblo, el deseo de que Chile cambie es más fuerte.

“Estamos aquí hoy día porque es nuestro presidente, en primer lugar, y porque sentimos que Chile puede cambiar de verdad. Necesitamos eso. Nosotros como personas adultas necesitamos eso que cambie”, asegura una señora que se mantiene alejada de las barreras de la plaza. “Boric me da esperaza de que Chile puede cambiar porque es joven, tiene nuevas ideas”. 

La multitud congregada en la Plaza de la Constitución escucha con entusiasmo al nuevo presidente, y cuando él grita “¡Viva Chile!”, las voces que antes vociferaban “Que se acabe Chile” no dudan en gritar de vuelta “¡VIVA!”.

Ariadna Cifuentes

Estudiante de periodismo de la Universidad de Chile.