La contienda por mejorar el sistema educativo ha marcado la historia chilena. La Aces y la Cones, organizaciones que buscan lograr la causa estudiantil, han protagonizado manifestaciones que definen la pugna sobre la educación en Chile. Pese a su tensa relación, han logrado aportar beneficios a los estudiantes y avanzar en los objetivos de una educación equitativa y gratuita en todos sus niveles. ¿Siguen activos estos movimientos en la actualidad?


La batalla por la educación se ha vuelto una lucha histórica bajo los cambios estudiantiles que exigen diversos movimientos. Entre estos, se destacan la Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces), fundada el año 2000, y la Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (Cones), fundada en 2011, siendo la primera más sólida en términos institucionales y la segunda ofrece una alternativa de liderazgos más horizontales.

Créditos Memoria Chilena

Pese a ello, ambas organizaciones han logrado convenir objetivos en común y enfocar sus esfuerzos en un mismo tema, como el no retorno a clases presenciales durante 2020, cuando la pandemia del Coronavirus estaba en su máximo peak y con un aumento exponencial de casos que no tenía control en el país.

En ese entonces, la Aces publicó un comunicado en Instagram señalando que se exigen las “condiciones mínimas para estudiar, pero esto no es posible si sigue existiendo hambre en nuestros territorios, si nuestros padres siguen sin trabajo o con miedo a enfermarse”. Sin embargo, la Aces ha demostrado estar más activa que la Cones, luego de que alzó la voz por el fallecimiento de la estudiante de derecho, Denisse Cortés. Mientras que la Cones no ha tenido mucha presencia este año, siendo el 2020 el más participativo.

Últimos hitos de la Aces

La Asamblea ha mantenido un rol operante en la historia chilena, participando en movilizaciones como el “Mochilazo” en 2001; la Revolución Pingüina de 2006 y la revuelta estudiantil de 2011. También, en 2016, cuando miembros de la Aces se introdujeron a La Moneda para manifestar su descontento con el gobierno de Michelle Bachelet; su participación en el Estallido Social de 2019 y la movilización contra la PSU en 2020.

Respecto de estas luchas que marcaron la historia de Chile, el ex-vocero de la Aces, Marcos Fauré, explica que “hay algunas cosas alrededor de estos hitos que terminan marcando el siguiente”, y puntualiza que “siempre hubo un aprendizaje de la manifestación previa, como el 2001 con la radicalización de la lucha y en 2006, al aprender a mantener las movilizaciones más de un día, por medio de tomas y la organización con otros movimientos”.

La Aces nunca se quedó callada y tranquila frente a los eventos que afectan a la sociedad, incluso en pandemia. A través de las redes sociales se mantuvo activa hasta volver a las calles, convocando protestas y realizando tomas, como sucedió el 8 de julio (evento cubierto por DiarioUchile), cuando integrantes de la Asamblea junto a otras organizaciones a favor de los presos políticos se tomaron el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en la comuna de Providencia para demandar el reconocimiento y libertad de los detenidos que lucharon por la justicia, sin referirse particularmente a la revuelta social.

Hasta la actualidad, la Aces continúa su jornada de toma en el Instituto y, según declaró Víctor Chanfreau, ex vocero de la Asamblea en 2019, a la revista El Ciudadano, continuarán de esa manera para exigir libertad, justicia y reparación, porque “son demandas mínimas por las que debemos seguir luchando, porque no podemos seguir perdiendo compañeros que no tuvieron acceso a una reparación de forma integral y con un gobierno de ultra derecha serán ellos y nuestros compañeros que pueden sufrir más persecuciones por parte de esos sectores”.

Para inicios de octubre, la Asamblea inició una jornada de protestas bajo el lema “El único camino es el ejemplo de octubre” y declaró, por medio de una publicación en su Instagram, que “sólo el pueblo movilizado es capaz de hacer los verdaderos cambios que cambiarán y transformarán nuestras condiciones de vida. Por esto se hace necesario iniciar este mes con el mismo ejemplo de la revuelta, a través de la lucha y resistencia”.

Además, la Aces se adhirió a la convocatoria realizada por la Confech para marchar el 8 de octubre contra el Presidente Sebastián Piñera con el fin de pedir su destitución. Esto luego de conocerse, a través de los Pandora Papers, su participación en la millonaria compraventa de minera Dominga realizada por la familia del Presidente y la de su amigo, Carlos Alberto Délano.

Por otro lado, la Aces no solo ha participado en las manifestaciones sociales, sino que también contribuyó en el mes de septiembre en la entrega de colaciones frías y artículos de aseo a migrantes que han sido avasallados por opositores a esta situación.

La Asamblea continúa activa en los procesos sociopolíticos de Chile y una de sus últimas apariciones fue el homenaje y apoyo a las personas que formaron parte de la lucha de territorios, como ocurrió con Denisse Cortes. “Vives en cada barricada, en cada marcha y cada grito. Por siempre compañera, gracias por todo lo entregado, tía Denisse”, finaliza la publicación de la Aces entre sus redes sociales.

 

Presión política

Con la histórica redacción de una nueva Constitución en pleno proceso, el exvocero de la Aces en 2020, Marcos Fauré explica que “la institucionalización del proceso constituyente es la respuesta por parte del poder en su conjunto”, cuya finalidad sería defender su modelo y el cargo que mantienen hasta hoy.

Fauré toma como ejemplo la candidatura de Boric y comenta: “Forma parte de seguir manteniendo el sistema, de no seguir con los cambios radicales, que ha sido el papel que ha jugado el poder durante este tiempo”. Es decir, sostiene, “agotar las movilizaciones en general y tratar de encauzar todo por la vida institucional y no por la vida que la sociedad buscaba en la asamblea constituyente”.

“En todo este proceso institucional que se ha dado este último tiempo ha venido a tratar de sepultar el tema de los derechos humanos que incluye la presión política y la lucha por la libertad de los presos”, añade Fauré.

Sobre tener un representante de las organizaciones estudiantiles dentro de la Convención, Marcos Fauré sostiene que “la participación debía ser algo mucho mayor, que existiera un poder de decisión real de niños, niñas y adolescentes por medio de algún mecanismo vinculante” y agrega que la Aces cree en “el poder de decisión de las comunidades para identificar cuáles son sus problemáticas y las soluciones” que requieren para resolverlas.

Expectativas arruinadas

Con el inicio de la discusión para redactar una nueva Constitución, la Aces elevó su esperanza de lograr que se garantizara efectivamente el derecho de educación en todos los niveles. Además de dejar en el pasado la lógica de mercado respecto a la educación, es decir, que se establezca inicialmente la educación como un derecho gratuito.

En este sentido, Marcos Fauré también señala que las condiciones para acceder a la educación dentro de un contexto de pandemia, incluye otros elementos como el hogar. “En un hogar, que tiene problemas de violencia, no es un ambiente sano para que el estudiante pueda desarrollarse y estudiar”, sostiene el exvocero.

Para Fauré, que se involucró por última vez en la Aces en 2020, no ha visto ningún cambio en la educación chilena, pese a los importantes procesos sociopolíticos existentes. “Sólo he visto profundización de las medidas, como privatizadoras, neoliberales y criminalización de la misma lucha a favor de la educación pública”, concluye.

 

La otra cara de la moneda: La Cones

La Cones ha sido un movimiento activo desde su fundación en 2011, año en que exigió sus primeras demandas, como finalizar con la PSU. Una solicitud que se mantiene hasta el día de hoy como una viva llamarada de críticas tensionada por el reemplazo del examen con la Prueba de Transición Universitaria (PTU), cuya diferencia no parece ser demasiada, ni suficiente para las exigencias de las organizaciones estudiantiles.

Posteriormente, en 2020, la Cones declaró su preferencia de que el voto vuelva a ser obligatorio en Chile, tema que hoy está en tela de juicio respecto a su restitución. En ese año, la ex-vocera de la Cones y actual constituyente, Valentina Miranda, comentó a Cooperativa que: “Creemos que es súper importante que hoy día el voto obligatorio sea parte del plebiscito de entrada y de salida (de la nueva Constitución), no es posible que hoy día en Chile no haya una participación política real, una participación democrática”.

Esto se liga con 2017, cuando las elecciones parlamentarias estaban próximas a realizar, dado que la exvocera de la Cones de ese año, Francisca Flores, explicó a DiarioUchile: “Se tiene que hacer un llamado a votar, porque es la única instancia donde el pueblo tiene incidencia en elegir a un candidato presidencial que va a estar por los próximos cuatro años”.

Es más, este año la Coordinadora realizó una de sus últimas apariciones, que fue un llamado a través del lanzamiento de “Chile digno si no pa’ que” para incentivar a que los jóvenes participen activamente en las votaciones del 26 de abril, ocasión que determinará la posibilidad de cambiar la Constitución, siendo este el último proyecto que la Cones protagonizó. Una acción que deja entrever una posible ausencia por parte de este movimiento en medio de un proceso político relevante como lo es la redacción de la nueva Carta Magna.

 

Movilización de la Cones para que el voto vuelva a ser obligatorio. Créditos sabes.cl

Cones en la Convención

Entre las manifestaciones y presencia que ha tenido la Cones, se destaca una de las más importantes ocurrida en 2020, cuando Valentina Miranda participó en el Foro Latinoamericano de Derechos Humanos con el fin de manifestar las vulneraciones que el gobierno y Carabineros han hecho a estudiantes secundarios y la educación misma. “Hoy en Chile se viven las violaciones a los derechos humanos. Y hay un culpable político de ello, el Presidente de la República, señor Sebastián Piñera que tiene un 6 % de aprobación y sigue sacando leyes que criminalizan a la juventud”, declaró la exvocera y actual constituyente del Distrito 8.

“Nosotros no queremos vivir lo que vivieron nuestros abuelos, ni nuestros papás”, sostienen en la Cones. Asimismo, Miranda explicó que “hoy día queremos democratizar Chile y decir que los estudiantes secundarios vamos a ser parte de un proceso constituyente, a exigir que nos dejen votar desde los catorce años, a pedir que tengamos una representatividad dentro de esa asamblea constituyente, porque hoy lo que necesita Chile es juventud, estudiantes y educación”.

“Nosotros vamos a seguir junto a los universitarios, luchando durante este año, que va a ser uno de lucha y lo vamos a advertir y a amenazar, porque la única forma de conseguir algo en este país es amenazando a las autoridades, que se han llenado el bolsillo durante estos trece años y no han legislado para nosotros que somos los más vulnerables de Chile”, cerró en ese entonces la exvocera.

Miranda no solo se ha destacado por su labor en la Cones, sino que también ahora al ser la constituyente más joven de la Convención con ideas de la Coordinadora, en busca de posibles cambios en el sistema educacional.

 

Rivalidad

La relación entre ambos movimientos estudiantiles guarda altos y bajos que se han hecho notar en varias ocasiones como en la toma de decisiones para demandar cambios en el sistema educacional. Por un lado, la Asamblea que se ha involucrado estrechamente con establecimientos educacionales más periféricos mantiene un concepto más radical de lucha. Por el otro, la Cones se mueve bajo la unión de diversos centros estudiantiles y federaciones ubicados en Santiago, como los liceos emblemáticos y cuyo fin es obtener la victoria de la causa estudiantil apoyando los cambios que plantea el Estado chileno.

La contrariedad entre ambos movimientos ha generado una ruptura en la colectividad estudiantil. Como sucedió en 2014, cuando la Coordinadora decidió no participar en la convocatoria realizada por la Asamblea para oponerse a la reforma educacional del gobierno de Michelle Bachelet, causando que la Aces criticara el comportamiento de la Cones y su compromiso con la lucha educacional. Esto generó una notable brecha que destaca la activa presencia de la Aces por sobre la Cones en el sistema educativo.

Es por esto que, en ese entonces, en una entrevista con La Tercera, la ex-vocera Eloísa González de la Asamblea explicó que la Cones “representan sólo una minoría del movimiento estudiantil”. A diferencia de la Aces que simboliza “a un sector mayoritario de Secundarios” y que sus declaraciones están determinadas por el movimiento y no por los partidos políticos.

En ese sentido, en contacto con ambas organizaciones sólo la Asamblea tuvo la iniciativa de responder, mientras que con exdirigentes de la Coordinadora no se logró la comunicación. Una brecha más que crea la diferencia entre ambos movimientos y posiciona a la Aces en un papel más protagónico que la Cones.