Tatiana Ortega Arredondo es de la comuna de Cerro Navia, tiene 47 años y es madre de una hija y un hijo. Es cristiana, pastora y teóloga feminista de la Comunidad Teológica Evangélica de Chile y hoy pertenece a la Comunidad Cristiana Amanecer la cual está compuesta por 10 mujeres. En conversación con Doble Espacio realiza una profunda reflexión en torno a la religión y el escenario sociopolítico de Chile.


En el contexto de la segunda vuelta presidencial, surgen más dudas que certezas respecto a la intención de voto y cómo se distribuirán los porcentajes de los demás candidatos. En Chile, según el censo del 2002 la población evangélica corresponde a un 15,14% de la población total, mientras que la Encuesta Nacional Bicentenario de la Universidad Católica del 2019 cifra en un 18% la población evangélica de un total de una muestra representativa de más de 2.000 encuestados.

Esta religión ha sido vinculada dentro del triunfo de Bolsonaro en Brasil y el de Trump en Estados Unidos. Representan además de sus creencias, una fuerza política importante e influyente, por lo que se presenta como un fenómeno a analizar. Doble Espacio tuvo la oportunidad de conversar con una integrante de esta comunidad que representa los valores feministas y disidentes.

Ordenamiento Tatiana como pastora evangélica

¿Con qué puntos del programa de Boric no estás de acuerdo? ¿Por qué?

Sabes que yo claramente ahí hay sectores católicos y evangélicos que han presentado este rechazo tajante frente a la ley de aborto, o a la educación sexual integral. Han organizado algunas pequeñas marchas y esta cosa de la demonización del término “género”, que lo tratan como una ideología.

Entonces como teóloga feminista yo considero que todos, todas y todes somos seres humanos integrales y somos sujetos de derecho. Entonces esto es indispensable para vivir en una comunidad, en un país pacífico, y justo, además.

Entonces yo soy contraria a toda manifestación de discriminación, y esto ha hecho mucho daño, estigmatizar tanto a la diversidad y a las disidencias sexo genéricas, entonces frente a esto, claro, hay cierta oposición de ciertos sectores, pero yo creo que es mucho más importante el fondo, que es el respeto de las personas.

Tenemos hermanos, hermanas y hermanes, que no son respetados en su diversidad ni en su individualismo también de su ser persona, estamos totalmente lejos de acogerlos como un prójimo, como una prójima.

Entonces yo creo que el programa está abordando por ejemplo también, el aborto que no contempla solamente el aborto, sino que es este acceso a la educación sexual integral, va a permitir que a través de ella podamos tener a la juventud con métodos anticonceptivos, más eficaz y efectivo, entonces ahí tenemos también una respuesta frente al aborto, porque ya hay una anticoncepción por delante.

Entonces tenemos también nosotros una gran responsabilidad, por ejemplo, las pastoras que estamos con este pensamiento de poder informar a nuestras comunidades de fe, de que esto no es malo, sino que es algo positivo para poder ir también transformándonos y yendo con los tiempos.

¿Cómo valora el escenario electoral actual, es decir, la posibilidad de que José Antonio Kast sea electo presidente del país?

No puedo tener más que una visión crítica al respecto, porque a nivel latinoamericanos correríamos un gran peligro, porque ya vemos los casos de Brasil. Entonces siento que entraríamos nuevamente a un mundo de violencia, de persecución por motivos políticos donde yo creo que todavía tenemos la experiencia muchos aún en la piel, de lo vivido en dictadura.

Desde mi posición espero que no pase y que no ocurra, pero frente a esto claramente dentro de ser cristiana, yo siento que puede haber un retroceso en nuestras libertades, tanto en leyes que es una cosa que está absolutamente dicha, claramente. No es algo que uno suponga, sino que está dicho que por ejemplo la ley de aborto se bajaría. Entonces ya frente a eso ya hay un peligro porque ese es el principio, el Ministerio de la Mujer, o sea algo tan importante que hay que defenderlo de cierta manera.

Entonces nosotros, nosotras, como cristianas y cristianos, frente a nuestro mover que es el cuidado y el amor al prójimo, no podemos dejar de lado a nuestros hermanos, hermanas que organizan por ejemplo ollas comunes, que están trabajando en sindicatos, que defienden los derechos de la mujer, los derechos de niños, niñas, los que trabajan activamente en las cárceles, por ejemplo. Hay también muchos que trabajan en recuperación de personas en situación de drogadicción, de alcoholismo, entonces hay un mover social muy amplio que muchas veces no se ve. Y todo esto también correría peligro con un eventual gobierno de Kast, porque las organizaciones sociales ya estarían mucho más restringidas, y no tendríamos la libertad que tenemos hoy.

Y frente a eso, yo creo que el tema de darle el no a Boric por el tema del aborto y la educación sexual integral, es nada comparado con todo lo otro que nos puede venir encima.

Entonces claramente hay que informarnos más, y estar más atentos, y también levantar la voz, como yo lo he hecho este tiempo. Porque creo que es absolutamente necesario porque fue una decisión personal en la que yo por ejemplo no voy a involucrar a mi comunidad de fe, porque es una decisión personal y cada una puede tomar su decisión, pero sí mis redes sociales, y mi voz está para decir “Vote por Boric”, porque es en parte lo que nosotros necesitamos para construir este reino de Dios tan esperando por nosotros y que hay que construirlo ahora. Y siento que es la opción para poder encaminarnos un poquito más a tener un país más justo.

 

¿En qué momento surge el apoyo a Boric? ¿Cómo se han organizado?

Surge desde mi parte desde un principio, desde la primera vuelta, que era un apoyo más privado, no tan público como ahora. Y nacen estos grupos autoconvocados que empiezo a ver en redes sociales y me uno a un grupo, “Cristianos por Boric”, entonces ahí vemos que hay una diversidad de evangélicos, evangélicas, de cristianos, cristianas, que tenemos en común el luchar por una vida digna y la justicia social, que es una de las bases principales del cristianismo.

Entonces frente a eso hay ideales en común en el fondo. Nuestros valores cristianos son para nosotros muy importantes y poder hacer esta relación con las propuestas de Boric, hacen dentro de todo, una posibilidad desde un principio.

También recordar que en dictadura cristianos evangélicos participaron activamente en la defensa de los derechos humanos, entonces ahí tenemos como ejemplo a Helmut Frenz que estuvo activamente en la defensa de estos y apoyo de personas que estaban pasando situaciones tan dolorosas como tener familiares detenidos y desaparecidos. Entonces claramente, históricamente los cristianos no tenemos solo una postura política como se quiere hacer ver, sino que tenemos distintos pensamientos.

También hay puntos importantes hoy en día, que la vocación social está en los jóvenes cristianos muy fuerte. Como ejemplo tengo a Belén Marín que se ha preocupado desde la educación migrante y tiene un movimiento muy fuerte con eso.

Están en redes sociales Fe & Polis, que es este pensamiento teológico llevándolo con reflexiones políticas y unir esto con Matías Stan y el “Otro Canuto”, Esteban Quiroz que fue candidato a la constituyente y también se mueve harto en redes sociales y en discusiones político-teológicas.

Entonces ahí creo que hay harto de qué aprender, nosotros que ya estamos más grandes tenemos que aprender de ellos que tienen la valentía de ir mostrando sus posturas, y creo que es algo súper válido, que mucho tiempo hemos estado muy escondidos como movimientos sociales y creo que es necesario hacerlo más público.

Algunas integrantes de la comunidad a la que pertenece Tatiana

¿Qué rescata del programa de Boric? ¿Cómo dialogan estos puntos con sus valores cristianos?

La justicia social y el amor al prójimo, la prójima y el prójime, son nuestros motores de la vida cristiana. Entonces nosotros en nuestras prácticas litúrgicas tenemos que impactar a la sociedad y a la comunidad, para hacer llegar estos valores. Uno de los mandatos que tenemos es predicar el evangelio, entonces tenemos que ver estas aperturas.

Nosotros, nosotras como evangélicas, evangélicos, no estamos ajenos a las largas filas, a la mala educación, a falta de recursos. Hay gente en sectores populares cristianas que están muy empobrecidas, y en las zonas rurales también el acceso a educación es limitado, hay dificultades. Entonces frente a eso hay que tener como esta voz de denuncia, esta voz profética. Entonces mi formación como educadora, teóloga, pastora feminista, me hace rescatar cosas positivas de las propuestas.

En estas puedo rescatar a las compañeras que han establecido un sistema de cuidado en el programa de Boric. Esta parte del cuidado que contempla tanto la niñez, adolescencia, las personas en situación de discapacidad y adultos mayores creo que es muy relevante, porque son sectores de cuidado que están muy despreocupados. Donde las mujeres que nos llevamos todo el peso de la carga del cuidado, y esto debería ser absolutamente más democrático, por decirlo de alguna manera.

Nosotras hemos sido discriminadas laboralmente, violentadas en muchos ámbitos, tanto familiares como en el trabajo, y de esto tampoco se libran las comunidades de fe. Entonces siento que hemos sido tan empobrecidas y tan olvidadas por el sistema neoliberal, que nos ha tomado como un objeto más que como persona, como seres humanos, que hay que hacer un cambio radical en esta manera que tenemos de ser sociedad y como somos vistas.

Lo otro que encuentro muy importante, frente a esto, la Ley Integral de Violencia de Género, porque ahí abordaría todas las áreas y no estaríamos desprotegidas en ninguna. Entonces claramente acá tenemos un fortalecimiento también del Ministerio de la Mujer y Equidad de Género. Estoy muy de acuerdo con esto porque necesitamos por ejemplo la capacitación de funcionarias y funcionarios públicos porque, por ejemplo, frente a una denuncia de violencia intrafamiliar, o de abuso sexual, hay una revictimización inmediata de este funcionario, ya sea policial que esté recibiendo la denuncia, porque cuestiona a quién la va a hacer, en vez de pensar en quién ejecutó esta falta o delito, juzga a la mujer que va a denunciar, por ejemplo.

Entonces hay que cambiar los protocolos también en consultorios o SAPU (Servicio de Atención Primaria de Urgencia), centros de salud, adolescentes que van a pedir anticoncepción, por ejemplo, son juzgadas también por el personal, o mal miradas, entonces también eso es súper importante poder cambiar.

También pienso que el Estado Laico es muy importante porque empezando esto nos dice una de las primeras frases “No hay discriminación de credo, religión o espiritualidad.” Y hay un respeto a estas manifestaciones de fe y creo que eso es muy importante para entender de una vez por todas la separación entre Estado e iglesia. Porque no podemos influir dentro de las leyes para todos y todas, ciertos sectores religiosos solamente, porque acá hay un Estado que está relacionado directamente con la iglesia, pero no son todas las espiritualidades, sino que son solo algunas, y una en particular.

Tatiana Ortega, pastora evangélica y teóloga feminista

¿Qué análisis puede realizar respecto a la vinculación de las iglesias evangélicas con los movimientos más conversadores de la política?

Creo que muchas veces somos engañados, que creer por ejemplo que están con una Biblia en la mano, los va a hacer mejor persona. Pero eso no es así, y yo creo que en las acciones podemos ver claramente que de cristiano nada. Y esto afecta directamente a las personas más empobrecidas, las personas más necesitadas de cada país.

Siento que el usar el cristianismo o cualquier religión para llevar una vos de mando y no de denuncia, es algo que nos afecta fuertemente a las convivencias, a cómo vivimos. Por ejemplo, en Brasil han aumentado los crímenes de violencia contra la diversidad sexo genérica. Entonces ese punto es súper relevante porque supuestamente iban a tener más paz, más estabilidad y vemos todo lo contrario, económicamente también están sufriendo bastante inestabilidad económica, entonces no podemos creer todo lo que nos dicen porque tienen una biblia en la mano, o porque se arrodillan o porque se fue a bautizar al Jordán. No, no hay relación con esos pequeños actos con lo que realmente en el fondo de los programas.

Yo creo que más tenemos que guiarnos por los programas, investigar un poco más, leer más, o quizás hasta hay resúmenes por ahí, comparando uno con otro que es súper bueno para tener un poco más de claridad. Claramente hay dentro de lo que yo puedo reflexionar, un gran temor, a que seamos otro Brasil en la región.