La vocera de los apoderados del jardín Relmutrayen, Javiera Martínez es una de las decenas de apoderadas que se han visto afectadas por el pronto cierre del jardín infantil. Una decisión con la que más de 40 niños y niñas verán afectado su derecho de acceso a la educación. La portavoz del centro de padres, madres y apoderados conversó con Doble Espacio sobre la crisis a la que se ven enfrentados por una determinación política, según señalan, por parte de la casa de estudios.
Javiera Martínez (22) es estudiante de Pedagogía en Educación Básica con mención en Matemáticas de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE) y apoderada de un hijo que va en el nivel Medio Mayor del jardín Relmutrayen, ubicado al interior del campus Macul de dicha casa de estudios.
Fue parte del centro de padres madres y apoderados del jardín durante el 2019, cuando Jaime Espinoza ocupaba el cargo de rector, año en que también se vieron enfrentadas y enfrentados a un inminente cierre del jardín. Hoy nuevamente, y tras insistir por el retorno a clases presenciales, corren el riesgo de que sus hijos e hijas queden sin acceso a educación formal.
“Muchos no vamos a encontrar jardín y se nos dejará sin opción. Si bien hay muchos padres que somos educadores, uno nunca sabe si les estamos enseñando lo que corresponde ya que no tenemos la mirada profesional. No tenemos ese apoyo para guiar a nuestros hijos, en el jardín se nos dan plantillas y tips con lo que deben saber. Ahora quedamos en el aire.”, señala.
Jardín Relmutrayen
Ubicado en la comuna de Ñuñoa, en el campus ubicado en Ñuñoa, la sala cuna y jardín Relmutrayen educa a 47 niños y niñas desde los 3 meses a los 4 años de edad. Si bien surge de la necesidad de educar a hijos e hijas de estudiantes de la UMCE, también da prioridad a universidades cercanas, como la Universidad de Chile y la UTEM, e incluso vecinos de la comunidad.
En la página oficial del jardín en el sitio de la UMCE, señalan que, “Surge inicialmente como un proyecto colectivo, solidario, comunitario y de autogestión, que fue apoyado por la Dirección de Asuntos Estudiantiles de la época, ayudando en la consecución del proyecto. Actualmente, constituye un Centro Educativo Institucional propio.”
El jardín cuenta con financiamiento VTF (Vía Transferencia de Fondos), lo que significa que el establecimiento es supervisado y financiado por la Junta Nacional de Jardines Infantiles (JUNJI), y administrados por organismos públicos o sin fines de lucro, que desarrollen acciones educativas, lo que se traduce en que el 70% de los ingresos provienen de la JUNJI, y un 30% es aportado por la universidad.
Sobre la importancia del jardín en sus vidas, la estudiante señala: “este espacio es un lugar digno para nosotros. No solo permite el derecho a educación de nuestros hijos, sino el de nosotros como estudiantes. Es nuestro mayor pilar”.
El derecho a la educación
A raíz de la necesidad de volver a clases presenciales, el 10 de agosto, las y los apoderados del jardín comenzaron a enviar correos a las autoridades de la Universidad para conocer una posible fecha de retorno. Un mes más tarde, ante el silencio de la directiva, se insiste por la misma vía, se genera la primera respuesta desde la Vicerrectoría.
Fue recién el 21 de septiembre, en la entrega de canastas de alimentos y materiales del jardín, cuando tuvieron el primer acercamiento a lo que sería este conflicto. Una educadora les comentó que tras una reunión con la directora de la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE) se les comunicó que el jardín iba a cerrar.
Es desde este momento que comienza el mayor conflicto para Javiera Martínez y el resto de apoderados. En sus palabras, esta situación es grave “porque es un espacio que nos permite seguir estudiando. Entonces, ¿dónde dejamos ahora a nuestros hijos? ¿Qué vamos a hacer?”, comenta.
Además, el jardín Relmutrayen cuenta con un nivel de Prekinder, por lo que al enterarse del cierre, a fines de septiembre, las y los apoderados cayeron en cuenta que no alcanzaron a postular al Sistema de Admisión Escolar (SAE) -que tenía plazo hasta el 8 de ese mes-, porque contaban con este centro educativo para el próximo año. “Ya no es solo qué vamos a hacer ahora, sino qué vamos a hacer el próximo año”, agrega Javiera.
El miércoles 22 recién pasado, a las 9 de la mañana se les citó a una reunión presencial y frente a la inquietud sobre qué va a pasar con la educación de sus hijos, se les ofreció como alternativa postular por la página de JUNJI al otro jardín ubicado en el campus de Educación Física de la Universidad. Sin embargo, esta solución es inviable por el hecho de ya pertenecer a un establecimiento Junji.
Javiera es enfática al denunciar otro aspecto que se desprende de la propuesta entregada por la casa de estudios “La dirección señaló que no se le garantiza la educación a hijos que no sean de la UMCE, solo se da ese respaldo a quienes pertenecemos a la universidad”.
A partir de lo señalado por la rectoría, los apoderados de forma independiente y transparente se dirigieron al jardín JUNJI antes mencionado para consultar por la disponibilidad de matrículas, al respecto Javiera señala: “hablamos con la directora y le preguntamos si habían cupos, porque desde Relmutrayen ni siquiera habían ido a investigar. Ahí la directora nos dijo que solo habían cupos para un nivel, por lo que alrededor de 30 niños estarían quedando sin educación.”
Las proyecciones
Falta de recursos y necesidad de salas son las respuestas que han obtenido los apoderados del Relmutrayen sobre el cierre de la entidad educativa. Cabe mencionar que antes había un jardín destinado a hijos e hijas de funcionarios, el cual fue cerrado para disponer de espacio administrativo. Al respecto, Javiera señala que: “existe espacio, hay peladeros que ocupar para no sacar a los niños. El jardín está adaptado para los niños entonces igual tendrían que remodelarlo.”
Desde la reunión con el otro jardín JUNJI de la UMCE, las y los apoderados no han recibido otra respuesta. Frente a esto, los 47 padres y madres se han organizado y lanzado diversos comunicados y medidas de presión para alertar a las autoridades. A pesar de esto, la comunidad educativa de la Universidad, según comenta Javiera, aún ve el problema “como algo lejano al no ser todos padres o madres”.
Para la vocera resulta contradictorio que una casa de estudio niegue la educación y no descarta la vía judicial como opción de lucha. Para ella, su demanda es justa: “nosotros pedimos que todos los niños que están dentro del Relmutrayen tengan educación. Si bien, la forma más sencilla es manteniendo el jardín, entendemos que quizá la Universidad no pueda o quiera, pero se nos tiene que garantizar su educación”.
Finalmente, la estudiante de pedagogía indicó que esta “era una decisión política, Elisa Araya se adjudicó toda la decisión y es lamentable. Ella es mujer, es madre y creemos que no tiene empatía con nosotros.”
Consultada por las acciones que podrían llegar a realizar, Martinez señala que seguirán ejerciendo presión “todo este tiempo pero no podemos aguantar hasta diciembre”. Ella insiste en que “Es importante recalcar que la Universidad de las Ciencias de la Educación nos está dejando sin educación sin ningún cargo de consciencia.” Sentencia.
Cabe destacar que en la última respuesta de dirección se garantizó la continuidad del establecimiento hasta diciembre del 2021 para los niveles sala cuna menor, sala cuna mayor y prekinder. Para Javiera, esta nueva solución tampoco recoge las problemáticas debido a que “se deja nuevamente a la deriva a los niños y niñas el próximo año” y porque deja aparte al segmento medio menor.
*Al cierre de esta edición el centro de padres del jardín infantil, no han recibido una solución al respecto de la educación de sus niñas y niños para el próximo año, por lo que la vulneración a su derecho a la educación aún es una realidad latente.
Catalina Solís
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile.
Isidora Pinochet Venegas
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile