Sus ideas no mueven la agenda, no aparecen en los medios, no han participado de debates ni marcan puntos en las encuestas. Pero sus nombres están inscritos en la página del Servel, esperando recolectar los más de 33 mil patrocinios necesarios para llegar a la papeleta de noviembre. Quince hombres y cinco mujeres independientes esperan ser el próximo Presidente de Chile.


33 mil 369, ese es el número mágico. El límite que puede marcar si lo de ellos se mantiene en el anecdotario o si se transforma en una candidatura presidencial que compita el domingo 21 de noviembre de igual a igual con Gabriel Boric, Sebastián Sichel y el ganador o la ganadora de las primarias convencionales de la ex Nueva Mayoría, entre otros aspirantes.

Se trata de veinte precandidatos independientes que desde mediados de mayo están juntando patrocinios en la página del Servel para poder oficializar su candidatura a la Presidencia de la República. El plazo límite para reunirlos es el próximo 23 de agosto.

Se trata de un grupo principalmente masculino (en una proporción de cuatro a una), compuesto por personas de ocupaciones muy diversas, y en el que la mayoría no posee experiencia política previa, aunque hay quienes -como Diego Ancalao o Tomás Jocelyn-Holt- llevan años intentando ocupar ese u otros puestos de poder.

En una época en que la política tradicional ha sido desafiada a encontrar nuevos rostros y se ha revalorizado la independencia, Doble Espacio conversó con tres de estos precandidatos acerca de sus historias de vida, las motivaciones que los llevaron a emprender esta aventura y cómo serían sus futuros gobiernos.

“Mi programa de gobierno es mejor que el de Boric o Sichel”

David Fernández Valenzuela (54) reconoce que la recolección de patrocinios que apoyen su candidatura presidencial no ha sido fácil, pero tiene un diagnóstico claro: “Yo creo que me jugó en contra la falta de presencialidad. Si me paro delante de una persona y me escuchan, me conocen, con la personalidad que tengo, soy mucho más atrayente que a través de un video en redes sociales”.

David Fernández, candidato presidencial independiente.
David Fernández, candidato presidencial.

Fernández, paramédico oriundo de Villa Alemana, se define como un hijo de la educación pública, con experiencia en cuidados intensivos y en capacitaciones para proyectos mineros, y con estudios en Alemania como Abeitssicherheit (prevencionista de riesgo), aunque dice que no ha podido ejercer como tal en Chile porque está sobrecalificado.

Desde el hogar de sus padres en su ciudad natal, a donde regresó tras varios años trabajando en Calama, el precandidato relata que la idea de postularse a la presidencia nació hace varios años, mientras daba clases de cuidados a mineros nortinos: “Ellos vieron en mí un liderazgo, me decían ´David, tú tienes todos los elementos que se necesitan, tienes esa visión de cambio´, y nunca me decidí hasta esta oportunidad que se dio ahora”.

Esa oportunidad fue el estallido social, del que participó y el cual le demostró, declara, que personas de todos los sectores podían unirse en contra de los abusos, de los partidos y expresar la urgente renovación en las dirigencias.

“De repente a uno le dicen ´Pucha, este se está postulando y no lo conoce nadie´, pero a Joaquín Lavín y a Daniel Jadue los conocía todo el mundo y están fuera. Entonces no se trata de cuantos años llevo en política o no, aquí tiene que haber un liderazgo nuevo, una visión país”, manifiesta.

“Hay una necesidad de renovación, de nuevos líderes, lo que pasa es que las oportunidades no están. Habemos (sic) personas capaces, con experiencia laboral, habemos (sic) personas que entendemos de muchos temas, pero no estamos en la palestra. Tal vez mi programa es mucho mejor, más viable y razonable, pero no está la televisión para los independientes, solo está para los mismos de siempre”.

El candidato aún no ha presentado su programa de gobierno, pero confía en lanzarlo prontamente a través de sus redes en LinkedIn y Twitter. En esta última, donde acumula 4 mil seguidores y sigue a 5 mil personas, pueden rastrearse sus mensajes con el #DAVIDFERNÁNDEZ2022 desde mayo de 2019, cinco meses antes del estallido. Antes de eso intentó, sin éxito, liderar un movimiento político denominado Unión Demócrata del Pueblo (UDPP).

De “tendencia izquierdista”, Fernández plantea que su programa parte haciéndose cargo de los problemas en el Sename, y, aunque anuncia más medidas, dispondrá que se le cambie el nombre por “Estado protector de NNA” para que “a los gobiernos no se les olvide que el Estado debe protegerlos, educarlos, darles salud y reinserción social”. Además propone instalar paneles solares en los hogares de la población más vulnerable y que su gabinete ministerial sea electo democráticamente, mediante votación popular.

– ¿Por qué Chile necesita conocerlo?

Los independientes nacimos por una necesidad de la sociedad de querer expresarse, de tener un líder. Yo tengo un liderazgo innato que se fue madurando con el tiempo a través de la experiencia, del trabajo con la gente, y creo que mi programa es incluso mejor que el de Boric o Sichel, y es un programa real, se puede hacer en cuatro años. Yo quisiera cambiar muchas cosas, pero si no soy presidente no lo voy a lograr. Me dicen: “pero si usted es enfermero nomás”. No, señor, si aquí hay más, deme la oportunidad de demostrárselo.

– ¿Por qué decidió poner ese liderazgo en juego por la presidencia y no hacer carrera política desde un cargo menor, más acotado?

Hay personas que nacen para ser alcaldes como el señor Lavín, que ya no va a ser Presidente, pero a lo mejor como alcalde es muy bueno. Hay personas que nacemos con ese liderazgo (presidencial), con una visión más alta. Uno va a un puesto porque cree que ese puesto es el que le calza.

– ¿Cuáles son sus bases sociales? ¿Quiénes están detrás de su candidatura?

Cuando uno es del mundo independiente, uno puede trabajar con todos. Lo importante es trabajar dentro de la ley, promover el bien común y hacerlo por los ciudadanos. Por lo tanto, el votante es quien quiera votar por mí, quien crea que tengo el liderazgo, las capacidades y las competencias para dirigir este país.

– ¿Cómo le ha ido con el proceso de recolección de firmas?

No tengo la cantidad de firmas que se requieren todavía. Pero no es porque la gente no haya querido firmar, hay motivos: uno son los medios de comunicación que no nos dieron espacio para darnos a conocer a lo largo de Chile; hubo un factor pandemia que no se evaluó por el Servel; y hay dificultades para que adultos mayores patrocinen porque no se saben su clave única. Además, faltó presencialidad…

– ¿No quiere decirme cuántas firmas tiene hasta ahora?

Como cábala, mejor que no (ríe). Pero sí puedo ser honesto, está difícil. Pero si está difícil no por un tema de liderazgo, es porque faltó promoción para los independientes.

N. de la R: Al momento de publicarse este artículo, una semana después de la entrevista al precandidato independiente, no se ha publicado su programa de gobierno.

Estudio de televisión con candidatos presidenciales de Unidad Constituyente, que participan de un debate organizado por un canal de televisión.
Imagen del último debate de Unidad Constituyente, a propósito de la demanda común de los precandidatos por el acceso a los medios y el recelo de no contar con la cobertura necesaria.

Como Fernández, una decena de candidatos sin experiencia política está buscando firmantes para estar en la papeleta en noviembre. Se trata de Bernardo Javalquinto (59), economista y ex gerente de la aerolínea LAW; José Carvajal (51), chofer y quiosquero; Hervin Montecinos (51), escritor; Juan Carlos Neubauer (71), comerciante; Lastenia Ahumada (74), modista y vendedora; Patricio Flores (55), comerciante; José Gómez (57), feriante; y los ciudadanos Eduardo Concha (38) y Rodrigo Yáñez (36).

“Me parece sano competir por todas las instancias hasta que los evangélicos lleguemos a ser presidentes”

Abraham Larrondo (59) está preocupado. Para el presidente de la Fundación de Liderazgo Ciudadano y mentor del Movimiento Cristiano Ciudadano, algo pasó del 2000 en adelante que hizo que se perdiera el rumbo del desarrollo del país.

Hoy, explica, “hay un fenómeno de insurgencia natural en la generación de los millennials que se conjugó con un gobierno, que es el nuestro, que no logró interpretar esa situación expeditamente. Al no hacerlo terminamos hoy con una Convención Constitucional tratando de refundar lo irrefundable, que quiere volver a lo que había antes de la era prehispánica. Es un teatro del absurdo”.

Abraham Larrondo, candidato presidencial independiente.
Abraham Larrondo, candidato presidencial.

Dueño de un extenso currículum que acredita estudios en Historia, Ciencia Política, Relaciones Internacionales, Economía, Educación y Liderazgo, Larrondo decidió “poner los talentos y dones que Dios le dio” al servicio de su comunidad, particularmente en el área política.

Así, lideró la Alianza Nacional Cristiana; intentó infructuosamente formar el Partido Cristiano Ciudadano -movimiento que lo proclamó candidato presidencial en 2017, aunque no juntó las firmas requeridas para un independiente-; y ha tenido una relación cercana con Renovación Nacional (RN), partido que le ofreció un cupo como candidato a constituyente por el Distrito 12, pero finalmente no lo inscribió.

El Profesor, como lo conocen en la iglesia, proclama que el mundo cristiano está ausente del debate político y de la representación pública, y asegura que iniciativas como la “bancada evangélica” de RN no tuvieron la sapiencia, la sabiduría ni la estrategia para defender su agenda valórica.

En su segunda aventura presidencial, Larrondo asume la representación del grupo de Evangélicos por el No, organización de activa labor por el rechazo a la Convención Constitucional: “los pastores me propusieron que yo los representara como candidatos porque querían mantener en gravitancia nuestros valores y postulados. Por supuesto les dije que sí, a mí me parece sano para los evangélicos siempre competir por todas las instancias hasta que lleguemos a ser presidentes”.

Ilustra ese deseo con un ejemplo: “En Estados Unidos, el mundo cultural negro llegó a sorprender realmente al mundo cultural blanco el día que un negro entró a la Casa Blanca”.

Y agrega: “Este mundo evangélico [chileno] sigue siendo un mundo religioso de tercera categoría, siguen tratándolo como una especie extraña desde el mundo social, político y cultural, pero el día que uno de los nuestros esté en la presidencia va a cambiar la figura porque todos le reconocerán”.

Larrondo explica que sus motivaciones para emprender el camino hacia La Moneda son existenciales, que espiritualmente se siente responsable de lo que pasa en el país, y crítica a sus correligionarios que optan por desentenderse de la realidad.

“Eso de ´Dar al César lo que es del César´ es una interpretación errada que busca abstraer al mundo evangélico de la realidad, y hacerla como una religión abstracta que no tiene que ver con las cosas de la vida. Yo no tengo esa formación. Yo creo que el reino de Dios se construye aquí en la Tierra, independientemente de que pueda existir en otra dimensión”, arguye.

Y sobre esa realidad manifiesta una visión sumamente crítica: “Esta violencia que generó la ideología comunista nos empezó a dividir. Nos están diciendo que no seamos nación, sino plurinación. Pero si somos un solo país de hermanos podemos hacer sinergia y multiplicar nuestras fuerzas”.

En ese sentido, el candidato bosqueja que “así como Aylwin reconcilió las instituciones, hoy debe haber una segunda reconciliación nacional que reconcilie las personas”.

– ¿Se ve a la cabeza de esta segunda reconciliación nacional?

No sé. Estar en la cabeza o en la cola es lo menos importante, lo sustancial es estar en el concepto, en la idea. Aunque como candidato tienes que jugar como si fueras a ganar, como que te vieras ahí, si no para qué estás compitiendo…

– ¿Qué tipo de país le gustaría dejar cuatro años después de asumir?

Un Chile reconciliado, libre, que respete la propiedad privada, con desarrollo y que tenga como eje fundamental el desarrollo sistémico de la educación.

– ¿Cómo le ha ido en el proceso de recolección de firmas?

Yo soy un hombre de fe y digo que lo vamos a lograr, vamos a estar hasta el final luchando. Estamos aumentando el número todos los días, no con la frecuencia que nos gustaría, pero siempre la gente anda a última hora… Me imagino que a última hora van a andar todos… Por un tema estratégico no te puedo decir cuántas firmas tenemos, pero sí te puedo decir qué firma nos falta: la tuya.

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Como él, una serie de candidatos independientes a la presidencia cuentan con experiencia política previa o, al menos, el recuerdo de alguna aventura en política: hablamos de Tomás Jocelyn-Holt (58), exdiputado DC y candidato presidencial independiente en 2013, dueño de un triste récord como aspirante menos votado de la historia; Diego Ancalao (40), ex vicepresidente de la Izquierda Ciudadana, candidato a diputado PRI en 2013 y a senador por la lista del Frente Amplio en 2017; Marcela Aranda (49), directora del Observatorio Legislativo Cristiano e impulsora del “Bus de la libertad”; Carola Canelo (49), abogada y excandidata presidencial independiente en 2017 que no consiguió las firmas; o Sergio Tapia (72), profesor y excandidato a diputado y senador por Magallanes.

“Pareciera ser que si no eres conocida, no eres digna del apoyo de nadie”

Desde la agrupación Familia es Familia, Rocío Muñoz Castillo (45) se dedicó al activismo por los derechos filiativos para familias homoparentales o lesbomaternales como la suya. Relata que fue en el Congreso, reunida con los senadores que más tarde presentarían un proyecto de derechos filiativos trabajado en conjunto, cuando tuvo una revelación que hoy es clave: “Cuando conocí a esta gente, pensé ‘Chupalla, ¿estos son los políticos que mandan en el país? ¿esta gente es?’ Y entendí que cualquiera podría hacer lo que ellos hacen”.

Rocío Muñoz, candidata presidencial independiente.
Rocío Muñoz, candidata presidencial.

Muñoz, ingeniera de ejecución agrícola que trabaja haciendo clases de Administración de Recursos Humanos en un instituto, se define como “mamá, profesional, iquiqueña, ciudadana y apartidista” y es una de las cinco mujeres independientes que quiere ser Presidenta.

Su aventura comenzó cuando, viendo los resultados de las elecciones de constituyentes, temió encontrarse ante una potencial segunda vuelta entre Jadue y Lavín. “Me apaniqué, empecé a revisar las candidaturas independientes y vi que estaba Hirsch [no está], Marcela Aranda… Dije nooo, no puede ser, ¿por qué no viene nadie? ¿Por qué no aparece nadie? De repente averigüé si me podía inscribir, y me dijeron que sí, claro, cualquiera puede inscribirse. Lo hice, fue una locura, y ni te digo el terremoto que eso provocó a nivel personal en mi casa”.

Su campaña, dice, no nació por la ambición de poder, sino por la necesidad de presentar una propuesta diferente que no encontró en las otras candidaturas: el solidarismo, una corriente que plantea “una forma de gobernar en que todas las personas se hagan cargo de su propio gobierno y administración”.

Aunque la precandidata intentó encontrar su nicho al interior de los grupos solidaristas, confiesa que nadie contestó sus correos. Luego buscó recibir apoyo en la comunidad LGBT+, pero se sorprendió con que la mayoría, según ella, apoyaba a Boric o a Narváez. Más tarde intentó generar vínculos con La Lista del Pueblo, pero tampoco funcionó: “Están buscando candidaturas femeninas, pero no responden los mails”.

“Me ha pasado muchas veces que en la web me dicen: ´¿y usted quién es?´ Pareciera ser que si no eres conocida, no eres digna del apoyo de nadie. Hoy en día hay que tener un nombre conocido, estar apoyada por partidos, y si no tienes eso, pareciera que no estás capacitada para gobernar nada. Para mí esa fue la gran sorpresa al lanzar esta candidatura porque pensé que sí iba a tener respaldo”, reflexiona.

Muñoz apunta que solamente ha logrado enganchar con las personas que se mueven dentro de sus círculos, como exalumnos, y en redes sociales, donde cuenta con 979 seguidores en Instagram y 203 en Twitter.

Ideológicamente dice haber estado más a la izquierda que cualquier izquierda, llegando casi al anarquismo, pero que el solidarismo corre por fuera de esos márgenes “porque destruye la idea de que el partido debe seguir gobernando, se preocupa del ser humano”.

– ¿Cómo gobernaría sin contar con el apoyo de partidos ni aliados políticos?

Los gobiernos colocan gente en lugares estratégicos solo por ser del partido, no por mérito. Si yo saco a los partidos de la estructura de gobierno, solamente me va a quedar el mérito. Voy a fortalecer un departamento de administración de recursos humanos para provisionarme de la persona correcta para el cargo correcto.

Además, en los cargos estratégicos no va a haber una persona, sino varias. Vamos a levantar mesas de trabajo para que tomen las decisiones en cada región, de manera independiente y autónoma. Y no significa pagar más sueldos porque no propongo trabajar con asesores, sino gobernar en equipo. Además, una de las primeras medidas de mi programa es rebajar los sueldos.

– ¿Y en cuanto a la necesidad de hacer alianzas para llevar adelante sus medidas?

Ninguna alianza. Propongo una integración de ideas y un respeto por el trabajo de partidos que sea bueno para la sociedad. Si algún partido me quiere coimear, yo diría: “Ok, consígame una lista de todos los detenidos desaparecidos y dónde están sus cuerpos. Ahí podemos negociar”.

– ¿Cuáles serían sus prioridades?

A corto plazo, cambiar la forma de atender a las personas, con respuestas que no sean indolentes. Al mediano, revisar todo aquello que no conocemos y que está siendo negociado con instancias internacionales. Y a largo plazo, una reforma educacional absolutamente distinta, actualizada y acorde a los tiempos modernos; y en salud, que los cargos que ganen sobre tres millones estén obligados a cotizar en Fonasa.

– ¿Cómo va con las firmas?

Mira, necesito llenar dos estadios y llevo un auditorio. Mi meta es llegar a televisión abierta y plantear esta idea de gobierno, porque entiendo que es la forma más rápida de lograr entusiasmos en el patrocinio. Si eso no me impulsa las firmas no hay nada más que hacer.

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Como Rocío, una serie de independientes sin experiencia política asumieron una candidatura presidencial con el objetivo de poner una causa concreta en la agenda. Si para Muñoz es el solidarismo, para Rodrigo Nagel (46), ingeniero en medio ambiente, es buscar soluciones ante la crisis ambiental; para Gustavo Serrano (45), ingeniero informático no vidente, poner la discapacidad al centro de las políticas públicas; y para Carolina Zambrano (49), publicista, enfocarse en los adultos mayores. Aspiraciones presidenciales que en la noche del 23 de agosto sabremos si pudieron concretarse o solo quedaron como un sueño.

N. de la R: Durante la publicación de este artículo, la Lista del Pueblo anunció la precandidatura presidencial de Cristián Cuevas, dirigente sindical y ex candidato a diputado con pasos por el PS, PC y CS, quien tendrá que reunir los más de 33 mil patrocinios necesarios en un plazo de 17 días.

Julio César Olivares

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile