Tras una larga carrera en la política desde la organización social, la nueva alcaldesa de Valdivia asumió el cargo con una tarea clara: descentralizar la ciudad y generar cambios profundos en la perla del sur. En esta entrevista, la nueva lideresa comunal analiza los primeros pasos de su gestión, lo que espera construir y lo que no repetiría de su antecesor.


Es jueves 08 de julio. Hoy se cumplen diez días desde que Carla Amtmann Fecci (34) asumió como la primera alcaldesa de Valdivia, la capital de la región de Los Ríos. “Agradezco esta entrevista porque han sido días de mucho papeleo, revisando decretos y de mucho trabajo”, confiesa entre risas a Doble Espacio.

En solo nueve días, la profesora de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y magíster en Economía de la Universidad Alberto Hurtado (UAH) ha comenzado a mostrar el sello que prometió en su programa de gobierno comunal: la descentralización. El pasado lunes asumió el cargo desde una escuela en la localidad rural de Huellelhue, el jueves se juntó con alcaldes de la misma región para presentar una declaración en contra del proyecto hidroeléctrico Colbún y este miércoles logró un acuerdo con el concejo municipal, para avanzar en la creación de un nuevo plan regulador.

“Estas cosas son, tal vez, pequeños detalles, pero estamos dando el mensaje que en nuestra administración no va a quedar ningún territorio atrás”, asegura.

Y aunque reconoce que han sido días intensos, la experiencia adquirida en el camino al municipio le permiten hoy adecuarse al trabajo como alcaldesa. Cuando cursaba la enseñanza media en el colegio Domus-Mater fue cuando recién sintió esa inquietud por comenzar a participar de la política. Sus primeros pasos fueron en el movimiento por los cisnes y luego dio un paso importante convirtiéndose en presidenta del Centro de Estudiantes de la PUCV.

“La experiencia en la dirigencia estudiantil fue súper potente, en muchos ámbitos, como el nivel de conocimiento, los avances ideológicos y teóricos que una va configurando para tener una visión de país, mundo y sociedad. Estos días dirigiendo el Concejo Municipal me he acordado harto de las asambleas universitarias y pienso que ese aprendizaje me sirvió mucho para el lugar donde estoy hoy”.

Ese ímpetu estudiantil no quedó solo ahí y en 2017 compitió para ser diputada por Los Ríos, perdiendo por poco más de 300 votos. “La derrota fue obviamente dolorosa, pero al mismo tiempo me pasó que, mientras hacía campaña, me di cuenta que la mayoría de las cosas con las que una se iba encontrado cotidianamente al hacer campaña para el parlamento, eran de injerencia comunal. No eran competencia parlamentaria, sino municipal. Ahí se nos metió en la cabeza colectivamente que el municipio era el lugar para transformar la forma en que se produce la desigualdad y empezamos a trabajar para esto”, recuerda.

Por primera vez en la historia de Valdivia, una mujer será la alcaldesa. ¿Cómo se verá reflejado esto en la ciudad?

–En muchas cosas. Aquí no solo llega una alcaldesa del municipio, sino que llegamos mujeres. Tenemos un gabinete paritario, enfoque de género en cada una de las políticas que están pasando por delante. Solo por poner un ejemplo, la directora de Seguridad será por primera vez una mujer. También, vamos a poner paridad en la licitación para la seguridad ciudadana, crearemos la Oficina de la Mujer y Equidad de Género, la comisión de Género en el Concejo… Entonces, creo que el hecho que estemos más mujeres en cargos de poder, nos permite tener siempre la visión de género por delante y es lo que vamos a tratar de impregnar para que más mujeres se atrevan; y niñas y adolescentes vean que las mujeres podemos hacer esto y mucho más.

 

¿Tiene alguna referente política en particular?

Yo creo que todas las que hoy están en espacios de liderazgo dentro de nuestra coalición son de mi profunda admiración, pero se me vienen a la mente dirigentes sociales con las que he aprendido la importancia del trabajo solidario, como Jeanette Barrientos, Marisol Oyarzún, la señora Bernarda. Todas ellas son mujeres que en el estallido social levantaron ollas comunes, que visitan enfermos, dan las respuestas que le corresponde a la institucionalidad municipal y estatal y que no se está haciendo. Mi admiración está depositada en mujeres que cargan con responsabilidades domésticas, de crianza, laborales y, adicionalmente, de cuidar a su comunidad.

Un cambio radical

En las últimas elecciones, Amtmann logró 15.210 votos de diferencia por encima de Omar Sabat, quien competía por la reelección en el municipio. En porcentaje, la carta de Revolución Democrática logró el 49,39% de los votos.

El triunfo de la frenteamplista fue sorprendente para algunos, pero para ella no tanto. “Yo creo que el hecho de que Valdivia tuviera gobiernos locales de derecha, era una anomalía. Porque siempre nuestro territorio ha tenido una vocación social progresista que se ha visto manifestada en otros tipos de votaciones, como las parlamentarias y presidenciales. La trayectoria de nuestro territorio es de mucha organización social ciudadana profundamente crítica”.

¿Qué pasó en Valdivia en estos cuatro años que produjeron este cambio radical en el liderazgo comunal?

–Había algo que tenía que ponerse en sintonía y ahora se dieron las condiciones para que eso pasara. Pero sin duda, el cambio nacional también influye. Nuestra ciudad no es ajena a los procesos que se están viviendo y al hecho que tenemos una debacle y crisis profunda del proyecto de sociedad de la derecha, más allá de los liderazgos populares o de los partidos, yo creo que hay algo más profundo. Esa idea de que la solución a nuestros problemas es individual, colapsó, ya no tiene sentido. Hoy día la misma derecha está buscando un cambio de paradigma porque el de ellos no dio abasto, no resolvió las problemáticas que prometió resolver.

 

En términos concretos, ¿qué cosas haría distintas al alcalde Omar Sabat?

–Hay muchos cambios que se pueden hacer rápido y solo dependen de la voluntad. Por ejemplo, llevamos nueve días y ya logramos tener transmisión permanente de los concejos municipales para que toda la ciudadanía los vea, algo que nunca habíamos tenido. También en lo simbólico, tenemos la incorporación de la bandera mapuche y por lo tanto su reconocimiento, porque tienen una presencia importantísima en nuestro territorio; algo que tampoco se había hecho. Tenemos lógicas de contratación de paridad; creación de nuevas comisiones donde se incluyen pueblos indígenas, mujeres, diversidad; hicimos el cambio de mando en la zona rural; iniciamos un nuevo plan regulador, el que llevaba 14 años estancado. Si me preguntas lo mismo en tres meses más, te aseguro que voy a tener muchas cosas más que van a significar cambios para nuestra ciudadanía.

Puede ser una imagen de una o varias personas y personas de pie

¿Qué tipo de cosas?

–Un ejemplo: después que ganamos tomamos la decisión de visitar a los trabajadores más vulnerados en sus derechos, los de ornato y seguridad, que son los que menos derechos tienen a pesar de hacer una labor muy importante, pero poco reconocida y valorada. Yo pensaba encontrarme con muchas demandas laborales y salariales –que son legítimas– pero me encontré con el agradecimiento de que por primera vez un alcalde va a hablar con ellos, porque nunca habían ido. Esas cosas son las que hacemos distintas.

 

Cuando usted asumió el cargo el pasado 28 de junio, llamó la atención su saludo en lengua de señas y en mapudungun. ¿Sabe hablar estas lenguas o eso lo memorizó?

–La verdad es que tengo un mínimo grado de conocimiento de mapudungun y de lengua de señas, pero ese saludo lo practiqué antes porque igual estaba nerviosa. Días antes había sido el debate presidencial y Joaquín Lavín salió hablando en mapudungun, lo que me dio impotencia. O sea, dice eso y después habla de narcoterrorismo en La Araucanía… Tenía la duda si sería un mensaje muy estético y poco sustancioso, estuve con esas dudas hartos días, le pregunté la opinión a algunas personas y en realidad llegué al lugar sin la decisión tomada y ahí me dejé llevar no más.

 

¿Y fue bien recibido el saludo?

–Fue súper bien recibido y qué increíble, porque es tan grande, tan profunda la brecha histórica que existe en nuestro país, que pequeños gestos que son tan básicos, que no cuestan nada, son tan valorados porque estamos tan golpeados. Y de hecho, por responsabilidad y coherencia, comencé a tomar un curso de mapudungun y lengua de señas, porque creo que debiera ser un requisito para las autoridades de nuestro país. 

https://twitter.com/Carla_Amtmann/status/1409604859058393088?s=20

El Frente Amplio en la perla del sur

La alcaldesa Carla Amtmann es un nombre importante dentro del Frente Amplio. Comenzó a militar desde los inicios de la coalición en Nueva Democracia –partido que hoy se llama Convergencia Social– y fue una de las articuladoras de la instalación de Revolución Democrática en el sur de Chile.

Ese liderazgo lo consagró en las elecciones de mayo, transformándose en una de las alcaldesas más votadas del Frente Amplio a nivel nacional. A pesar del buen desempeño de su lista en los comicios, no muestra la misma confianza con las primarias presidenciales.

¿Cómo ve usted el apoyo que podría tener Gabriel Boric en Valdivia de cara a las elecciones de este 18 de julio?

–No lo sé, estoy esperanzada sí. Es super difícil medir, porque también hay un letargo entre tanta elección, nosotros mismos estamos sumamente concentrados en la gestión municipal, entonces me cuesta sentir o palpar el ánimo. No sé cuánta gente va a ir a votar. A mí me gusta tirarme a la piscina cuando tengo una idea de cómo van a salir los resultados, pero acá estoy como a ciegas.

 

¿Y qué evaluación tiene de la candidatura de Gabriel?

–Personalmente, me ha pasado que cada día me entusiasma más, porque ha logrado dar en el clavo de ciertos discursos que la izquierda tradicional no tenía, como el tema de la descentralización, poner en el centro la salud mental, la economía de los cuidados, la preocupación por el cambio climático. Creo que eso nos hace ser una izquierda que se está haciendo cargo de los desafíos de este siglo y espero que la gente así lo vea también.

 

¿Considera usted que este tiempo es como un segundo aire de la coalición o nunca estuvo en la crisis que parecía?

–Creo que esto es un impulso importante, se le puede llamar o no segundo aire, porque yo creo que el Frente Amplio desde su origen tenía una anomalía, que era tener más parlamentarios que alcaldes y concejales.

 

¿Y por qué eso sería una anomalía?

–Porque una coalición que quiere realizar transformaciones reales necesita tener liderazgos desde los territorios, más que en las instituciones nacionales. Yo era bastante crítica a la posibilidad de que no superáramos esa anomalía y creía que si no nos iba bien en las municipales, ahí entraríamos en una crisis orgánica. Yo valoro y admiro a nuestros parlamentarios, pero creo que ese espacio genera inevitablemente un distanciamiento con lo que pasa en la realidad cotidiana. Y cualquier partido que quiera hacer transformaciones, tiene que estar con los pies en el barro, y eso lo garantizamos desde los concejos municipales. Esa es nuestra tarea ahora.

La alcaldesa de Valdivia, Carla Amtmann, caminando junto al candidato presidencial del Frente Amplio, Gabriel Boric, y una habitante del campamento Norte Grande.

En 2017 usted era muy crítica con lo que había hecho la Concertación, sin embargo, en una entrevista con El Desconcierto mencionó que era necesario lograr aunar fuerzas entre la Nueva Mayoría y el Frente Amplio de cara a las elecciones de este año. Con esto encima de la mesa, ¿Qué opina del acuerdo entre el FA y el PC de dejar fuera al Partido Socialista de las primarias presidenciales?

Yo lamenté mucho que el PS quedara fuera de las primarias. Creo que las bases socialistas y las trayectorias históricas tienen muchísimo que aportar a una coalición de cambios profundos. Claro que es un partido que está tensionado internamente, que sus cúpulas partidarias le hicieron mal al país en su momento, pero creo que hay un grupo político ideológico que es importante para las transformaciones y a mi me habría encantado que ellos pudieran ser parte de este acuerdo. 

 

Pero incluirlos significaba incluir al PPD, a Nuevo Trato, al Partido Liberal, ¿usted cree que esos partidos abrazan el ideario de transformaciones profundas?

–Yo creo que no, no todos, pero soy una convencida, o por lo menos para este momento político, me gusta… Soy una convencida que en una coalición diversa la postura de transformaciones profundas va a ser mayoritaria y los otros sectores van a ser minoritarios y creo que no hay que tener miedo a debatir eso. Si el PS se sumaba, nosotros le ganábamos y los tendríamos apoyando obligatoriamente una candidatura de Gabriel o Daniel. Me gustan más esos caminos, porque nos garantizan un gobierno de mayoría y eso necesitamos para hacer las transformaciones que se necesitan hoy.

 

Pero no se logró…

–Al no poderse, me parece muy bien que estemos en conjunto con el Partido Comunista levantando una candidatura presidencial, porque lo que sí creo es que lo que fue la Concertación, también fracasó. Cuando yo planteaba esta crisis del ideario político de la derecha, más que de los partidos, es porque fue un ideario que carcomió a los partidos de la Concertación en su momento, porque abrazaron el ideario y los preceptos neoliberales. ¿Hubo avances?, pero sin duda. ¿Son distintos a la derecha?, sin duda. Pero también creo que hubo una transversalidad político ideológica en términos neoliberales que fracasó, lo que hoy nos permite pensar en una coalición más amplia que solo el Frente Amplio, con sectores que abracen estas transformaciones y ojalá se avance en el futuro a eso.

Nicolás Fuentes Cruces

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile