La concentración en los medios de comunicación nacionales lleva décadas siendo objeto de estudio. Sin embargo, poco ha cambiado. Monopolios, economía de escala y propiedades cruzadas son parte del esquema. Hoy, ad portas de una Nueva Constitución, el debate toma nuevos rumbos.
Es imposible hablar de concentración en la prensa sin mencionar a COPESA o El Mercurio S.A.P. Los conglomerados, dirigidos por el magnate Álvaro Saieh y la familia Edwards, respectivamente, reúnen el 98% del mercado con sus medios base más sus filiales regionales. A esto se suma otro factor: sus plataformas online son las más visitadas, concentrando más de 40 millones de visitas según la plataforma de análisis de tráfico online, SimilarWeb.
Para Danilo Ahumada, presidente del Colegio de Periodistas, el acaparamiento de los medios escritos llegó al extremo de tener solo un gran ganador: El Mercurio. “Por problemas económicos, COPESA ha limitado su tiraje y cerrado varios de sus medios. Entonces, por ejemplo, si vas a Valparaíso, en los kioskos ves El Mercurio de Santiago, El Mercurio de Valparaíso y La Estrella que son del mismo consorcio, ahí no hay posibilidad de elección. Es un monopolio”, afirma a Doble Espacio.
Actualmente, la matriz tras El Mercurio posee tres medios nacionales (El Mercurio, Las Últimas Noticias y La Segunda), un medio digital (Emol), una radio (Universo), 21 medios regionales y un suplemento para la zona norte, la revista Norte Minero.
Desde el Colegio de Periodistas, Ahumada agrega que la concentración no solo es económica, sino también ideológica: “Si se miran los directorios de los medios, ves un mismo pensamiento, una misma élite. Eso es un problema. En Chile se atenta contra la diversidad y pluralismo”.
El doctor en derecho y experto en comunicación, Pedro Anguita, ve en la vaga regulación el problema de las conductas anticompetitivas de los medios de comunicación. A su criterio, “el sistema de defensa de libre competencia no fue diseñado pensando en los medios ni los medios se rigen con las leyes antimonopólicas comunes”.
“En Europa hay instituciones de libre competencia específicas para la prensa porque requieren de un análisis y tratamiento distinto. Si hay solo dos empresas de zapatos, la mayor complejidad que tendrá el consumidor será el precio elevado y una mala calidad al no haber competencia, pero si esta situación se traslada a los medios, lo que se ve afectado no es solo la calidad del producto, es el sistema democrático”, comenta a este medio.
Pluralismo al debe
Según la Ley 19.733 que regula el ejercicio del periodismo, el pluralismo en el sistema informativo debe favorecer “la expresión de la diversidad social, cultural, política y regional del país”. A pesar de este ímpetu narrativo, el único órgano que tiene la obligación legal de fiscalizar la pluralidad es el Consejo Nacional de Televisión (CNTV).
Danilo Ahumada es crítico al funcionamiento del organismo, mea culpa que comparte la abogada y consejera del CNTV, María Constanza Tobar. “El pluralismo en Chile es un concepto jurídico indeterminado. Sabemos lo que es, pero la ley no dice los parámetros ni los límites en los cuales regirnos. Eso nos deja las manos atadas”, comenta la experta a la revista.
A juicio de Tobar, lo óptimo sería una norma más específica que deje al país a la par de las regulaciones internacionales: “En Europa, Estados Unidos y Japón, los órganos similares al CNTV no solo tienen facultades sobre la televisión abierta, sino también en la TV por cable e internet. Por otra parte, en Francia e Inglaterra se regula de forma taxativa el pluralismo, con minutos normados. En Chile nos hemos hecho los sordos, porque la tendencia internacional va hacia otro lado”.
En la actualidad, el ente encargado de velar por el correcto funcionamiento de la televisión abierta está compuesto por su presidenta, la ingeniera Carolina Cuevas Merino, más una terna de diez consejeros y consejeras. Todos los cargos, menos la presidencia que se define de manera directa por el ejecutivo, son designados por el Presidente con acuerdo del Senado.
Para el Colegio de Periodistas este modo de elección es un problema, puesto que acarrea un “obvio conflicto de interés”. Asimismo, su portavoz destaca que de las once personas que hoy componen el Consejo, ninguna es periodista, experta en prensa o con una amplia trayectoria en medios de comunicación.
Sobre este punto, Tobar argumenta que “los medios de comunicación no son solo periodistas”, aunque concuerda en que no hay una larga trayectoria del gremio en el Consejo. “Hay periodistas como Patricia Politzer que han presidido el CNTV, pero históricamente no se han visto en demasía”, dice. Y agrega: “Estoy a favor de generar un vínculo más estrecho porque el periodismo debería ser el eje central de la televisión abierta”.
Platas fiscales
El boom de las redes sociales reorganizó la manera de comunicarnos. Datos de la última encuesta de medios realizada por Cadem el año 2020 revelan que Whatsapp, con un 67%, es la plataforma más usada por las y los chilenos para informarse, desplazando incluso la radio o televisión. Amparado en este escenario, Danilo Ahumada ve en el avisaje estatal la vía para un periodismo “sustentable económicamente y sostenible en el tiempo”.
El Colegio de Periodistas es crítico al sistema actual de publicidad estatal. Para el organismo colegiado, la “carencia de un marco regulatorio efectivo” en el área se suma a la nula iniciativa de fomento para la creación o mantenimiento de nuevos medios. “Hay una desproporción total entre las cifras que llegan a los medios grandes y los regionales. No puede ser que esos fondos, que son millonarios, lleguen a las mismas manos de la concentración. Es un círculo vicioso”, detalla su presidente.
El último informe del Observatorio del Gasto Fiscal sobre la materia (2019) posiciona al Mercurio S.A.P como el principal destino del avisaje estatal con un 22% de transacciones en publicidad, es decir, $5.351 millones de pesos.
Sin embargo, Danilo Ahumada cree que es una cifra que incluso podría aumentar. “El gran problema del avisaje es su falta de transparencia. Es imposible saber a ciencia cierta cuántos son los recursos que se entregan”, informa. “Desde el Colegio de Periodistas recibimos el 2019 un balance donde la cifra total de dinero entregado por el Estado eran $12,000 millones, pero no se nos entregó más detalle. No sabemos cuántos recursos llegan a los medios regionales”.
“El avisaje no puede ser un tema de investigaciones periodísticas. Son recursos públicos, debería estar dispuesta la información de forma clara y accesible para cualquier persona. Hoy eso no existe y cuando se solicita, llega a medias”, concluye.
El otro monopolio
Aunque la prensa escrita es el ejemplo más ilustrativo para hablar de concentración en los medios, no es el único ejemplo. Si bien el espectro radioeléctrico es un recurso natural limitado, y definido como bien nacional por el artículo 2° de la Ley General de Telecomunicaciones (Ley 18.168), Iberoamericana Radio Chile, filial del grupo internacional español PRISA Radio, posee 10 concesiones Un tercio de la oferta dial.
Radio Imagina, Concierto, Futuro, Pudahuel, ADN, Radioactiva, Rock&Pop, FM DOS, Corazón y Los 40 son las firmas que dejan al conglomerado como los líderes indiscutidos de la programación nacional. Pero no solo ganan en cobertura, un estudio de la Asociación Agencia de Medios (AAM) del 2019 las ubica a todas en el top 20 de escuchas.
Para Eduardo Martínez, presidente de la Asociación de Radiodifusores de Chile (ARCHI), esta situación no afecta el pluralismo dentro del mercado radial y toma distancia de una mayor regulación estatal. “Iberoamericana tiene un número alto de radios, pero hemos podido convivir perfectamente con ellos. En las radios no sentimos una concentración en el medio. Es más, es tiempo de usar las habilidades para ganar audiencias, eso se hace con trabajo y no con leyes”, dice a Doble Espacio.
Sobre PRISA, Pedro Anguita es claro en señalar que el grupo ha crecido debido a una “economía de escala”. “Hay una clara dominación de Iberoamericana en el mercado de las radios, tienen más de un tercio de la oferta global y no existe un debate en torno a esto. En el país las conductas anticompetitivas son un tabú en sectores ajenos a la prensa escrita”.
Ahumada comparte este análisis y enfatiza en la particularidad del espectro radioeléctrico. “Es importante señalar una y otra vez que es un recurso limitado y de uso público. Entonces vale la pena preguntarse por qué no hay mayor regulación sobre a quiénes se está beneficiando. Tal como se controlan las concesiones de las carreteras, donde tienen un marco regulatorio bien exigente, necesitamos una norma estatal más estricta en esta materia”, enfatiza.
Desde la ARCHI, se critican estas propuestas: “Si el Estado o gobierno de turno quiere ordenar el espectro, que hoy cuenta con todas las regulaciones suficientes, no hará más que politizar la actividad”, explica el líder de la directiva, Eduardo Martínez.
Vaso medio lleno
“Nula voluntad de cambio”. Esa es la raíz, para Danilo Ahumada, de la concentración y falta de pluralismo en la prensa. Para el presidente del Colegio de Periodistas, “el sistema es bastante cómodo para la clase política, porque son ellos quienes siempre se han visto representados”.
Para el gremio, hoy las esperanzas están puestas en la redacción de la nueva Carta Magna. “Necesitamos una Ley de medios, distribución equitativa del avisaje y la garantización de la independencia y pluralidad en los medios”, postula Ahumada.
“Hay quienes dicen que el debate en torno a los medios de comunicación es decimonónico por el boom de las redes sociales, pero eso es falso. Hay que dejar de lado la concepción de que vivimos en un mundo totalmente conectado. Aún existen lugares sin conexión a internet, no podemos olvidar el impacto de la televisión o la radio en las regiones extremas”, comenta.
Derecho a la comunicación plural es la demanda que se repite en las voces de expertos y expertas para la redacción de la nueva Constitución. En este punto, el Colegio llama a desmitificar el debate: “Hay una campaña de terror con la idea del pluralismo donde se ve casi como si quisiéramos coartar la libertad de expresión. El problema no es que exista Canal 13, TVN o el Mercurio, es que sean las únicas voces. Necesitamos más medios, necesitamos democratizar el sistema”, concluye.
María Constanza Tobar, una de las consejeras del Consejo Nacional de Televisión, también ve en el proceso constituyente la puerta para un mejor sistema medial: “En Chile nunca se ha dado una discusión en torno a los medios de comunicación, nadie se atreve a discutir sobre la concentración. La nueva Constitución es una oportunidad maravillosa para repensar y rever la forma de organizarnos como sociedad. Lo importante es que se abra el debate, luego se verá qué se norme o regule”.
Isidora Pinochet Venegas
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile