Tras el fallecimiento de tres trabajadores del cobre, todas las alertas se activaron en la Corporación Nacional del Cobre de Chile, que tiene hoy a Calama sembrada en una situación de incertidumbre sobre qué hacer con una de las principales fuentes de ingreso del país. Mientras en la minera estatal deben seguir produciendo, los casos de Covid-19 siguen aumentando. 

 

Santiago Ochoa Beltrán tenía 48 años cuando falleció por Covid-19. Trabajaba en la unidad de Chancado Mina de la División Chuquicamata de Codelco. A él, le seguiría Yony Caral. La noticia significó la decisión por parte de la Corporación Nacional del Cobre de Chile, de detener la construcción de futuros proyectos y comenzar a trabajar solo con personal local; es decir, gente de Calama, la ciudad minera más importante del país.

Los contagios en Calama aumentaron de 325 a 3.517 entre el 26 de mayo al 26 de junio: un aumento de un 982 %. Sin embargo, la faena productiva no podía detenerse: el cobre, durante los últimos 20 años, ha aportado en promedio cerca del 10 % total del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Uno de los pilares de la economía chilena. Sin este, no podrían explicarse los gastos fiscales que los costos sociales de la pandemia acarrean.

Con el paso de los días, Codelco informaría el deceso de José Alberto Levancini y de Jimmy Rojas Mondaca. Alberto Muñoz, dirigente del Sindicato de Trabajadores N°1 de Chuquicamata, recuerda a sus compañeros muertos mientras explica a Doble Espacio las demandas que se han hecho prioritarias para los trabajadores del cobre tras el aumento de casos: “Hay una sanitización pendiente en Chuquicamata. Tres meses que llevamos denunciando este tema para hacer un trabajo en conjunto por el Covid-19. Pero Codelco no está conversando con el mundo sindical”.

Alberto cuenta que pese a las medidas implementadas, la cantidad de contagiados no ha parado, ya que el Gobierno los “manda al sacrificio porque nuestra región es la que le da alimento al país. Se debiera confinar Calama, pero a las 20:00 se van los militares y Carabineros, y comienza a entrar cualquiera. No como Antofagasta, con cierres claros”.

Los sindicatos mineros han realizado distintos catastros para seguir los contagios. Patricio Elgueta, presidente de la Federación de Trabajadores del Cobre, ha sido enfático en distintos medios sobre eso. En CNN Chile, declaró los contagios existentes: “En la mina Radomiro Tomic 123; en Chuquicamata, 473; en Ministro Hales, 131; en Gabriela Mistral, 123; en Salvador, 13; en Andina, 140; en Ventanas, 21; en El Teniente, 664”, dijo. 

Alberto, en la misma línea, cuenta los problemas que enfrentan los trabajadores. “Están preocupados por el alineamiento de Codelco. Tenemos que llevar el sustento a nuestras casas, pero no a cualquier costo. Por eso pedimos que se cierre la división de Chuquicamata por 14 días para realizar una sanitización a la vez que se realicen PCR a todas y todos los trabajadores. Pero acá primero están los números para el país, pero no hay preocupación para esta tierra hermosa que es Calama”. 

 

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La situación que se vive desde dentro de la mina es una interrogante para los trabajadores. En especial cuando día a día son alrededor de mil los empleados que participan en la faena de la minera estatal. Un ingeniero que trabaja en la mina Chuquicamata, y que actualmente vive en Calama, accedió a conversar con Doble Espacio, a condición de no exponer su identidad.  

Para este trabajador, la situación ya no fue controlada, y existe un clima entre los trabajadores de incertidumbre frente a un posible contagio. “Hay muchos compañeros que están contagiados, y parte de sus familias. Es complicado, ya que significa bajar parte de la dotación que hoy está trabajando.  En el caso mío, que no estoy contagiado,  significa ir a trabajar con el temor de que en algún momento no sé qué me pueda pasar”. 

Afirma que en Chuquicamata deben estar trabajando menos de mil personas, cuando habitualmente  son casi 3.500 personas. “La empresa envía a las personas que están con casos positivos a hacer cuarentena a la casa. Hay una investigación sobre con quién estuvo, quiénes son sus compañeros de trabajo, quiénes son los más cercanos”, explica sobre cómo se están llevando a cabo los procedimientos en Chuquicamata.

Sobre las medidas para evitar el contagio entre los trabajadores, describe : “Gran parte de la jefatura hoy no está trabajando. Está la plana media. Te entregan los kits que corresponden. Nos dan las indicaciones; el tema de los buses de transporte, no ir sentados juntos, usar mascarilla dentro del trabajo. Ha habido sanitización de los comedores, las casas de cambio. Pero falta”, describe haciendo énfasis en que toda esta situación pudo ser evitada, y ahora solo se están tomando medidas para contener la propagación, como los kits que tienen una utilidad de salubridad dentro de los hospitales, es decir, guantes, mascarillas, etc.

Además, Alberto Muñoz, del Sindicato 1 de Chuquicamata, explica que las declaraciones por parte de los ministros e intendentes han sido desafortunadas, pues sus medidas no han logrado paliar los problemas de la pandemia, en referencia a las palabras del ministro de Minería, Baldo Prokurica, quien dijo que “el foco es la misma gente allá en Calama, cerrar el aeropuerto no es la solución”.

Sin embargo, desde los primeros contagios de Covid-19 en la zona, el alcalde de Calama, Daniel Agusto, exigió el cierre de la comuna, previendo los riesgos que implicaría. En marzo lideró una marcha al aeropuerto exigiendo su clausura pues, al ser el segundo con mayor movimiento del país, era el punto lógico de propagación del virus. La cuarentena, sin embargo, llegó 79 días después, cuando la cifra de contagiados superaba los 850 casos.

Gran parte de estas decisiones se deben a la necesidad del Estado de mantener un ingreso fiscal positivo. De hecho, el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, “proyectó que el déficit fiscal para este 2020 alcanzará el 8 % del PIB”, según informó CIPER. Esto, sumado a los gastos por parte del Gobierno en materia social, no podrían entender sin el dilema del cobre: qué hacer para mantener este financiamiento.

El dilema del sueldo de Chile

A fines de junio los contagiados registrados en la región de Antofagasta superaron los 8 mil 800 casos, de los cuales 4 mil 100 correspondían a la comuna de Calama. Antofagasta, capital de la región, contaba con 3 mil 582; es decir, una comuna con 180 mil 000 habitantes superaba a una con 380 mil 000. La región, además, concentra 42 minas de cobre distintas, la cifra más alta del país: el sueldo de Chile.

La ciudad ha debido enfrentar a un dilema que poco a poco comienza a cobrar un peso en el balance de la zona: qué hacer con las mineras, pues su principal explotador, Codelco, es clave en el financiamiento de los programas sociales anunciados por el gobierno durante la pandemia. Calama está, así, encerrada entre el cobre y la pared.

El 20 de junio Codelco anunció, a raíz de la muerte de dos de sus trabajadores, que desde mayo pasado, “todas las operaciones de la empresa ya habían reducido en cerca de un 30 % su dotación, a través de la aplicación de teletrabajo (…) los proyectos habían disminuido su actividad al mínimo, realizando labores que fueran factibles según las condiciones sanitarias”.

La consultora inglesa Capital Economics, en un informe publicado en abril de este año, dijo que Chile sería uno de los países latinoamericanos que tendría una de las recuperaciones más rápidas en términos económicos argumentando que, a diferencia de países como Perú, la producción de cobre no se ha detenido en su totalidad.

A esto se suma un factor que pareciera decisivo: la cotización del cobre, al momento de publicarse este reportaje, registra su mejor desempeño desde junio de 2009. Desde la baja producida por la pandemia, este la recuperado su valor en 30,8 %. Según un informe realizado por la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) a fines de junio este alcanzó un precio de US$ 271,5 la libra: el más alto desde enero, antes de que comenzara la pandemia.

La salud de los trabajadores del cobre

Son alrededor de las ocho de la noche cuando Sergio Silva, presidente del Colegio Médico de Calama puede ponerse al fin al teléfono. En su voz se nota el cansancio de un día completo ocupado en operaciones. “Falta personal. En Calama ya es escasea la gente que puede atender problemas sanitarios”, comenta.

Silva explica que, pese a la cuarentena decretada hace ya tres semanas en Calama, están exigidos al límite. “Han caído bastantes colegas médicos. Hay una rotación entre los contagiados y los recuperados. Pero de momento no hemos tenido pacientes graves de profesionales de la salud”, dice Silva para alentar el resto de los datos: Calama es la segunda comuna con más contagios en regiones tras Rancagua, otra ciudad ligada a la minería.

Doble Espacio conversó con un profesional de la salud del Hospital Dr. Carlos Cisternas de Calama que no quiso revelar su identidad. Él precisa que lamentablemente “hay colegas que se han contagiado; personas sanas y que no son mayores de edad. Pero tengo antecedentes de compañeros paramédicos de urgencia que estarían enfermos. Hasta ayer (29 de junio) había un paramédico grave”.

En Calama hay dos laboratorios que examinan exámenes PCR. Uno es el Hospital Dr. Carlos Cisternas donde se procesan diariamente 100 exámenes; mientras que en el Hospital del Cobre Dr. Salvador Allende Gossens, se procesan hasta 300 exámenes. Sin embargo, poco a poco se han ido notando la falta de implementos como elementos de protección personal por parte de los funcionarios. Además, la Clínica El Loa anunció el 15 de junio que, a raíz de la Resolución Exenta N°156, esta no atenderá pacientes con Covid-19, con el fin de “mantener un centro de salud libre de enfermedades respiratorias”.

Para Sergio Silva una solución sería una cuarentena más estricta en muchos sentidos. Dice que debieran adoptarse los sistemas 14×14; es decir, que durante catorce días los trabajadores de una mina no se expongan al contagio, quedándose en la zona mientras los otros se resguardan en sus hogares catorce días; es decir, dos semanas: una cuarentena completa.

Debido a la gran cantidad de contagios, Silva explica que se ha vuelto una práctica común la derivación de pacientes a otras ciudades. “Se han derivado al Hospital Regional de Antofagasta o incluso en avión a Arica, Ovalle y La Serena”. 

Al ser consultado por Doble Espacio sobre por qué Calama es un gran foco de contagios y fallecimientos, Silva explica, con un tono pedagógico, que el “paciente al estar en altura empieza a sufrir de antes la falta de oxígeno. Cuando ya llega a la instancia donde hay que conectarlo a un ventilador, este ya ha hecho un esfuerzo importante en su musculatura para oxigenar lo necesario. Además, el Hospital de Calama tiene pocos especialistas de cuidados críticos. El 80 % de la población médica de ese hospital son venezolanos de los cuales un tercio no ha aprobado su examen médico y menos de especialista en Chile. Es complicado el manejo de esta situación”.

Un rebaño yendo al matadero

La madrugada del 24 de junio falleció, víctima de Covid-19, Lidia Pérez González, madre del alcalde de Calama, Daniel Agusto. La noticia, que golpeó al alcalde, apareció en todos los medios locales ilustrando que el virus no deja a nadie libre.

De hecho, Calama hoy cuenta 77 fallecidos: 52 % del total de la región. El alcalde cree que hay, en gran parte, una responsabilidad de las autoridades regionales sobre el gran tránsito de población flotante de la ciudad. “La movilidad del aeropuerto se sigue dando por miles en los cambios de turno. No hay distanciamiento social ni medidas efectivas al respecto, eso sí que es un contagio de rebaño: para un rebaño que va al matadero”.

Además, el alcalde cree que pese al anuncio por parte de Codelco realizado el día domingo 29 de junio, esto no significa que se detenga la propagación por la entrada y salida de nueva población. “Necesitamos saber los alcances de esta medida. En el fondo lo que le hemos pedido a las mineras es reducir al mínimo las dotaciones de trabajadores y trabajadoras para funcionar con turnos de emergencia. Aún así seguimos pidiendo el cierre del aeropuerto por 14 días, ampliar la cuarentena a toda la comuna, no solo el radio urbano”, dice el alcalde  a Doble Espacio.

 

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Entre los requerimientos por parte de la municipalidad, el alcalde precisa la necesidad de un cordón sanitario en el que nadie pueda entrar ni salir además una falta de recursos pendientes para la atención primaria de salud, uno de los puntos claves para evitar la propagación en centros de salud.

Consultado por las palabras del ministro de Minería, refiriéndose a que el aeropuerto no es un foco de contagios, el alcalde dice que no comparte sus apreciaciones. “Es desconocer, en parte, la realidad, porque a esta altura todo foco de movilidad está impactando en la descontrolada cifra de contagios que nos tiene liderando todas los lamentables números de contagios, letalidad y casos activos de la macro zona norte”.

Hasta el fin de este reportaje Doble Espacio intentó contactarse con Codelco, sin obtener respuestas.

Pese a las exigencias, de momento Chuquicamata no ha sido uno de los focos de paralización por parte de los trabajadores, y se espera que durante las siguientes semanas el tema se agudice, mientras todos esperan un quiebre que día a día pareciera inevitable.

Aleister Quezada

Periodista de la Universidad de Chile.

Matías Rojas

Estudiante de Periodismo, Universidad de Chile.