Prometía ser uno de los complejos de salud más modernos del país y colaborar en la contención de la crisis sanitaria del coronavirus. Sin embargo, los funcionarios del recinto han denunciado diversas fallas de infraestructura, falta de insumos y problemas de seguridad que comprometen el desempeño y el servicio del centro asistencial.

 

El domingo 12 de abril se inauguró el nuevo Hospital Félix Bulnes, el cuarto de cinco recintos hospitalarios agregados al sistema de salud de forma anticipada, dentro de las acciones del “Plan Coronavirus COVID-19”, que busca mejorar la infraestructura asistencial en el contexto de la emergencia sanitaria. El nuevo complejo, ubicado en la comuna de Cerro Navia, es uno de los beneficiarios del “Plan de Inversiones de Salud”.

Pese a ser una de las mayores obras del Plan de Inversiones, y a las expectativas en torno a su rol en la mejora de la red pública, el lunes 13 de abril, a un día de su apertura, se difundieron registros en redes sociales sobre una filtración de agua tras una lluvia. El centro de salud salió a confirmar la situación, atribuyéndola a “la rotura de junta flexible en una matriz del circuito secundario de agua caliente de climatización”. Agregó que el problema fue subsanado y que se realizó la limpieza en los pisos interiores y el arreglo de la matriz, descartando que la rotura haya sido causada por las precipitaciones.

Sin embargo, este fue sólo el primero de muchos problemas que surgieron al paso del primer mes de funcionamiento. Las denuncias de fallas de infraestructura y de seguridad preocupan a los funcionarios del recinto, y han motivado varias manifestaciones que exigen una nueva evaluación técnica de la obra.

Fallas en la infraestructura y equipamiento

A tres semanas de inaugurado, los funcionarios del hospital denunciaron el fallecimiento de un paciente que cayó cuatro pisos desde una puerta de su habitación, y que conducía a un vacío. Hasta la fecha de redacción de esta nota, no hay declaración a este respecto por parte del hospital. Días después, el martes 5 de mayo, un ascensor cayó con una funcionaria del Servicio de Ginecología y Obstetricia en su interior. Según la declaración pública del hospital -emitida el 6 de mayo-, “el suceso fue ocasionado por un corte de energía eléctrica que afectó el tablero que abastece dicho ascensor”. El mismo día, los trabajadores del hospital, agrupados en la Multigremial, elaboraron una declaración pública donde manifiestan su preocupación por esta cadena de acontecimientos:

“A pesar de haber manifestado nuestra preocupación por lo apresurado e incompleto del plan piloto, la falta de autorización sanitaria y desconocer informe del inspector fiscal del MOP que recibe conforme el edificio, hemos colaborado con el traslado e instalación de nuestros servicios con la mejor disposición”.

Estos hechos han dejado de manifiesto problemas de infraestructura y de condiciones laborales. Una funcionaria que prefirió el anonimato denunció a Doble Espacio que debe trabajar con un computador que se apaga  constantemente por de las bajas de energía. Esto dificulta tareas esenciales, como la entrega de licencias médicas. También afirma que hay insumos médicos que demoran demasiado ten llegar. Frente a esta situación, comenta que nadie se hace responsable: “Se tiran la pelota entre los concesionarios y los del hospital”. Alfredo Martínez, administrativo del Departamento de Finanzas del Félix Bulnes, afirma por su parte que las condiciones del recinto están en proceso de perfeccionamiento, reconociendo sin embargo que “hay una rotura en la red y caen en las oficinas de los doctores y en la sala de espera aguas servidas del hospital”. Sin embargo, ve potencial en el establecimiento y avizora con optimismo su futuro. Comenta que, una vez que se solucionen sus deficiencias, “va a ser un lujo de hospital”.

Ambos funcionarios llegan a una conclusión similar: el hospital es “bonito” y moderno, pero no funciona.

Otra área que presenta deficiencias es el laboratorio clínico. “Su capacidad ha sido disminuida y no funciona correctamente”, comenta Martínez. Un problema relevante es la falta de Internet y de equipamiento, que se traduce en dificultades del personal para responder a las tareas exigidas. Por eso,  aún están trabajando con la exsede de Providencia. “Esto genera un poco de retraso en la respuesta de los informes a los usuarios”, expresa Martínez, quien muestra preocupación por que estas demoras y dificultades sucedan en el contexto de crisis sanitaria.

La concejala de Cerro Navia Judith Rodríguez (PC) apunta a la política de concesiones hospitalarias, es decir, a la administración de recintos de salud públicos a entidades privadas: “Los empresarios no priorizan la salud, sino que ponen como prioridad sus ganancias”.

La concejala comenta que el área de Aseo y Mantención del hospital está concesionada a una empresa privada, lo que ha traído complicaciones a la hora de atender urgencias: “Un baño de una paciente se inunda a las tres de la tarde y llegan pasadas las nueve de la noche a arreglarlo y la paciente debe estar con su camisa de dormir, secando ese baño”. Para Rodríguez, estas situaciones ocurren porque el personal “está sobrepasado, hay una sobreexplotación de los trabajadores. Las empresas no quieren contratar a más personas”. Además, denuncia que todo esto ocurre en un contexto donde no se entregan los implementos básicos de seguridad que permitan realizar de buena forma la limpieza del hospital sin riesgos para el personal.

La repercusión en los pacientes

Los problemas del hospital también afectan a los usuarios. Rodríguez dice que hay varias denuncias de pacientes sometidos a largas esperas para retirar medicamentos, así como situaciones en urgencias en que el médico de turno “no halla qué hacer, porque no tiene qué suministrar ante la emergencia, sobre todo en casos respiratorios”.

La situación se vuelve aún más crítica a la hora de hospitalizar. La concejala denuncia que hay personas que “hospitalizados en una silla dos días, tres días”. Es enfática en señalar que “una cosa es lo que dicen los medios de comunicación sobre la inauguración de un hospital, y otra es la realidad”. Para ellos, el problema no radica en los funcionarios, sino en una falta de recursos gubernamentales para mejorar el recinto. “Se está ocultando la real información sobre la mala gestión”.

Otro problema es que el  nuevo hospital no cuenta con una central telefónica con salida a red móvil. Rodríguez comenta que hace pocos días implementaron un celular para comunicarse con las familias de los pacientes hospitalizados. Esto ha significado que muchas veces, los familiares de los enfermos no puedan acceder a información sobre su estado de salud. “(Hay) personas que han llegado al hospital a enterarse de que su pariente ha fallecido, porque nadie se los ha comunicado por teléfono”, causando “una pena muy grande para la gente, una desesperación, una tortura emocional tremenda”. Todo esto, agudizado hoy en el contexto de la cuarentena obligatoria en la Región Metropolitana.

Menos seguridad, más peligro

El perímetro del hospital está inserto en una zona conflictiva. Hay múltiples denuncias de asaltos y robos, dentro y fuera del recinto ubicado a una cuadra de la 45a Comisaría de Cerro Navia. Los trabajadores denuncian que los robos se repiten a diario, de distintas maneras. En una oportunidad se forzaron los casilleros de los funcionarios para sustraer sus pertenencias. También se habla de asaltos en pasillos vacíos sin resguardo de seguridad. Esto afecta la integridad física de los miembros del hospital, así como su bienestar psicológico y anímico. Una funcionaria que sufrió un asalto a metros de la entrada del recinto, comenta que la falta de seguridad la tiene “sin ganas de asistir. Es una obligación. Ni el Covid me asusta tanto como venir a trabajar”.

Esto viene a sumarse a las múltiples denuncias por fallas estructurales, precarizando aún más las condiciones laborales de los trabajadores, quienes también están preocupados por la calidad del servicio que se ofrece a los usuarios. Judith Rodríguez afirma que el tema fue planteado en una reunión de inspección previa a la apertura del hospital: “Hice un llamado a trabajar en en red con la municipalidad, con los dirigentes de las juntas de vecinos, con las organizaciones, Carabineros, la policía municipal, con las redes de seguridad que tenemos acá en Cerro Navia, y también con los concejales. Porque está en una zona en que constantemente asaltan y hay robos a mano armada”.

Asoma, asociada a lo anterior, la falta de recursos para políticas de prevención del delito. Por ejemplo, Rodríguez cuenta que Carabineros cuenta con poca dotación para dedicar a la seguridad del sector, lo que afecta de igual forma a los pobladores de la comuna, que conviven todos los días con esta inseguridad.

Es por esto que la concejala insiste en la importancia de exigir soluciones al gobierno central: “Si no mandan más dotación y si no se hace un trabajo en conjunto con la comunidad, los trabajadores van a vivir una inseguridad permanente de asaltos, de robos. A su juicio, el problema delictivo en el sector del hospital es un reflejo del abandono de los sectores vulnerables. “Necesitamos mayores recursos para generar esperanza y alternativas reales en nuestra población. Que no vean la delincuencia y el narcotráfico como posibilidad de desarrollo o de movilidad social”, plantea.

La concejala cree fundamental la creación de una mesa social de apoyo al recinto hospitalario. Esto, “(para que) no nos quedemos solamente en denuncias, sino que hagamos responsable a quien corresponda. Al Ministerio de Salud, al Gobierno, porque ellos son los que tienen que garantizar la salud pública en Chile”.

Doble Espacio se comunicó con el Ministerio de Salud, desde donde declinaron referirse al tema.

Javiera Ojeda

Estudiante de Periodismo, Universidad de Chile.

Catalina Araya

Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile