En Peñalolén hay aproximadamente 18 mil familias allegadas y no hay terrenos disponibles para la construcción de viviendas sociales. Por falta de soluciones, diferentes comités de esa comuna decidieron tomarse un sector de la Viña Cousiño Macul en noviembre pasado. La reacción desmedida por parte de las fuerzas de orden se reflejó en decenas de afectados, cientos de heridos y el sector sitiado por más de una semana. Santiago Castillo, dirigente de uno de los comités que lideró esta toma, cuenta lo que pasó en Lo Hermida y cuáles son los principales problemas de la situación habitacional en la comuna.
Desde que comenzó el estallido social, el 18 de octubre de 2019, la sede de la junta de vecinos N°18 de Lo Hermida se convirtió en lugar de encuentro para asambleas, ollas comunes, centro de acopio y desde el 11 de noviembre se transformó también en un centro improvisado de primeros auxilios. Sus paredes han albergado a mucha gente que ha querido ayudar y organizarse debido al contexto nacional.
Lo Hermida es una de las poblaciones más antiguas de Peñalolén, fue creada en los años ’70, con tomas de terreno en lo que antes pertenecía a la Viña Cousiño. En dictadura los vecinos sufrieron las consecuencias de ser pobres y vivir en la periferia. La violencia por parte de agentes del Estado se repitió en noviembre de este año.
“La historia que ha tenido Lo Hermida influyó mucho en la capacidad de respuesta que tuvimos ante la represión, pero no en la represión en sí, eso es algo que no nos explicamos”, dice Santiago Castillo, dirigente de uno de los comités que lideró la toma. Él explica que lo que sí entienden, es por qué la gente resiste y lucha a partir de su historia. “La violencia que se vivió fue irracional, desbordada, no entendemos la ira. Yo creo que es más por clasismo: porque es Lo Hermida, porque odian a los pobres o se odian a sí mismos”, dice Castillo.
SITUACIÓN HABITACIONAL
Actualmente, Peñalolén tiene un déficit de terrenos para la construcción de viviendas sociales. Según Santiago Castillo, hay 18 mil familias en situación de allegamiento. En este contexto se creó el comité de vivienda Luchadores de Lo Hermida que está integrado por alrededor de 150 familias. Cuenta que en la comuna hay más de 3 mil familias movilizadas.
En noviembre de 2017 Castillo asumió como secretario de la junta de vecinos N°18: “Rápidamente nos dimos cuenta que una de las principales necesidades que había en el territorio era la vivienda, entonces como junta de vecinos formamos un comité a fines de marzo de 2018. Entendimos que en Peñalolén hay que dar la lucha, por lo que nos preparamos para que fuese un comité que peleara y través de esta lucha, mejorar también otras condiciones de vida como la violencia, la exclusión y la drogadicción.
¿Quiénes conforman Luchadores de Lo Hermida?
Gran parte de las personas que participan son mujeres entre 25 y 30 años, muchas con 2 o 3 hijos. La mayoría de ellas no puede acceder a la vivienda propia y menos a una vivienda digna: primero por los precios de arriendo en la comuna que son altísimos, una pieza individual puede valer alrededor de 180 mil pesos. Segundo por los sueldos, que por lo general bordean los 350 mil pesos, esto tampoco les permite acceder a un arriendo y dificulta el ahorro.
El aumento del precio de los arriendos ha hecho que muchas de las familias que se habían independizado, hayan vuelto a las casas de sus mamás, papás o suegros. De alguna manera la ausencia de espacios propios perjudica en distintos ámbitos de la vida de las familias en su desarrollo, como el hecho de estar pidiendo permiso para cocinar. En varios casos hay dos o tres núcleos familiares en una misma vivienda, por lo que se producen hacinamientos y esto genera conflictos.
“A pesar de esto, nosotros no estamos pidiendo que se nos regalen soluciones habitacionales, nuestras familias con las dificultades que tienen, con el aumento del costo de vida, igual están ahorrado para su vivienda. Lo que estamos pidiendo es que el Estado compre terrenos para que podamos adquirirlos por medio de los subsidios”, dice Castillo.
El dirigente señala señala que en 2018 la municipalidad creó el consejo comunal de la vivienda y su primera reunión fue con el subsecretario de vivienda Sergio Garrido. En ese entonces se les dijo que Peñalolén tenía condiciones críticas en comparación con el resto de las comunas: “Personas del ministerio nos dijeron que acá no funciona el sistema habitacional porque todos los terrenos disponibles de nuestra comuna tienen un uso de suelo que no son los que se requiere para la construcción de viviendas sociales”.
Castillo resume que los tipos de suelo son agrícola, industrial o deportivo. El problema, dice, es que se debe “modificar el uso de suelo para que el Serviu pueda comprar y construir viviendas. Sin embargo, con esto se entra en un callejón sin salida porque el Serviu no puede comprar porque no tienen el uso de suelo correcto, pero no se puede cambiar el uso de suelo mientras no se compre”.
Todos los terrenos que están en posible negociación dentro de la comuna son de privados, dice el dirigente, “no hay ningún terreno en Peñalolén a manos del Serviu que tenga espacio para la construcción de viviendas sociales. Pero el problema no son los privados, sino que es el valor de los terrenos en la comuna. Para adquirir terrenos el Serviu paga en promedio 3,5 UF por metro cuadrado en la RM, pero el terreno más barato en Peñalolén vale 7 UF y en la Viña deben valer 12. Otro problema es que la Viña Cousiño está destinada a proyectos habitacionales para ricos, dirigidos por la inmobiliaria Crillón que es de los hijos de Cousiño.
¿Han conversado con el Serviu para que les den soluciones?
En junio de este año tuvimos una reunión con la Subsecretaría del Ministerio de Vivienda donde se comprometieron a comprar tres terrenos, uno cada año. Pero en septiembre César Faúndez, director del Serviu, dijo que no había plata para la adquisición de terrenos este año en Peñalolén. Entonces no solamente han incumplido acuerdos con el tema de las Viñas, sino que incumplieron un acuerdo general con todos los comités de vivienda de la comuna. Hay un incumplimiento de parte del ministerio.
¿Y qué medidas han tomado como comité por esta falta de soluciones?
Hacer ruido comunicacionalmente. El primero de septiembre hicimos una toma de terreno y esa fue la primera vez que atacamos prensa y desde ahí hemos empezado a armar una red de comunicación con los medios burgueses. Las movilizaciones que hemos hecho han sido acciones comunicacionales, son formas de presión para obtener soluciones habitacionales. En ninguno de los dos casos pretendimos establecernos como campamento, sino que igual forman parte de un repertorio de lucha que tienen los pobladores.
VIOLENCIA EN LO HERMIDA
El 11 de noviembre comenzó la represión policial en Lo Hermida. Hubo enfrentamientos entre vecinos y carabineros, lo que se tradujo en cientos de heridos, personas con problemas de salud por los gases en sus hogares y niños y tercera edad afectados por lo que ocurría en las afueras de sus casas.
Se cree que lo que desató la violencia fue la toma de terreno que organizaron los Comités de vivienda de Peñalolén. Ese lunes 11 de noviembre se reunieron alrededor de las 5:30 de la mañana para hacer una toma simbólica en un sector de las Viñas Cousiño Macul, en calle los presidentes, cercano al metro.
“Lo que pasó después de la toma no fue algo que nosotros planificamos, no era lo que queríamos que pasara, lamentablemente se habla mucho más del tema de las violaciones a los derechos humanos, que obviamente es más urgente, pero el tema de vivienda quedó en segundo plano”.
¿Qué pasó después de la toma?
A las 7:20 am salimos del terreno. Nos fuimos a la plaza Pedro Pescador a hacer una asamblea. Nos habían desalojado con bombas lacrimógenas y en paralelo también lo hicieron en Santa María con Los Presidentes, algunas de esas bombas llegaron al Jardín del colegio Santa María entonces los vecinos salieron a pararles la mano y ellos empezaron a tener incidentes con los pacos. Las vecinas les estaban pidiendo que se fueran para que no siguieran atacando al Jardín porque había niños dentro.
“A las 10 ya se empezó a juntar más gente en ese sector. Como a las 10:30 llegó fuerzas especiales y pacos atropellando gente”, dice Santiago y prosigue su relato: “Yo lo sé porque estaba ahí. Justo venía llegando una marcha de estudiantes secundarios del colegio Mariano Egaña y todos estábamos mirándolos a ellos. Los pacos llegaron por detrás y los cabros tuvieron que correr para todas partes, las vecinas que eran de los block se fueron a sus departamentos. Después de eso los pacos entraron a sacarlos y esas son las imágenes que se difundieron. Persiguieron y atropellaron gente con las motos, atropellaron a un cabro del colegio y la viralización de los videos generó que la gente saliera a protestar más masivamente”.
Castillo dice que “lo importante es dejar en claro que nosotros terminamos la movilización con una asamblea y que nos fuimos a nuestras casas, se acabó ahí y después algunos volvimos porque estaban reprimiendo a las vecinas, pero ya no estaban los comités. En todos los relatos de los medios de comunicación está todo tergiversado, salió una nota super buena en El Desconcierto, pero las cosas no fueron exactamente como las describieron”.
¿Y quién está a cargo de hablar con los medios?
Es que ellos publican lo que quieren, también le sacan cuñas a la gente o a nuestros mismos compañeros, pero algunos no siempre la tienen tan clara como fueron las cosas. Nosotros planificamos la toma, montamos el equipo de seguridad, hicimos evaluación con los cabros y estuvimos ahí por lo que sabemos lo que pasó.
¿Qué piensas acerca del actuar policial?
La respuesta que encontramos por parte de carabineros fue muy violenta y muy brutal teniendo en cuenta que nosotros no estábamos armados. No entiendo por qué actuaron así, en la calle vi un montón de síntomas de odio, pero de un odio profundo y que igual da para pensarlo, una cosa es que nos repriman, pero otra cosa es nos disparen perdigones al cuerpo a una distancia mínima. Nosotros nos preguntamos por qué tanto odio si los pacos también vienen de las poblaciones. Se vivieron diferentes tipos de violencia, ¿por qué un carabinero le muestra el pene a una pobladora?
¿Eso en qué contexto pasó?
Los pacos estaban en la viña y empezaron a agarrar a chuchadas a las vecinas y después le mostraron el pene, les siguieron gritando.
¿Sabes si las vecinas denunciaron?
No creo que las cabras hayan denunciado, porque las denuncias que se están haciendo son de violencia física, tortura, nada verbales. A pesar de que es violencia sexual, no creo que ellas denuncien esas cosas porque nosotros también estamos acostumbrados a vivir en un ambiente de violencia, pero igual les chockeó caleta. Cuando lo contaron estábamos con alguien del INDH (Instituto Nacional de Derechos Humanos), pero me parece que se enfocaron más en los perdigones y balines, porque habían demasiados heridos.
¿Qué sensación quedó en el comité con lo que ha pasado?
Igual ha habido cierta tensión en el comité porque la cagá que quedó fue muy grande y el ambiente de violencia que se desató también. Hicimos asambleas durante esa misma semana y el espacio estaba super álgido, sin embargo, estaba toda la gente con la moral alta porque logramos instalar lo que queríamos, logramos posicionarnos comunicacionalmente e instalamos la problemática de la viña.
COUSIÑO
La viña en disputa tiene aproximadamente 120 hectáreas, 40 se van a conservar por patrimonio, explica Castillo, “otras 40 hectáreas ya se están destinando a la construcción de departamentos para ricos y las 40 que quedan son las que están más cerca de avenida Los Presidentes, entre las calles Tobalaba y Vespucio”.
“Peña fue una comuna formada por los pobladores y las pobladoras y desde los últimos 20 años hemos sido invadidos por las inmobiliarias que de alguna manera han copado todos los terrenos de la comuna destinándolos a personas que no son de Peñalolén. Vemos como se siguen construyendo casas para ricos mientras el número de allegados sigue subiendo”.
Hace casi un año y medio comenzamos a solicitar reuniones con los propietarios de la viña, pero se nos ha negado. Les he ido a dejar cartas a diferentes partes donde trabajan, pero nunca se nos ha respondido nada. Hemos tenido audiencias con el Ministerio de Vivienda y con la alcaldesa para trabajar este tema, pero nos dicen que no se puede si dueño no quiere negociaciones por la viña.
¿Y por qué es tan importante conseguir ese terreno?
Nosotros somos vecinos de la viña, lamentablemente. En nuestro comité hay vecinas que viven justo al frente y es naturalmente los terrenos donde los pobladores y pobladoras deberíamos continuar creciendo junto a nuestras familias porque está al lado y presenta las mejores posibilidades de un desarrollo integral con integración social, bien ubicado dentro de la ciudad, es probablemente uno de los mejores terrenos de la ciudades y obviamente tiene ambiciones de otros sectores que no buscan el bien común de las comunidades.
¿La alcaldesa de Peñalolén les ha dicho algo?
Nosotros tuvimos la segunda reunión con la alcaldesa para trabajar este tema hace dos meses, y ella nos dijo textualmente que la posibilidad de construir viviendas sociales en los terrenos de Cousiño amenazaba el proyecto inmobiliario de Crillón, es decir que ella no tenía la voluntad suficiente de avanzar en esta tarea porque los Cousiño no querían, pero la alcaldesa ha logrado otras cosas con ellos como la instalación de la Subcomisaría. El municipio se las saca y dice que sí se han juntado con Cousiño y que le han ‘planteado la posibilidad y que Cousiño no quiere.
¿Crees que hay un tema político detrás?
Por supuesto que hay un tema político porque creo que esta vez tocamos los intereses de los verdaderos dueños del país. Los Cousiño son de las 12 o 13 familias más ricas de Chile. Son una familia oligarca que tiene mucho peso sobre distintos partidos políticos de la izquierda y de la derecha, entonces presionamos a un poderoso. Eso también responde a la reacción de carabineros ya que en realidad representan la defensa del régimen de la propiedad privada y de los intereses de los ricos.
¿Pero los Cousiño nunca han tenido intenciones de reunirse?
Con el subsecretario se juntaron una vez.
¿Y qué respuestas le dieron?
Que en 10 años podemos conversar.
Francisca Torres Lefiu
Estudiante de Periodismo de la Universidad de Chile